Un paro universitario los impulsó a imprimir en 3D

Un paro universitario los impulsó a imprimir en 3D

Tres estudiantes de Ingeniería decidieron aprovechar una huelga para iniciar su propio negocio. Importaron las piezas necesarias y ellos mismos crearon sus máquinas.

EMPRENDEDORES. Nicolás Rodríguez, Patricio Sandoval y Álvaro Bueno mostraron su taller de imprenta 3D. EMPRENDEDORES. Nicolás Rodríguez, Patricio Sandoval y Álvaro Bueno mostraron su taller de imprenta 3D. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA

Durante las jornadas del paro docente de 2012, Álvaro Ramiro Bueno sentía que no estaba haciendo nada por su progreso personal. Los días pasaban y la frustración por no estudiar ni trabajar invadía al joven estudiante de Ingeniería Industrial de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT). Fue en ese contexto adverso que tuvo una idea que terminaría por convertirlo en un emprendedor. Junto con Patricio Gabriel Sandoval y Nicolás Rodríguez, sus amigos y ex compañeros de secundaria, creó “3DLandTuc”, un negocio dedicado a la impresión en tercera dimensión (3D).

“Muchachos: hagamos esta inversión, construyamos las máquinas y veamos qué sale”, les había dicho Bueno a sus colegas en aquella ocasión. Envueltos por la incertidumbre de no saber si su proyecto sería viable en Tucumán, iniciaron las investigaciones y elaboraron una lista con los materiales necesarios para empezar. “Pedimos las partes desde distintas provincias y nos pusimos a trabajar”, acotó Sandoval, quien estudia Ingeniería en Sistemas en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) junto con Rodríguez.

Aprovechando su formación como técnicos mecánicos electricistas egresados del Instituto Técnico, construyeron la primera impresora durante las vacaciones de verano de 2013. No se imaginaban -admiten- que seis años después contarían con 12 unidades y una clientela cada vez más interesada por sus productos. “No podíamos creer cuando la hicimos andar, para nosotros fue algo muy nuevo. A los dos años logramos hacer la segunda y después no paramos. Cada uno de nosotros tiene en su casa más impresoras”, contó Bueno con entusiasmo.

EMPRENDEDORES. Nicolás Rodríguez, Patricio Sandoval y Álvaro Bueno mostraron su taller de imprenta 3D. EMPRENDEDORES. Nicolás Rodríguez, Patricio Sandoval y Álvaro Bueno mostraron su taller de imprenta 3D. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA

Los jóvenes, de 28 y 29 años, recibieron a LA GACETA en su taller ubicado en el fondo de una casa en el barrio Echeverría de la capital tucumana. Allí, explicaron cómo funcionan sus máquinas y expusieron sus diseños, impresos con un tipo de plástico biodegradable hecho a base de maíz. “A veces, la gente no entiende muy bien de qué se trata esto porque no está muy familiarizada. Sin embargo, hace dos años se empezó a notar mucho interés por este producto y cada vez compran más”, relataron.

Bueno, Sandoval y Rodríguez no se dedican únicamente a vender productos de plástico diseñados con las impresoras 3D. También ofrecen insumos mecánicos, servicio técnico y capacitaciones a otros emprendedores del área. Incluso, elaboran sus propias máquinas, algunas de las cuales también son destinadas a la venta.

“Si bien no vivimos de esto, ya que aún dedicamos mucho tiempo al estudio, el resultado de las horas invertidas nos brinda dinero suficiente para subsistir”, manifestó el alumno que sugirió a sus amigos embarcarse en este proyecto. Al respecto, también aclaró que más de la mitad de los ingresos obtenidos son dedicados a la inversión y adquisición de nuevos productos para las máquinas. Muchos de ellos son importados, por lo que están sujetos a las vicisitudes del dólar, aclararon.

Emprender con lo propio

Gracias a su proyecto, los estudiantes se convirtieron este año en beneficiarios del Fondo Semilla, un programa del Ministerio de Producción de la Nación que ofrece préstamos de hasta $ 250.000 a emprendedores para que inviertan en mejoras en sus lugares de trabajo.

