Del garage a la fábrica: la historia de TBC

Del garage a la fábrica: la historia de TBC

Tucumán Brewing Company, la cerveza propia de Porter, está a punto de cumplir un año. Seis variedades y 25.000 litros al mes.

22 Septiembre 2018

Primero fue Porter. El bar que desembarcó en el momento justo, más justo imposible, en Yerba Buena, trayendo la tendencia mundial de la cerveza artesanal tirada. Antes de eso, hablábamos del chopp, no de la pinta. Los términos IPA, pale, o lager raramente formaban parte de una charla cualquiera a las 8 de la noche, pero de a poco (en realidad, de a mucho), se incorporaron al vocabulario de los tucumanos.

Toda esa historia comenzó a escribirse en junio de 2016, con Porter como la primera cervecería artesanal multimarca de Tucumán, en City Place: 30 estilos de cervezas de todo el país en un mismo lugar. Un año después, Porter dio un paso más adelante, al comenzar a fabricar su propia cerveza artesanal: TBC, Tucumán Brewing Company, con nombre inglés pero con los cerros que se miran desde El Manantial de fondo. La cervecería artesanal más grande del norte ya está instaladísima, con una producción de 25.000 litros al mes.

El maestro cervecero es Javier Blessing. Él si estaba familiarizado con el mundo cervecero, pero como tantos otros homebrewers (pequeños productores “de garage”) lo hacía como hobbie, para compartir su cerveza entre amigos. Porter fue el lugar de encuentro de esos cerveceros y de ahí, el juego se convirtió en trabajo, cuando le propusieron ponerse al frente de la fábrica de TBC. “Fui convocado para jugar en las grandes ligas”. Así define él esta nueva experiencia.

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Dulceros y cítricos

Tucumán Brewing Company tiene en estos momentos seis estilos de cerveza: golden, scottish, porter, ipa, honey (con miel) y orange, la más original de TBC y la más tucumana también. “La Organge Pale Ale comenzó a entrar de a poco en el público. Tiene un dejo cítrico que se consigue con cáscaras de naranjas, también tucumanas. Ese sabor que estamos buscando, la identidad, lo hacemos junto con el consumidor”, cuenta Javier.

Muy a su pesar, de los 25.000 litros que produce TBC, 10.000 son de la variedad honey, con miel. Una cerveza rubia y refrescante, con un toque dulce que se consigue con 100 gramos de miel tucumana cada dos litros, aproximadamente. “Es una variedad que a mí no me cierra, porque no me gustan las cervezas dulces. Pero los tucumanos son dulceros a full y, de hecho, tuvimos que agregarle miel a partir de los comentarios que hacen los clientes en los bares”, explicó.

Porter fue el primer lugar donde se vendió TBC, naturalmente, pero ahora está en varios bares cerveceros de la provincia. De hecho, cuenta Blessing, en algunos bares del sur de la provincia están pidiéndoles exclusividad: sólo quieren vender la suya. “Estamos a punto de cumplir un año y estamos necesitando ampliar la producción. Para nosotros es un orgullo enorme”, finalizó.

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Desde las 6 am

Un proceso que termina al mediodía

A las 6 de la mañana, todos los días, las persianas de la fábrica de TBC en El Manantial se abren y comienza la alquimia. La mezcla perfecta de granos ingresa a los tanques, se cocina, los extractores sacan los vapores y al mediodía el proceso está terminado. Sólo resta fermentar y limpiar la fábrica. Los fines de semana, el proceso termina en un asado de camaradería y, por supuesto, algunos brindis.

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