La diabetes, un flagelo que avanza sin pausa

La diabetes, un flagelo que avanza sin pausa

La diabetes es uno de los flagelos de nuestro tiempo que avanza sin pausa. La Organización Mundial de la Salud estima que en 2030 será la séptima causa de mortalidad en el mundo. Aproximadamente la mitad de las muertes atribuibles a la hiperglucemia tienen lugar antes de los 70 años de edad. Según la entidad internacional que en 1991 instauró la celebración del Día Mundial de la Diabetes el 14 de noviembre, 442 millones de adultos padecen esa enfermedad, es decir, una de cada 11 personas.

Según las estadísticas, el número de enfermos ha aumentado de 108 millones en 1980 a 422 millones en 2014. La prevalencia mundial de la diabetes en adultos (mayores de 18 años) ha crecido del 4,7% en 1980 al 8,5% en 2014. Hay más de 347 millones de personas con diabetes 1 en el mundo. Más del 80% de las muertes por ese mal se registran en países de ingresos bajos y medios. De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo divulgada por el Ministerio de Salud de la Nación en noviembre de 2017, en la Argentina una de cada diez mujeres tiene diabetes; se calcula que más de dos millones de argentinos padecen ese mal.

La diabetes es un mal crónico. Quienes lo padecen presentan niveles aumentados de azúcar en sangre (glucemia) y puede llegar a dañar las arterias y algunos órganos. La diabetes de tipo 1 (insulinodependiente o juvenil) se caracteriza por la ausencia de síntesis de insulina. La de tipo 2 (no insulinodependiente o del adulto) se origina en la incapacidad del cuerpo para emplear con eficacia la insulina, lo que a menudo es consecuencia de exceso de peso o de inactividad física. La diabetes gestacional corresponde a una hiperglucemia que se detecta por primera vez durante el embarazo. Según el Ministerio de Salud de la Nación, si no se trata adecuadamente, la enfermedad puede ocasionar hipoglucemias, coma diabético, retinopatía, nefropatía, neuropatía y afectar el sistema cardiovascular. Algunas de sus causas están relacionadas con el sedentarismo, el sobrepeso, la obesidad y el tabaquismo. Sus principales síntomas son la necesidad de orinar con frecuencia, apetito constante, sed y cansancio excesivos, pérdida de peso brusco, falta de interés y concentración, sensación de cosquilleo o adormecimiento de manos y pies; visión borrosa y curación lenta de las heridas. Los especialistas señalan que la actividad física diaria, una dieta saludable y el peso corporal normal pueden ayudar a evitar o a combatir la diabetes.

En alguna oportunidad señalamos que la educación para una vida sana debería comenzar en la escuela primaria. La obesidad es uno de los factores que incide perjudicialmente en la salud de una persona y en particular en la diabetes. En agosto de 2012, la Sociedad Argentina de Pediatría, filial local, señaló que el 40% de los chicos tucumanos sufría sobrepeso y un sector importante padecía de obesidad. Según su informe, más de la mitad de los niños consultados ni siquiera pasaba una hora por semana al aire libre con sus amigos; y destinaba menos de una hora, de lunes a viernes, a actividades físicas extra escolares.

Tal vez los ministerios de Salud y Educación podrían diseñar conjuntamente los contenidos de una materia sobre la alimentación sana, las enfermedades más comunes y las adicciones que se desarrollara a lo largo de toda la primaria; y quizá así tendríamos generaciones menos propensas a enfermedades. Como se sabe, la educación es la mejor prevención.

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