El gol que el “Pulguita” aún no hizo

El gol que el “Pulguita” aún no hizo

El gol que el “Pulguita” aún no hizo
01 Diciembre 2018

Parece difícil encontrar un reto que no haya cumplido Luis Rodríguez. En formas: metió goles de mitad de cancha, de emboquillada, de penal por supuesto, de cerca, de un poco más lejos, de cabeza, de zurda y de derecha. En torneos: anotó en el Argentino A, la B Nacional, Primera, Copa Argentina, Copa Sudamericana y Copa Libertadores. En el rubro escenarios: jugó en estadios modestos como el “Mario Sebastián Diez” de Juventud Unida en San Luis, hasta en el “Arena do Gremio” en Porto Alegre, Brasil. En víctimas: lo sufrió Azucarera Argentina, el equipo al que encajó ¡12 goles suyos en un solo partido! y también lo padeció Peñarol, multicampeón del mundo y Palmeiras, ex campeón de América.

Justo en este último apartado, encontramos un reto que no ha cumplido: hacerle un gol oficial a San Martín. Hoy, desde las 19.20, volverá a tener la chance de concretarlo, cuando se juegue el clásico tucumano en el Monumental.

Para los detallistas, vale mencionar que sí convirtió en amistosos como los de los veranos de 2015 y 2016, pero hablamos de partidos oficiales. Ambos fueron en La Ciudadela, por lo que si hoy llegara a marcar, podría sacarse dos espinas de encima.

Tampoco es que ha jugado muchos partidos. Son sólo dos los clásicos oficiales que el “Pulguita” ha disputado: uno en la temporada 2010/11 de la B Nacional (1 a 0 a favor de Atlético con el recordado gol de Gastón Stang) y el 3-1 por los 32avos. de la Copa Argentina 2013.

En este último encuentro es en el que más cerca estuvo de romper el maleficio: tuvo un penal a su disposición cuando el partido estaba 1-1, antes de finalizar el primer tiempo y Gonzalo Ojeda, arquero en ese entonces “santo”, se lo atajó volando sobre su derecha.

La oportunidad de hoy podría ser única: además de tratarse de un clásico, será el primero en Primera en casi 40 años. Una descripción ideal para entrar en los escenarios mencionados al principio. Y como para que ya casi no le queden casilleros por llenar.


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