“Un estudio que nos hacía pedidos regularmente nos puso en contacto con las denominadas incubadoras (instituciones privadas, públicas y mixtas que ofrecen capacitación y asesoramiento a emprendedores). Con su asistencia, pudimos obtener el Fondo Semilla gracias a la solidez de nuestro proyecto”, explicó Bueno. Con el dinero obtenido, los jóvenes planean confeccionar una máquina de mayor volumen e instalar un escáner 3D que les permitirá crear prótesis y férulas.

A pesar del apoyo financiero que recibirán próximamente, los emprendedores destacaron que todo lo que consiguieron hasta ahora fue “sin ninguna ayuda”. En ese sentido, contaron que tras la inversión inicial casi no tuvieron que volver a poner de su dinero para continuar con su trabajo ya que “todo se fue regenerando con la venta de los productos”.

A LA MODA. El conocido trono de la serie de televisión estadounidense de fantasía medieval A LA MODA. El conocido trono de la serie de televisión estadounidense de fantasía medieval LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA

“Al principio cuesta mucho empezar un proyecto así; no sabíamos muy bien cómo hacer todo. Pero hasta que lo hacés, no te das cuenta que sí se puede. Claro que tuvimos problemas, pero aprendimos a solucionarlos”, expresó Sandoval mientras recordaba sus primeros pasos en “3DLandTuc”. Y agregó: “te vas poniendo retos y una vez que los vas pasando te dan más ganas de seguir”.

Los estudiantes reflexionaron que, al iniciar su empresa, no se reconocían a sí mismos como emprendedores. “Durante la marcha vimos que sí se podía hacer un negocio y fuimos tomando las actitudes correspondientes para promocionarnos”, dijeron. Al respecto, insistieron en que el uso de publicidad y la presencia en las redes sociales fue clave para darse a conocer. “Usamos Facebook desde nuestros inicios y arrancamos fuerte con Instagram hace dos años. Por ahí nos llega la mayor parte de los pedidos”, especificó Bueno.

Llevar adelante “3DLandTuc” no implica solamente saber sobre impresión. “Es también necesario conocer de marketing, de economía, pagar publicidad y conseguir llegar al cliente”, enumeraron los estudiantes de Ingeniería como los principales desafíos que tienen por delante; además de poner empeño para mejorar la calidad final de su producto. Por lo pronto, el siguiente paso del emprendimiento es instalar un local que sirva exclusivamente para recibir y entregar pedidos. “Así venderíamos mucho más”, consideraron los jóvenes. 

La receta de “3dlandtuc”

1. Emprender en momentos de insatisfacción personal

La empresa dedicada a la impresión en tercera dimensión perteneciente a Bueno, Sandoval y Rodríguez nació a partir de un momento de profunda disconformidad con su situación personal, que fue  consecuencia de los reiterados paros universitarios. “Sentíamos que no estábamos haciendo nada para nosotros”, señalan los jóvenes con respecto al momento en que surgió la idea innovadora.

2. Crear sin más ayuda que la propia

Si bien los estudiantes de Ingeniería pensaron inicialmente en buscar algún tipo de apoyo institucional y financiero, desistieron de hacerlo por las condiciones que les exigían. No fue sino hasta este año que, tras ganar el Fondo Semilla del Ministerio de Producción de la Nación de apoyo al emprendedor, recibirán un préstamo de $ 250.000 para introducir mejoras a su trabajo.

3. Invertir constantemente los ingresos obtenidos

El rápido crecimiento de “3LandTuc” responde en gran medida a la constante inversión en nuevos insumos que los jóvenes realizan sobre su proyecto emprendedor. Según explicaron, más de la mitad del dinero ganado con la venta de productos es destinada a la innovación y renovación de la maquinaria. Asimismo, destacan la importancia hacerlo con rapidez para evitar posibles subidas del dólar.

4. Adoptar una política de promoción y publicidad

Una presencia activa en las redes sociales -principalmente en Instagram y Facebook- mediante la exposición de los productos impresos fue clave para atraer nuevos clientes, exponen los jóvenes. Además, indican que ese aspecto es uno de los desafíos más importantes del emprendimiento.  

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