14 Diciembre 2018
En la General Paz y en la Crisóstomo Álvarez hay opiniones encontradas con respecto a la modificación de los recorridos de los colectivos: algunos comerciantes están esperanzados y otros, preocupados; hay vecinos felices con la idea de que disminuya el tráfico en una calle y algunos, preocupados por el incremento que se producirá en la otra... Depende de la vereda desde la que se mire la situación
En la General Paz esperan la llegada de las líneas interurbanas con optimismo. “Necesitamos más movimiento. Por eso, esto nos parece una buena noticia: si viene más gente es posible que haya más ventas”, se esperanzó Eduardo Coca, quien atiende un quiosco de diarios y revistas en General Paz, casi Chacabuco, desde hace décadas. Eso sí: cree que el tránsito se va a complicar mucho. “Durante los días de clases, esto va a ser un lío total”, pronosticó señalando el colegio Belgrano, que se levanta frente a su puesto.
Cerca de allí, Gerardo Merceje, opinó de manera similar. “El problema va a ser el estacionamiento: si hay un carril exclusivo para los colectivos ¿cómo va a hacer la gente para bajarse del taxi, por ejemplo?”, se preguntó detrás del mostrador de su comercio.
En la Crisóstomo, en cambio, las miradas son distintas. “Lo bueno es que va a haber menos tráfico. No creo que nos perjudique comercialmente, porque nosotros ya tenemos clientes fijos”, expresó un farmacéutico que trabaja a la altura del 600 de esa calle.
“Esto nos va a matar. Nos va a sacar mucha clientela y nadie nos consultó nada. Simplemente tomaron la decisión sin tener en cuenta a los comerciantes”, lamentaron dos hermanas que atienden un quiosco en Crisóstomo al 500.
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