La postergada revalorización de El Bajo

La postergada revalorización de El Bajo

Las ciudades suelen tener espacios públicos o barriadas que están enraizados en su historia, y generalmente, se preocupan por su conservación porque no solo son motivos de atracción para los visitantes, sino también para sus propios moradores. Durante muchos lustros, El Bajo fue un lugar de encuentro de los tucumanos que provenían del interior de la provincia y de quienes llegaban por el Ferrocarril Belgrano.

Siempre tuvo una vida comercial propia que creció en 1963 cuando se inauguró la terminal de ómnibus en una parte de la plaza La Madrid. Boliches y fondas -la mayoría fue devorada por el progreso-, al son del folclore y el tango, y luego de la cumbia, le dieron un toque pintoresco. Contribuyeron a delinear ese perfil, músicos, como “El ciego” Pancho, que se convirtieron en personajes emblemáticos. Justamente, por ser un lugar que reflejaba una faceta de la identidad de la ciudad, fue escenario del rodaje de algunas películas.

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Con la inauguración de la nueva terminal de ómnibus sobre avenida Brígido Terán en 1994 y el levantamiento del ferrocarril, la barriada comenzó a retroceder. La instalación de una estación de servicio le dio un toque de modernidad y la mayor iluminación contribuyó a disminuir la sensación de inseguridad.

En vistas al Bicentenario de la Declaración de la Independencia y en el marco del programa “Renovación de Áreas Urbanas”, la Municipalidad de San Miguel de Tucumán inició en 2008 el remozamiento de los frentes de 14 inmuebles, construidos entre 1890 y 1910. El proyecto integral abarcaba el desplazamiento de los vendedores y comerciantes ubicados en el pasaje Sargento Gómez hacia el Predio Ferial y crear en el lugar una especie de calle cultural. Se planeaba firmar un convenio con la Facultad de Artes de la UNT para que se expusieran cuadros y se realizaran otras actividades artísticas. Se repararían las veredas, se plantarían naranjos y lapachos, árboles típicos de la provincia. El plan de renovación también incluía la refacción y reciclado del edificio de la ex terminal. Los domingos habría un mercado de venta de artesanías típicas de Tucumán, así como antigüedades. Pero todo quedó en una expresión de deseo.

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El subsecretario municipal de Planificación Urbana dijo en “Panorama Tucumano”, programa de LA GACETA Play, que en 2008 había diferencias políticas con el Gobierno local, para que pusiesen liberar la plaza La Madrid, los cuentapropistas debían pasar al Predio Ferial, que pertenece a la Provincia y no consiguieron el aval de la gestión del entonces gobernador Alperovich para concretar el proyecto. “Nosotros tenemos toda la intención y están los proyectos para continuar... espero que haya algún momento de diálogo para poder desarrollar los elementos que hacen falta. Reconocemos que estamos atrasados; empezamos con muchísima fuerza pero hay una deuda de mucho tiempo atrás”, manifestó.

Este es otro ejemplo de proyectos de revalorización importantes para la ciudad que no se materializan por falta de diálogo y de voluntad política en la clase dirigente de distinto signo partidario. Si la comunicación entre quienes nos gobiernan es prácticamente inexistente, difícilmente esta sociedad pueda progresar, porque en esta pelea de intereses personales y mezquindades el único perjudicado es el tucumano.

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