Carencias de la educación, según los estudiantes

Carencias de la educación, según los estudiantes

Hace mucho tiempo que se afirma que la educación está en crisis y pese a la incorporación de nuevos contenidos para actualizarla de acuerdo con los tiempos que corren, donde la tecnología se ha convertido en protagonista, los resultados no son los esperados. La educación navega desde hace varios lustros por distintos cauces sin encontrar un rumbo. Los mismos alumnos se dan cuenta de ello y proponen correcciones atinadas, basadas en su propia experiencia.

En nuestra edición de ayer, les dedicamos espacio a los ganadores de las olimpíadas provinciales y nacionales de algunas escuelas tucumanas que sostienen que no se sienten bien preparados para ingresar a la universidad. Un estudiante de 16 años dijo que el profesor es irreemplazable en el aula y la tecnología es una herramienta que este debe saber usar para mejorar la enseñanza; para eso debe tener acceso a capacitación.

Una adolescente de la misma edad que se clasificó en la instancia internacional de Matemática Atacalar, realizada en Tucumán, y ganó una mención de honor en la Olimpíada Nacional de Química, señaló que lo que les enseñan para la olimpíada es diferente. “En clase te dan una fórmula que tenés que saber de memoria y, después, aplicarla sin pensar en nada. ¡Por eso los chicos piensan que la matemática de la escuela no les sirve! En cambio, cuando te entrenás para la olimpíada, ejercitás el razonamiento y la lógica con problemas de la vida cotidiana. ¡Entonces sí le encontrás sentido! Porque esos son los verdaderos problemas que vas a tener que enfrentar en el futuro”, manifestó. Agregó que fallan cuando deben rendir comprensión de texto, porque estudian de memoria. Un joven de 18 años indicó que “lo que hoy tenemos es una escuela de la memoria; te enseñan un montón de cosas de una manera que no las entendés o que sentís que no te sirven. Muchas veces copiás exactamente lo que está en el pizarrón sin saber qué es”. Otro afirma que la escuela del futuro los tendría que formar en contenidos más útiles para la vida, como en Derechos Humanos o en Educación Solidaria contra la Contaminación, como tenemos en la Escuela Normal. Todos coinciden en que en las escuelas secundarias debería dictarse Educación Sexual Integral.

Pero más allá de esta transformación permanente que producen los avances tecnológicos y el gran caudal de información, nos parece que la educación no debe perder nunca su esencia, que es la de proporcionales a los alumnos las herramientas necesarias para pensar, para dudar, para discernir por sí mismos, para interpretar los procesos históricos y relacionarlos con la realidad que vivimos. Una educación que sólo imparte conocimientos o información y no enseña a razonar, a ser creativos, a desarrollar la imaginación, se queda a mitad de camino. Los docentes deberían ser formados con este último criterio. ¿Cómo pueden hacer atractiva una clase de cualquier materia si a ellos tampoco les han enseñado a relacionar los conocimientos entre sí y con la realidad?

La escuela debería contribuir a que una persona encuentre su vocación, brindándole todas las herramientas posibles. Como dicen los chicos, los contenidos que se aprenden de memoria se terminan olvidando. “Siempre que enseñes, enseña a la vez a dudar de lo que enseñes”, recomendaba el filósofo español José Ortega y Gasset.

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