Luis, el atleta que dejó huella en la Bombonera y sueña con la inclusión

Luis, el atleta que dejó huella en la Bombonera y sueña con la inclusión

Su discapacidad motriz, consecuencia de una parálisis cerebral, no le impidió correr en Boca y cumplir su sueño. Hoy participará de la maratón de Atlético.

Luis, el atleta que dejó huella en la Bombonera y sueña con la inclusión FOTOS LA GACETA/HÉCTOR PERALTA

Si para alguien no fueron fáciles las cosas fue para Luis Zurita. Desde bebé, cuando sus padres biológicos decidieron darlo en adopción, y luego con sus primeros pasos que le costaron muchísimo dar debido a su discapacidad motriz, consecuencia de una parálisis cerebral. Aún así, Luis se convirtió en atleta y cumplió su sueño de correr y ganar la maratón de Boca Juniors. Y hoy quiere mostrarles a los niños y jóvenes con discapacidad que "sí se puede".

Lo dice con convicción. "Sí se puede llegar a cumplir un sueño, hay que golpear puertas hasta que una se abra", insiste. Está parado bajo el sol en el parque 9 de Julio, donde corre tres veces a la semana. Sobre la camiseta de Boca lleva con orgullo la medalla que ganó la semana pasada cuando corrió la maratón de ese club y salió primero en su categoría.

Llegar hasta allí tampoco fue sencillo para Luis. Los días previos a la competencia su entrenador, Matías Rojas, subió un video a las redes sociales donde Luis pedía colaboración para viajar a Buenos Aires. "Hola, me llamo Luis Zurita, soy un atleta con discapacidad motriz, hace 10 años que corro maratones en Tucumán y es la primera vez que voy a correr en Boca Juniors y necesito de su colaboración para cumplir ese sueño", se presentaba.

Luis y Matías, su entrenador. Luis y Matías, su entrenador.

Luis tenía los pasajes para viajar pero necesitaba zapatillas y reunir algunos pesos para cubrir los gastos de comida y traslados. Pese a que el video fue compartido cientos de veces y hasta llegó a los medios tucumanos, nadie se acercó a ayudarlo. "Una amiga me regaló unas zapatillas usadas", cuenta él, agradecido. Como Luis es conocido en la Terminal de Ómnibus, donde hasta el viernes trabajó como cadete, un grupo de empleadas de un local de esa estación hizo un bolsillo común para él. 

En Buenos Aires corrió la maratón como un campeón: hizo seis kilómetros en una hora y se ganó la medalla que ya no piensa sacarse del pecho. Matías lo acompañó en todo momento. Luis lo necesita cerca porque suele perder el equilibro y caerse.

Luis salió primero en su categoría en la maratón de Boca, el 18 de noviembre. Luis salió primero en su categoría en la maratón de Boca, el 18 de noviembre.

El Club Atlético Tucumán lo invitó a participar de la maratón solidaria de hoy. Luis irá, aunque sin mucho entusiasmo. "Estoy dolido porque en todas las maratones me discriminan, nunca nadie se acerca a hablarme ni me preguntan qué necesito", cuenta. Entonces su entrenador aclara que en ninguna competencia local existe una categoría para personas con discapacidad. "¡Cómo no la va a haber si a ellos les cuesta el triple correr!", comenta Matías, también molesto. "Él a veces quiere dejar el atletismo por eso -sigue- pero yo le digo que no, que él tiene que ser un ejemplo para los demás jóvenes en su situación".

Antes de subir a su bicicleta para regresar a su casa, Luis cuenta que tiene tres sueños. "A uno ya lo cumplí, que era correr la maratón de Boca", dice contento. Y continúa: "el lunes voy a empezar a cumplir el segundo, cuando comience una nueva etapa en mi vida". Se refiere a que un edil capitalino le ofreció un trabajo en el Concejo Deliberante. "Y el tercero es que me salga la pensión por discapacidad", afirma.

Luis en su bicicleta, la que utiliza para trasladarse y trabajar como cadete. Luis en su bicicleta, la que utiliza para trasladarse y trabajar como cadete.

Tiene 29 años y jamás recibió esa ayuda. "Yo soy adoptado -explica-, mi mamá me adoptó a los nueve meses y cuando presentó los papeles le negaron la pensión porque no era hijo de ella. Aún así mi mamá me ha dado todo, estudié y terminé la escuela gracias a ella. El año pasado, después de 28 años, volví a pedir la pensión por discapacidad. Estoy esperando que salga", dice sin demasiadas esperanzas.

Ese sueño y medio cumplidos trajeron un poco de felicidad a su vida. Tal vez piensa en eso cuando sube a la bicicleta y pedalea nuevamente hacia su casa, en la zona del Mercofrut, como todos los días.

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