En Tucumán, los croatas festejaron como verdaderos campeones

En Tucumán, los croatas festejaron como verdaderos campeones

Una veradera fiesta se vivió en el Catalina's Park durante la final y, pese al resultado, la comunidad croata alentó con orgullo.

16 Julio 2018

Este año será recordado por los croatas y el mundo como el del hito futbolístico del país balcánico. Luego de vencer 2 a 1 al conjunto inglés, Croacia llegó a la final por primera vez en la historia.

Ante la gran cita, la comunidad croata en Tucumán decidió alentar al unísono a la selección de Luka Modric en el hotel de avenida Soldati 380. Catalina Lonac, cónsul honorífica del NOA, organizó el evento al cual asistieron más de 150 personas, en su mayoría vestidas con los colores de la bandera.

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Nora Domijan es hija de croatas y una de las pocas descendientes que domina el idioma. Durante la previa del partido, expresó con orgullo: “siento mucha emoción de que Croacia juegue la final del Mundial porque es una nación chica que hace 17 años salió de la guerra de los Balcanes y logró reconstruirse en poco tiempo, gracias a su disciplina económica”.

María Susñjar también es hija de padre croata y amante del fútbol: “no conozco Croacia, pero llevo al país en el alma. Y mi jugador favorito es Modric” dijo entre risas antes del comienzo del partido.

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Llegado el momento de entonar los himnos, los invitados escucharon de pie “La Marsellesa” y también el himno de Croacia. Hubo un cálido aplauso.

El primer tiempo se vivió con intensidad, al compás del buen manejo de la pelota de los croatas. Los ánimos en el salón crecían a medida que los dirigidos por Zlatko Dalic ingresaban en el área francesa. Pero el cierre de los primeros 45 minutos castigó a los presentes con un 2-1 a favor del equipo galo.

En el entretiempo, Martín Mario Gjugum (de 65 años), comentó: “los croatas tienen el rasgo característico de vencer todas las adversidades. Venimos de partidos con tiempos complementarios y estamos muy cansados, pero mantenemos la esperanza en el equipo”.

Los minutos pasaban y, para peor, a los 59’ el marcador quedó 3 a 1 en favor de Francia. Resignación en la sala y rostros serios. A los pocos minutos, el rival volvió a convertir un tanto, que lo acercaba cada vez más a levantar la Copa Mundial. No obstante, el equipo croata no se daba por vencido, y la gente tampoco. Mejor aún, cuando a los 69’, tras un error del arquero francés llegó el descuento. Quienes estaban en el salón festejaron con gritos eufóricos que resonaron en el lugar.

Pero la reacción quedó en eso y, aún en la tristeza del resultado, los croatas mantuvieron el orgullo de llegar a la final. Lonac reavivó el espíritu: “¡el mundo aprendió a amar a Croacia! ¡Somos un ejemplo de lucha! ¡Viva Croacia!” Y los presentes rompieron en aplausos y una cerrada ovación.

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