Animales en edificios: más gente quiere tenerlos como compañía y aumentan los conflictos

Animales en edificios: más gente quiere tenerlos como compañía y aumentan los conflictos

Apenas se va a trabajar su vecina del quinto piso empieza la tortura: los aullidos del chihuahua son insoportables. Ni hablar del que vive en el tercer piso. Todos los fines de semana deja solos sus dos cachorros y un coro de ladridos no la deja dormir la siesta. Mariana, que vive en un edificio céntrico, está pensando en mudarse. Se cansó de hacer denuncias en el consorcio. También se saturó por las veces que encontró sucias las escaleras. Sus reclamos no obtuvieron respuestas. O mejor dicho sí: certificados médicos que avalan cuánto los dueños necesitan de sus mascotas como una cuestión de salud emocional.

“No estoy en contra de que tengan animales, pero que se hagan cargo y no perjudiquen a los otros”, plantea. Ese mismo reclamo escuchan frecuentemente los administradores de edificios. Cada vez más gente que vive en departamentos quiere tener una mascota y aumentan los conflictos por ruidos molestos, según comentaron los administradores de propiedades horizontales.

Las denuncias por ladridos y llantos de los animales son causa de muchas quejas, admite Carlos Alberto Trayán, presidente de la Cámara de Administradores de Consorcios y Propiedades de Tucumán (Cacyprop). También hay quejas por problemas específicos con mascotas, como malos olores.

¿Hay alguna norma que prohíba tener perros o gatos en departamentos de propiedad horizontal?, le consultamos. “Sólo hay una ordenanza que prohíbe tener animales de caza, como un rottweiler por ejemplo”, explica. Después, cada edificio tiene su propia reglamentación en la que establece si se permite o no vivir con perros y gatos. Los planteos suelen ser de personas que están solas y solicitan tener mascotas de compañía por una cuestión de salud.

Lo que se pide, según Trayán, es que haya respeto hacia el vecino con el tema ruidos molestos. “Es un problema diario que los administradores tenemos que estar tratando, mediando para que se solucione, aunque ese no sea nuestro trabajo”, remarca.

Si los vecinos no se arreglan en esta instancia pueden terminar en la Justicia. Otra cuestión que se debate en los consorcios es por dónde deben subir o bajar los animales. La mayoría no permite que lo hagan por ascensor, o que si suben en él no puedan hacerlo cuando hay otras personas adentro de este habitáculo.

Responsabilidad

“Desgraciadamente es una situación que trae muchos problemas porque los que tienen animales no siempre asumen la responsabilidad de limpieza en los espacios comunes y termina siendo tarea del portero”, cuenta Carmen Osta, administradora de edificios. “Una cosa es poner un perro chico y otra es llevar a un departamento un ovejero alemán. Es incomprensible, pero ocurre”, añade.

Cuando hay muchas quejas en el consorcio por un animal se puede multar al propietario e incluso prohibirle que la mascota viva en el edificio. Sin embargo, según los administradores, esto no siempre se logra porque el demandado suele presentar un certificado médico en el que consta que necesita el perro por su salud.

¿Por qué ladran tanto?

Los ruidos de las mascotas cuando están solas son el motivo principal de pelea vecinal. Quienes reclaman aseguran que lo hacen porque les da lástima el animal, que pasa muchas horas esperando a su dueño.

¿Se puede controlar el ladrido de un perro que vive en departamento? Son preguntas frecuentes de los vecinos de edificios. El ladrido es normal, es propio de los perros y actúa como una señal de advertencia cuando se ejecuta ante una presencia. Ahora, ¿qué pasa cuando no paran de ladrar; es algo patológico?

Alfredo Falcón, adiestrador de canes, explica que el ladrido es una exteriorización de la voluntad del perro. En otras palabras, es el recurso que tiene para decir qué quiere. “Si está estresado por el encierro seguramente es la manera de decir que quiere salir. Se puede controlar el ladrido, pero yo antes que hacer eso averiguaría qué le está pasando. Un animal necesita salir a descargar energía; lo ideal es que lo haga tres veces al día”, señaló el especialista. No obstante, recalcó que hay razas de perros que ladran más que otras, como los de guardia.

