Aporte a la educación sexual de una iglesia evangélica

Aporte a la educación sexual de una iglesia evangélica

La propuesta deja de lado lo que se considera ideología de género.

12 Diciembre 2018

“La enseñanza de la sexualidad es algo positivo. Lo que cuestionamos es el adoctrinamiento de los niños y niñas a través de la ideología de género”. Así lo aclara, de entrada, el programa de “Educación Sexual en Valores” que elaboró la Fundación Equipo de Prevención del Abuso Sexual Infantil (Epasi), a propósito de la ley 26.150 que impone la enseñanza de la Educación Sexual Integral en las escuelas de todo el país. El Epasi trabaja desde hace 20 años en la prevención del abuso sexual infantil. Parte de lo que ya venía enseñando en sus talleres destinados a niños de ambos sexos y preadolescentes fue plasmado en este libro. Según su autora, la licenciada Viviana Salinas de Valoy, fundadora y presidenta de Epasi, el programa puede ser aplicado en cualquier escuela y colegio de acuerdo con su ideario institucional.

“Educación sexual en valores. Para resguardar a los niños y su identidad, y con ellos, las generaciones venideras” lleva el prólogo del pastor de la iglesia Visión Apostólica, José E. Valoy, esposo de la autora. Cabe recordar que las iglesias evangélicas tuvieron amplia participación en las marchas contra el aborto y contra la aplicación de la educación sexual con perspectiva de género este año. Sin embargo, Salinas de Valoy aclara que el trabajo no incluye conceptos de religión porque el propósito es que pueda ser aplicado a cualquier establecimiento o grupo de niños, sin distinción de credo. “Es un programa que respeta la etapa psicosocial, psicoafectiva y psicosexual de los niños”, sintetiza.

“Este programa permite a niños, niñas y pre juveniles aprender sobre sexualidad basada en valores como la responsabilidad, la intimidad, el respeto y la afectividad. Nuestro propósito es que los niños puedan considerar la sexualidad como algo valioso y honroso. Y que a través de estos contenidos puedan prevenir el abuso sexual”, dice Salinas de Valoy.

Cuatro bloques

El libro ESV tiene 99 páginas y está compuesto por cuatro bloques para trabajar en el aula. Cada uno profundiza un valor (familia, respeto, verdad, amor). El temario cuenta con actividades acordes a la edad, e incluye: diferencia entre lo íntimo y lo público, el buen trato y el maltrato, el origen de la vida y la prevención del embarazo. Al referirse al abuso sexual infantil el libro se propone que los chicos entiendan de qué se trata, cómo protegerse y cuáles pueden ser salidas de escape a situaciones de riesgo y como prevenir conductas abusivas de parte de sus pares. También contiene conceptos dirigidos a madres y padres.

Algunas de las actividades disparadoras consisten en saber cuándo un secreto es bueno y conviene guardarlo, y cuando es malo y debe ser contado a un adulto confiable. Para ello utiliza frases que los chicos deben clasificar. Por ejemplo: “mi amiga cumple años y le haremos una fiesta sorpresa”, “a mi amigo le pegan muchos sus papás”, “mi primo me contó que le sacó plata a su mamá”, “me gané un premio en un sorteo”, “Le tengo miedo al vecino de la vuelta de mi casa”, entre otras. De esa manera el docente enseña al niño a diferenciar entre un secreto para guardar y un dato para comunicar a un mayor. El libro cuenta con gran cantidad de propuestas didácticas, de explicaciones para los padres y de fundamentos pedagógicos para los docentes.

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