La Policía sigue tomando las huellas como en el siglo XX

La Policía sigue tomando las huellas como en el siglo XX

En la División de Antecedentes Penales se trabaja con computadoras desechadas y donadas por una empresa de teléfonos. La falta de tecnología y de recursos humanos dificulta el trámite para sacar el certificado de buena conducta.

PACIENCIA. La gente espera amontonada en el salón. Detrás, un solo policía toma las huellas dactilares.  foto de hernán miranda PACIENCIA. La gente espera amontonada en el salón. Detrás, un solo policía toma las huellas dactilares. foto de hernán miranda
24 Febrero 2019

El comisario inspector Marcelo Balastegui no tiene conexión a internet en su oficina. Allí todavía hay rastros del siglo XX: el empapelado marrón de las paredes, el techo altísimo, los muebles de roble sedoso y una computadora vieja abandonada en un rincón. “La informatización acá se hizo hace 12 años. Todavía estamos con el mismo cableado de red. Nuestras máquinas son donadas: Telecom dio de baja unas computadoras en el 2007 y nos las regaló. Son muy lentas. Están todos los cables sulfatados, podridos”, describe Balastegui, jefe de la División de Antecedentes Personales de la Policía de Tucumán.

Son las 8 de la mañana y alrededor de 100 tucumanos tramitan el certificado de antecedentes personales en el salón ubicado a la par del despacho de Balastegui. Todavía no hace mucho calor, pero los cuatro ventanales están abiertos y el frío de los dos pequeños aires acondicionados se pierde en el patio, donde esperan que les entreguen el certificado quienes habían hecho el trámite el día anterior. Héctor Gómez, de 36 años, destaca que consiguió el turno por internet: “lo saqué rápido. No es la primera vez que hago el trámite, así que sólo demoré 20 minutos ayer”.

El caso de Gómez es una excepción. Muchos cuentan que el sistema de turnos on line funciona mal. “Estuve como dos semanas intentando. Como en la página de internet dice que se habilita todos los días a las 8.20, entraba a esa hora y probaba, pero los turnos siempre estaban agotados. Gracias a Dios mi hermana lo consiguió”, relata Paola Díaz, que tiene 42 años y está esperando con sus hijos de 2 y 9 años en la fila de dactilografía. Están de buen humor y conformes con la atención. Rodolfo López, de 35 años, tampoco está molesto: “me parece que el lugar es ordenado. Están separadas las tareas: de un lado, los que vienen por primera vez y demoran más; del otro, los que ya hicieron el trámite y salen un poco más rápido. El turno con internet a veces se complica, eso depende de cómo esté el sistema”.

Según explica Balastegui, el mal funcionamiento de la web no es un problema de la Policía. “A la página oficial no la manejamos nosotros. La página es del Gobierno. Yo intento sacar un turno todas las mañana para ver si está funcionando. Me voy al área de Sistemas, porque en mi oficina no tengo internet, y pruebo. A veces puedo sacar el turno y veces no. La gente se queja de que no puede ingresar a la página, de que está saturada, pero eso escapa a nosotros”, se justifica.

Faltan recursos humanos y tecnología

Valentina Bujazha, de 18 años, tramitaba el certificado porque lo solicitan en la Dirección de Tránsito. “No entiendo que para sacar la licencia de conducir me pidan esto. Creo que estamos complicando las cosas en vez de hacerlas más simples. Son cosas que no son necesarias y nos hacen perder tiempo a todos. Ayer vine porque ya estaba harta y me dijeron que tenía que hacer fila a las 4 de la mañana. ¿Estamos locos?”, cuestiona.

Hace dos años este problema no existía. “Actualmente nos vemos superados porque no sólo piden el certificado para el carnet de manejo. Les piden a los albañiles para entrar a los countries, a los cosecheros de limón. Piden para todo. Estamos haciendo más de 500 trámites por día, cuando el año pasado hacíamos 160”, explica el comisario. A causa de la altísima demanda, los oficiales trabajan horas extras todos los días y no pueden elegir cuándo salir de vacaciones. “Tienen que descansar de a uno, porque no hay quién los cubra. Cuando se reintegra uno, puedo dejar salir a otro. Se nos ha multiplicado el trabajo y tenemos el mismo personal”, indica Balastegui.

Avanza la mañana, empieza a hacer calor y los ciudadanos que esperan en el salón no están interesados en las penurias de los policías. Susana Torres, de 45 años, protesta: “este trámite me parece pésimo por la demora. No conseguís turno por internet y cuando venís demorás un montón. Tuve que venir a las cinco de la mañana”. Circulaba el rumor de que en el quiosco que está frente a la Policía se otorgan los turnos on line a cambio de $ 50, pero LA GACETA no confirmó el dato.

Hace un año, Balastegui presentó un proyecto para que el trámite pueda hacerse desde casa: “la primera vez tendrían que venir para sacarles la foto y escanearles las huellas. Hoy no tenemos escáner, hay que andar pintando las huellas. Después, desde la segunda vez, la gente podría pedirlo on line e imprimirlo en su casa. Hace mucho pedimos este cambio, pero desde Administración nos dicen que no hay plata”.

Poca memoria RAM

1. “Las máquinas tienen 512 megabytes de memoria, son muy lentas”, cuenta Balastegui. Las donó Telecom en 2007.

2. Por la vieja tecnología y la escasez de personal, es difícil conseguir turnos y el trámite es lento. La situación supera a los policías.

3. El comisario presentó un proyecto para modernizar el sistema y hacerlo “on line”, pero le contestaron que no tienen recursos.

ATE pide la renuncia de Avellaneda

La junta interna lo acusa de no ser capaz de administrar el Ipsst

A partir de la nota sobre las colas en el Subsidio de Salud que publicó LA GACETA el miércoles 20, la junta interna de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) en el Instituto de Previsión y Seguridad Social de Tucumán (IPSST) emitió un comunicado en el que exige la renuncia del interventor, Fernando Avellaneda. En el texto, los gremialistas argumentan que Avellaneda no ha sido capaz de resolver los problemas de congestionamiento del salón. También lo acusan de ignorar las funciones del IPSST y de no respetar sus obligaciones constitucionales sobre la normalización de la institución. El interventor declaró en la nota mencionada que el IPSST sólo funciona como obra social. En consecuencia, consideró que el IPSST debería ser reemplazado por el Subsidio de Salud mediante una ley de obra social moderna.

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