Los abuelos buscan derribar la brecha generacional

Los abuelos buscan derribar la brecha generacional

SONRIENTES. Los alumnos felices llaman a su familia al finalizar el curso. la gaceta / foto de Osvaldo Ripoll SONRIENTES. Los alumnos felices llaman a su familia al finalizar el curso. la gaceta / foto de Osvaldo Ripoll

Beatriz de Córdoba asiste al taller porque recibió un celular como regalo de su marido. Lo que más le interesa hacer es aprender a contactarse con su familia.

“Nunca creí que iba a poder aprender a usar un celular. Lo hago con mucho agradecimiento porque quiero estar en el mundo actual. Como meta quiero aprender también a escuchar mis orquestas favoritas usando YouTube, y conociendo páginas”, comenta emocionada.

Tanto Beatriz como sus compañeras y compañeros del taller saben que las nuevas tecnologías los ayudan a mejorar su calidad de vida y a fortalecer su independencia; y a mantenerlos más activos y saludables, porque los desafían a ejercitar las neuronas. Ellos saben que diversos estudios han demostrado que el aprendizaje de nuevas tecnologías estimula la actividad mental de las personas mayores, reduciendo la incidencia de enfermedades como el Alzheimer; que la información que brinda internet también los ayuda a resolver problemas; a entretenerse; incluso, a poder llevar un control de sus medicamentos. Ellos quieren demostrar que no hay que tenerle “miedo” a la tecnología.

Redes sociales y más

María de la Rosa es docente jubilada. Asiste al curso porque cree en la educación permanente; dice que aprender a usar el celular era una materia pendiente para ella. “El profesor tiene mucha paciencia porque todos tenemos distintos aparatos. Quiero aprender a usar las redes sociales y poder ser capaz de consultar sobre los autores de novelas que me gustan y ver sus obras, también ver películas”, explica emocionada la profesora de Lengua y Lite

Los encargados del curso se ven sorprendidos por la buena predisposición de los alumnos para asiste al curso. Afirman que en los días de lluvia tampoco se pierden las clases. La mayoría de los alumnos tienen entre 60 y 90 años. Se consideran “abuelos jóvenes” que usan tecnología.

“Este curso está creciendo, de una manera que no esperábamos. Vienen grupos de amigos a aprender, se avisan entre ellos... Vamos a seguir capacitando adultos mayores en los temas que ellos necesiten. Quieren aprender de todo, nos pidieron capacitaciones de Educación Sexual Integral para poder estar informados a la hora de opinar en la mesa, ya que es un tema muy discutido últimamente”, afirma sorprendida Pérez Chaia.

Rosa Páez, recibió una tablet del programa nacional “Mas Simple” y asiste al curso por primera vez. Leyó el manual y no le ayudó mucho. “Tengo miedo de usar hasta el celular. Vengo acá para aprender. La misma chica que me la dio me recomendó este curso”, comenta.

Se estima que dentro de unos años la brecha por edad en el manejo de la tecnología desaparecerá o será insignificante. La edad dejará de ser un punto fuerte a la hora de valorar el acceso a las tecnologías. Este curso ayuda a que esto sea posible. 

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