Robo de la estatua: surgen más indicios respecto de una supuesta complicidad

Robo de la estatua: surgen más indicios respecto de una supuesta complicidad

Hubo dos casos más en los últimos 10 años.

Robo de la estatua: surgen más indicios respecto de una supuesta complicidad ARCHIVO
15 Septiembre 2018

La Justicia sigue sumando indicios para sospechar que, en el robo de la estatua la “Meditación”, los ladrones habrían contado con la colaboración de empleados municipales. Además, se cree que se habrían estado hurtando piezas del patrimonio del Parque 9 de Julio desde hace varios años.

La obra fue denunciada como robada el martes 7 de agosto por las autoridades de la Dirección de Espacios Verdes. A la presentación la realizaron cinco días después de que el personal se diera cuenta de la desaparición. Sin embargo, con base en análisis de las cámaras de seguridad, se descubrió que el robo se produjo el miércoles 1 de ese mes, es decir, dos días después de que los responsables de la repartición se dieran cuenta del faltante.

Carlos Arnedo, secretario de Servicios Públicos, cuando se descubrió el caso, declaró que no habían realizado la denuncia ni el viernes 3 ni al día siguiente porque la Seccional 11ª no contaba con el servicio de energía eléctrica. Reconoció que el domingo no insistieron y que el lunes tampoco pudieron cumplimentar el trámite porque no encontraron al comisario.

La fiscala Adriana Giannoni, que investiga el caso, descubrió que la dependencia policial sólo había tenido problemas con el suministro el viernes 3. También habría comprobado que un móvil del Servicio 911 se presentó al lugar después de que se dieran cuenta del faltante, pero les avisaron que realizarían la denuncia en la Seccional 11ª.

Maniobras

A la Justicia no le resultó sencillo recabar información de los empleados de la repartición. Varios de los testimonios fueron contradictorios. Incluso, tuvieron que recurrir al personal de la división de Delitos contra la Propiedad de la Policía para que uno de los responsables se presentara a responder las preguntas que tenían para hacerle.

Los testimonios de otros empleados sirvieron para aclarar el panorama. Por ejemplo, explicaron que resultaba prácticamente imposible que nadie se haya dado cuenta de que se estaban llevando la “Meditación”. Estimaron que para cargarla en la camioneta utilitaria que se utilizó, se habría necesitado la participación de, al menos, ocho personas, ya que su peso estimativo es de 250 kilogramos.

Un técnico, según consta en el expediente judicial, comentó que para sacar la estatua, sí o sí, debieron haberlo hecho de la base, cargarla un par de metros, hacer uno o más descansos, y recién allí, subirla al vehículo en el que la trasladaron a un lugar no determinado aún.

El mismo especialista, de acuerdo a fuentes oficiales, había descartado esa posibilidad, ya que no descubrieron alguna marca en la zona donde estaba ubicada la pieza. También estimó que los ladrones debieron utilizar algún tipo de maquinaria para cometer el hurto. “Así es imposible que nadie haya podido observar gente trabajando”, habría opinado el testigo.

Esa declaración fortaleció la hipótesis de Giannoni. En las imágenes de las cámaras de seguridad también quedó registrado un singular hecho. Después de cargar la obra, la camioneta pasó por el frente de Espacios Verdes y realizó un cambio de luces cuando pasó por delante de una camioneta que allí estaba estacionada. Los que estaban en el interior de ese otro vehículo, devolvieron el saludo. Por falta de nitidez, no se pudo identificar a ninguno de las dos rodados.

Más robos

La escultura sustraída estaba emplazada dentro del parque 9 de Julio, junto a la avenida Ramón Paz Posse. La pieza pertenece a un conjunto de réplicas colocadas sobre esa arteria hace casi un siglo. Fue traída de Europa por Juan B. Terán y colocada en el parque en 1927.

Un empleado de Espacios Verdes también declaró que esta es la tercera estatua que sustrajeron del paseo, en los últimos 10 años. Desconocidos se llevaron en 2006 la “Vestal Orante” y al año siguiente, “Idilio”. Las piezas nunca fueron recuperadas y tampoco se logró identificar a los autores de sus robos.

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