Hecha la ley, hecha la trampa
Para el tucumano Luciano Laporta Podazza, experto en seguridad informática, la no-neutralidad de la red podría generar desigualdades en las que sólo algunos se vean beneficiados. “Por ejemplo: Netflix decide lanzar un servicio de música que compita contra Spotify y les pone plata a los ISP (proveedores de internet) para que le den más calidad de servicio a Netflix que a Spotify”, advierte. Con un escenario adverso, los usuarios podrían volcarse masivamente a una de las compañías y que la otra desaparezca. “Otro escenario típico -avanza Laporta- es el de la censura, donde se podrían bloquear sitios... y ya sabemos lo que eso significa”.
Pero así como está el problema, está la solución. “Para saltar esas vallas de la censura está TOR, un protocolo que ha servido para saltar la censura en países como China donde todo está muy controlado”, explica. TOR, las siglas de “The Onion Router” (router “cebolla”) plantea que si un usuario quiere llegar a Google, por ejemplo, en lugar de hacerlo de manera directa pase por varias “postas” (nodos de conexión), como si fueran capas de una cebolla, hasta llegar al destino. De esa manera, se hace casi imposible rastrear el punto inicial de la conexión, por lo cual es altamente privado.
“Por supuesto, a TOR se lo ha usado tanto con fines lícitos como ilícitos, pero su génesis es un proyecto altruista de libertad en internet”, indica Laporta.
Con TOR se puede, entre otras cosas, seleccionar por qué países no circularán los datos que requerimos, con lo que se podría saltar las regulaciones restrictivas de algunos lugares.