Comenzó a declarar el hijo del ex secretario privado de Alperovich: "no sé nada", dijo

El debate oral se ha encaminado esta semana hacia la hipótesis de “los hijos del poder”.

TESTIMONIO. “Si me quieren creer, que me crean”, respondió ayer Sergio Kaleñuk ante los jueces de la Sala III. la gaceta / FOTOs DE JORGE OLMOS SGROSSO TESTIMONIO. “Si me quieren creer, que me crean”, respondió ayer Sergio Kaleñuk ante los jueces de la Sala III. la gaceta / FOTOs DE JORGE OLMOS SGROSSO

El debate oral se ha encaminado esta semana hacia la hipótesis de “los hijos del poder”, una de las líneas de investigación del homicidio de Paulina Lebbos, ocurrido en 2006. Atrás quedaron las declaraciones en torno de los procedimientos policiales y las pericias, ya que los testimonios de Gustavo “El Gordo” González, referente de la barra brava de Atlético; Daniel Paz, ex chofer de José Alperovich durante 12 años y directivo del “Decano”; y de Sergio Kaleñuk, ex secretario privado de la Casa de Gobierno y también directivo del club, dieron forma a la nueva etapa del juicio.

“El caso me trajo muchos problemas por la exposición pública. Desde que comenzaron a nombrarme, lo que siempre quise y quiero es que, ojalá, se encuentre o se sepa lo que pasó. Porque no tengo nada que ver y no sé nada. Me puse a disposición de la Justicia desde el inicio, no tengo nada que esconder. Si me quieren creer, que me crean. Si hubiese sabido o alguien me hubiera contado algo, le aseguro que lo habría dicho”, dijo Kaleñuk ayer ante el Tribunal. En ese momento, el hijo del ex secretario privado de Alperovich, Alberto kaleñuk, salió de las respuestas cerradas, del “no recuerdo” de los hechos, para expresar cómo había incidido el caso en su vida.

“No conozco nada ”

La voz sutil, la inquietud y, al final, la actitud defensiva y la molestia -advertida por los jueces varias veces-, marcaron la declaración del testigo ante las continuas interrogaciones sobre lo que sabía de la causa. “Después de una investigación como la que hizo el señor (fiscal, Diego) López Ávila, que me averiguó todo, hasta el número del zapato y qué calzoncillos usaba, y no consiguió un prueba en mi contra y no logró involucrarme más en el caso, me siguen investigando y me siguen investigando... Por eso, empecé a ver fantasmas y (pensar) que me podían plantar una prueba”, fundamentó el joven, de 39 años, respecto de su decisión de realizar una prueba de sangre en Buenos Aires de manera privada y no en el marco de la instrucción penal.

Ayer se expuso un escrito del entonces abogado Fernando Poviña (hoy, juez Federal), en el que manifestaba una posible nulidad del procedimiento, teniendo en cuenta los cuestionamientos públicos del entorno familiar de Lebbos sobre la contaminación de las evidencias para estudios genéticos.

Kaleñuk señaló ayer que se enteró que Paulina había desaparecido mediante la prensa, al igual que el hallazgo del cuerpo de la víctima.

“¿Qué supo usted por la prensa?”, le preguntó Emilio Mrad, abogado de la querella. “Nada”, respondió, por su parte, Kaleñuk.

“¿Supo cómo murió?”, volvió a preguntar el letrado. Y contestó: “No”.

“¿Sabe dónde la encontraron a Paulina?”, le consultó la querella. “Por lo que dice la prensa, en la zona de Raco. No conozco nada del caso, más lo que dice el diario o habré escuchado en algún noticiero”, argumentó.

El declarante reconoció que su padre había construido una casilla prefabricada en El Cadillal, aunque negó haber tenido alguna intervención en la operación comercial. “No recuerdo por qué la levantaron, no era mía la casilla”, enfatizó.

El fiscal Carlos Saltor expuso en la audiencia un registro de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), en el que figuraban unas 15 comunicaciones telefónicas de la línea a nombre de Sergio Kaleñuk, entre las 6.30 y alrededor de las 16, el domingo 26 de febrero de 2006. Ese día se realizó el clásico entre Atlético y San Martín y ocurrió la desaparición de Paulina.

Kaleñuk, quien seguirá declarando hoy, contó que se había acostado temprano la noche anterior y que el domingo se levantó a la madrugada y se trasladó hasta el club Central Córdoba, en Bolivar y avenida Alem, para vender las entradas destinadas a los hinchas de San Martín. Dijo también que habría recogido a un tal Hugo Gómez , quien “vivía frente al autódromo”.

En su testimonio, Daniel Paz había dicho minutos antes que había buscado a Hugo Gómez temprano y que luego ambos se habían movilizado hasta el club CC para encontrarse con Kaleñuk.

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