Apostar por el deporte no es gasto, sino inversión

Apostar por el deporte no es gasto, sino inversión

17 Septiembre 2018

El tema no es nuevo. Al contrario. Se trata de un viejo debate que cada tanto se instala en la gran escena. ¿Apostar por el deporte profesional es un gasto o una inversión para los funcionarios de una provincia? La pregunta tiene múltiples respuestas. Depende del momento, de la política que impulsa un gobierno y de las circunstancias que rodean a esa toma de decisión.

La actual crisis económica afecta a diferentes sectores. El deporte no es la excepción. Todo cuesta demasiado. El dinero que se requiere para encarar un desafío de esta naturaleza es mucho. No alcanza con los ingresos genuinos de los clubes. Sin sponsor es imposible afrontarlo. Conformar un plantel; contratar el cuerpo técnico; organizar los viajes y abrir un estadio para jugar de local es lo básico que se necesita. La suma de todos esos puntos tiene un costo elevadísimo. El basquetbol tucumano fue una de las víctimas de esta situación. Cansados de golpear puertas y de no tener las respuestas necesarias, los dirigentes de Asociación Mitre y Talleres decidieron “tirar” la toalla como ese boxeador que sabe que ya no tiene fuerzas para seguir peleando y que la derrota es inminente. Ambos clubes se bajaron de la Liga Argentina, el segundo torneo de clubes en importancia a nivel nacional, porque desde el gobierno no respondieron al pedido de ayuda solicitada para hacer frente a las erogaciones.

¿Es justo cargarle con toda la responsabilidad al gobierno por la falta de apoyo? Algunos justificarán la posición con argumentos irrefutables. Dirán que hay otras prioridades, especialmente cuando la situación del país obliga a cuidar cada peso con mucha responsabilidad. Desde ese punto de vista se puede entender la negativa. Pero si se analiza la postura asumida por las autoridades vecinas, la situación cambia. Algunos gobernantes creen que el deporte es un socio excelente para proyectar las bondades de una provincia a nivel nacional e internacional, lo que permite mejorar el turismo. Hay una política de Estado y entonces lo que para algunos parece un gasto más, en realidad es una interesante inversión para generar ingresos genuinos.

En Tucumán, desde hace mucho tiempo se considera el deporte como un elemento social. Apuntalar a los clubes barriales y las disciplinas amateurs es prioridad desde para las autoridades del Poder Ejecutivo. El trabajo es intenso y debe destacarse. Pero eso no quita que también se puede fortalecer el deporte de alta competencia, apoyando a las instituciones tanto desde lo económico como en infraestructura. Esa es una cuenta pendiente que los tucumanos esperan sea saldada alguna vez. Mientras tanto, pasan los años y la realidad no cambia.

Otro aspecto que algún día deberá ser analizado es la ayuda a deportes o clubes vinculados de una forma u otra a funcionarios de turno. La ayuda como beneficio personal o como una manera de hacer política no es una buena señal. Lamentablemente, en Tucumán eso se volvió una constante en los últimos años. Por ese motivo, algunos deportes o instituciones se beneficiaron por encima de otros. Ejemplos hay muchos. Ojalá no se repita en el futuro.

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