“Por un gran amor hay que arriesgarse y sufrir”

“Por un gran amor hay que arriesgarse y sufrir”

Dos sexólogas hablan sobre cómo es enamorarse a la distancia y con la tecnología de por medio.

01 Julio 2018

¿Para vivir un gran amor hay que arriesgarse? Sí, dicen sin vueltas Amelia del Sueldo Padilla y Mileva Pavicich, dos reconocidas sexólogas tucumanas, al ser consultadas sobre cómo es enamorarse en tiempos de redes sociales.

Sin dudas, coinciden, las relaciones a distancia han cobrado una nueva dimensión a través del uso de internet. Hay más posibilidades de concretar una historia de amor que fue una chispa de verano o que se inició por chat.

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“Las redes sociales permiten que esto del amor a distancia sea algo frecuente. Las fronteras se desdibujan para dar paso a las más épicas historias de amor. Sin embargo no hay que olvidar que esto no es lo más frecuente. Lo más común es que en la web nos encontremos con personas que trata de mostrar lo mejor de uno, que juego mucho con las fantasías, que no son genuinos”, señala Pavicich.

“La tecnología acerca y las comunicaciones se facilitan. Todo eso funciona bien. El desafío de estas historias de amor pasa por el encuentro real, no por el virtual donde nos vestimos con nuestras mejores ropas ¿Qué pasa cuando ocurre el encuentro, si no está a la altura de las expectativas y de las fantasías?”, se pregunta Amelia del Sueldo.

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Acercarse a la realidad

“Muchas personas insisten y tienen encuentros sucesivos donde se van acercando a la realidad de lo cotidiano. Hay otras que definitivamente huyen. Y siguen buscando. Por algo los sitios de citas tienen tanta adhesión en la comunidad. Allí se acomodan los perfiles como mejor nos parece que podemos seducir. Ahora, una vez que ocurre el encuentro amoroso, surge la pasión y pensamos en la posibilidad de construir un proyecto de vida. Entonces, uno de los dos debe dejar su lugar, su espacio, sus proyectos”, señala la experta.

Por su consultorio han pasado varias parejas: algunas decidieron continuar a la distancia porque descubrieron que no compartían el mismo proyecto; otras, con cambio de país incluido, que terminaron abruptamente por una cuestión cultural y también están las que siguen construyéndose como parejas.

“Dejar de lado un proyecto propio es una gran decisión. ¿Cuánto puede sostenerse luego esa persona? Depende de lo que pueda construir cómo propio y cómo proyecto de vida con esa otra. El tema es que si no probamos, siempre quedará la duda”, explica.

Encontrarse

Según Pavicich cualquier relación, por más que empiece de forma virtual, necesita de encuentros para sostenerse. “De lo contrario se corren riesgos y aparece la desconfianza como uno de los principales fantasmas”, opina.

Si la relación avanza, si hay mucha pasión y amor, según la sexóloga, es importante “poner racionalidad donde hay mucha emocionalidad”. “Las decisiones que tomamos bajo el efecto de las pasiones y los impulsos no son siempre las más acertadas. Los renunciamientos personales, a proyectos, actividades y estilos de vida, deben ser muy evaluados para que no se vuelvan en contra de la relación en algún momento. Pero también entender que para amar es necesario renunciar a algunas cosas”, sostiene. No obstante, considera vital arriesgarse por un amor en estos tiempos modernos: “no es posible amar sin sufrir y también es cierto que quien ama más sufre más”.

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