Sombras y luces del servicio de ómnibus

Sombras y luces del servicio de ómnibus

Una de cal y otra de arena, dice una popular expresión para describir que una realidad presenta cosas positivas y negativas. Eso ocurre, por ejemplo, con el transporte público de pasajeros entre los tucumanos. Por un lado, desde hace cinco días los ómnibus dejan de circular a las 22 o 22.30 y reanudan su actividad a las 4.30 o a las 6. La medida fue dispuesta por la Unión Tranviarios Automotor (UTA) por la falta de cumplimiento del acuerdo paritario. El gremio y los empresarios habían pautado un aumento del 15% en tres cuotas estipuladas en abril, septiembre y diciembre, más una revisión de 10 puntos. Pero la federación aún no había cumplido con la segunda cuota.

La buena noticia es que en breve, la Línea 19 tendrá un consultorio médico ambulante y gratuito, que llegará a lugares sin asistencia médica gratuita. La iniciativa se pondrá en marcha en noviembre, gracias al convenio entre esa empresa y la fundación Boreal, que se ocupará de aportar los profesionales. Se brindarán servicios en oftalmología, odontología, prevención y nutrición. “La idea es viajar hasta los valles o a barrios marginales donde ya trabajamos y vimos que hay mucha necesidad”, dijeron directivos y agregaron que la idea es recorrer todo el interior de la provincia. Los días y horarios de circulación se definirán más adelante.

No es la primera vez que esta empresa impulsa iniciativas creativas para hacer más placentero el viaje. A fines de agosto pasado, anunció la incorporación en sus unidades de pantallas para transmitir Bondiar, un canal de televisión para el transporte público de pasajeros. La emisora de orientación educativa fue ideada para el entretenimiento del usuario y para que ayude a mejorar el servicio; los contenidos tienen como referencia los 17 objetivos para el desarrollo sostenible de la ONU.

En junio de 2016, en seis colectivos de la línea de ómnibus 130, que une la capital con Tafí Viejo, se instaló, detrás del asiento del chofer, una pequeña biblioteca, denominada “Bibliobus”. El viajero tenía a mano novelas y cuentos para amenizar la travesía. Cualquiera podía tomar un libro y leerlo mientras viajaba o se lo podía llevar a su casa y devolverlo cuando terminara de leerlo. En esa oportunidad, el propietario de la empresa dijo que la idea era hacer un aporte a la cultura y a la educación de la ciudadanía. “Los pasajeros, en vez de usar todo el tiempo el celular, pueden tomar un libro, apreciarlo y leerlo, aunque sea por un rato”. Los libros fueron proporcionados por el Ministerio de Educación de la provincia. Uno de los compartimentos se hallaba vacío para aquellos que quieran donar ejemplares. El director de Cultura de Tafí Viejo manifestó entonces que se buscaba que los usuarios aprovecharan y cuidaran el espacio cultural.

Siempre son bienvenidas estas propuestas que apuntan a mejorar no solo un servicio público, sino también a incrementar la calidad de vida de los ciudadanos. Si bien los consultorios móviles deberían ser impulsados por el Estado, mucho más en estos tiempos de opresión económica que está afectando duramente, en particular, a los sectores más desfavorecidos, es importante que también surjan de una inquietud privada.

En buena hora que haya empresarios tucumanos, en este caso, del transporte, que no solo piensen en acrecentar su rentabilidad, sino también en devolverle algo a la sociedad, ya que esta es la que sostiene con su aporte diario la actividad. Una acción solidaria que tiende a elevar la calidad de vida de la gente.

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