Un perro puede ladrar cuando está solo en manifestación de lo que se llama “ansiedad por separación”. Si se lo acostumbra, puede pasar hasta 10 horas solo sin ladrar. En estos casos, la recomendación es que sea adiestrado por un especialista. Y que el dueño sea consciente de que lo debe pasear todos los días para bajar sus niveles de ansiedad. Mientras uno haga ese paseo correspondiente, lo deje con agua, con algún juguete, o con la radio prendida, puede quedar solo y no molestar a todo un edificio.

Las denuncias por ladridos y llantos de los perros son causa frecuente de reclamos. ¿Qué hacer para tener una sana convivencia?

> Cómo contener a tu mascota
- El primer paso es entender por qué ladra un perro. Algunos los hacen porque intentan comunicarle a su amo que quieren algo. Puede ser que tengan hambre, sed o simplemente que quieran jugar. Si esto sobrepasa los límites razonables, hay que buscar ayuda de un adiestrador.
- Si el perro queda mucho tiempo solo encerrado, podés dejarle puesta música o la radio para proporcionarle un ruido humano que le resulte familiar. También podés darle algunos juguetes que lo mantengan ocupado: una vieja prenda de ropa sin lavar o un pequeño palo de madera, por ejemplo.
- Apenas vuelvas a tu casa, jugá con tu perro, ayudalo a que haga ejercicio. El can te ha extrañado y esta es la mejor manera de restablecer el vínculo.
- Si está ladrando mucho ante la presencia de un extraño podés darle la orden firme de “callate”. Primero utilizá algo que haga mucho ruido, como una lata llena de monedas, para atraer su atención. Cuando el perro deje de ladrar, dale un premio. Así entenderá que se debe callar cuando reciba esa orden.

> Felinos sofisticados
Cómo es Gatosphera, el hotel de lujo para gatos en Madrid

La idea se le ocurrió a Almudena Díaz Miguel. Un amigo le dijo que había una gran cantidad de alojamientos para perros pero no para gatos. Así fue que ella decidió inaugurar, en 2010, el exclusivo hotel para felinos. La estancia es grande y tiene todas las comodidades que estas mascotas necesitan. Posee tres hectáreas en San Agustín del Guadalix, al norte de Madrid, y cuenta con 20 habitaciones con suelo de madera y distintas superficies en altura para que los animales puedan disfrutar de treparse. También hay bungalows con vista a las sierras madrileñas y 16 suites de lujo, decoradas con cuadros y muebles de colores. En todas las habitaciones hay camas refrescantes y colchonetas térmicas. Los precios van desde los 15 a los 27 euros la noche. El servicio incluye comida y cepillado, revisión veterinaria y medicación en caso de que se necesite, según describió el diario “La Vanguardia”.

> Las últimas horas
Un veterinario contó qué hacen las mascotas justo antes de morir

Un veterinario de Tennessee, en Estados Unidos, reveló qué es lo que necesitan las mascotas antes de morir, y la respuesta fue tan franca que estremeció a sus seguidores de Twitter. El profesional contó que cuando tiene que sacrificar a un animal, en el 90% de los casos los dueños no quieren quedarse en el cuarto cuando les pone la inyección. Así que los últimos momentos, por lo general, el animal se lo pasa buscando sin parar a sus dueños por todas partes. “Fuiste el centro de su mundo durante toda su vida. Puede que sólo hayan sido una parte de la tuya, pero sólo te conocieron a vos como familia. Por favor, te ruego que no los dejes”, escribió otro veterinario en la red. “No seas un cobarde sólo porque es muy difícil para vos”, agregó.



> A la hora de comer
Conocé cuáles son las razas de perros más glotonas

No todos los perros son iguales, pero claramente algunos de ellos son más glotones que otros de acuerdo a su raza. Estas son las razas que más alimento consumen: gran danés (el de la foto, que necesita unas ocho tazas de comida diaria dividida en dos porciones), san bernardo (un kilo de alimento por día), el mastín (más de dos kilos diarios de comida cuando es adulto) y el dogo del Tibet (800 gramos de alimento, dos veces por día).


Tamaño texto
Comentarios
Comentarios