Día de la Numismática argentina

Día de la Numismática argentina

EL PRIMER METÁLICO. Anverso y reverso de la moneda de 1813. EL PRIMER METÁLICO. Anverso y reverso de la moneda de 1813.
16 Abril 2018

Víctor J. Chocobar - Abogado - Numismático

Si en algo está representado un Estado es en sus símbolos y mucho más aun, en su moneda. Naciones aun no reconocidas hoy como estados (Nagorno Karabak, en los Cáucaso; la República Separatista de Transnistria, bordeando el Dniester entre Rusia y Moldavia) han acuñado ya moneda para dar una señal de soberanía. Así fue que la Asamblea General Constituyente del año 1813 quiso y logró dar señal de soberanía de las Provincias Unidas del Río de la Plata hacia el mundo, mandando crear la Primera Moneda Patria. Resultado de la gloriosa y resonante Batalla de Salta el 20 de febrero de ese año fue la recuperación de los espacios ricos en minerales del Alto Perú y de la Casa de Moneda de Potosí, de donde habían salido las bellas monedas coloniales de oro y plata en los siglos XVIII y principios del XIX.

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Como éstas habían representado “reales” por signo monetario y los perfiles de Carlos III, Carlos IV, y Fernando VII, la Asamblea independentista tuvo que mudar la “R” de la ceca por la “S” de los soles, signo que luego, durante mucho tiempo iría a representar a la hermana República del Perú. Hoy, cuando uno se encuentra en el mundo con coleccionistas, éstos preguntan por los “soles argentinos” de 1813, 1814 y 1815, monedas de las más buscadas. Incluso las colonias portuguesas del Brasil acuñaban su moneda sobre las argentinas, por lo que –bien observadas- pueden advertirse como curiosidad bajo las cruces portuguesas, nuestro escudo patrio y el sol incaico y encima la torpe acuñación colonial lusitana de 960 reales en sus variantes de cecas de Bahía o Río de Janeiro.

Las de plata representaban nuestro escudo nacional sin el sol; las de oro agregaban símbolos militares como cañones a ambos lados del escudo y un tambor.

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Esa orden de la Asamblea, dada el 13 de abril de 1813, significó la acuñación de nuestra primera pieza de metálico, cuyos anverso y reverso fueron luego reproducidos en las dodecagonales de m$n 25, entre 1964 y 1968 y en la actual bimetálica de un peso, desde 1994 habiéndose dedicado una emisión conmemorativa de su bicentenario en 2013, en todos los casos con la leyenda “Primera Moneda Patria” y “En Unión y Libertad”, tal como mandó la Magna Asamblea Constituyente.

El 13 de abril, por iniciativa del presidente José Evaristo Uriburu (1895/1898) fue designado como “Día Nacional de la Numismática”, presencia de esta ciencia auxiliar de la historia que aúna el fervor coleccionista con el amor por el conocimiento histórico. El Museo Numismático del Banco Central lleva el nombre de su hijo.

La provisoria recuperación de Potosí por los realistas interrumpió la acuñación de moneda independiente. Sobrevinieron luego nuestras guerras civiles, la tiranía y la constitución de 1853, períodos durante los cuales, la amonedación argentina fue difusa, irregular y a cargo de algunas provincias (La Rioja, Córdoba, Buenos Aires entre las más notables), sumado a ello la facultad de Bancos Privados -luego de Mitre- para emitir billetes. Toda esa constelación cuasi gitana circulaba en nuestro actual territorio, donde se las recibía así como a monedas bolivianas de plata y cobre, peruanas, e incluso las coloniales que aún quedaban, valiendo más por su peso en metal que por el valor nominal que representaban.

El Estado Argentino moderno, hijo de la Constitución, de la Organización Nacional y de la Generación del 80 no podía permitirse la carencia de un signo monetario soberano y sólido, tal la idea que encabeza esta nota. Y fue nuestro ilustre comprovinciano Julio Argentino Roca quien propició y promulgó la Ley 1130 el 5 de noviembre de 1881 que ordenó emitir el Peso, la primera unificada moneda republicana argentina, una magnífica atesorable pieza de plata 900 de 25 gramos. El “peso fuerte”, el “patacón”, y toda la serie desde 1882 que iba desde la moneda de cobre de un centavo hasta la brillante de cinco pesos, conocida como el “argentino oro”, una preciosa moneda de 8,06 gramos que en tiempos de Roca y de la república ubicada entre las seis más prosperas de la tierra equivalía a lo que hoy es el pringoso y ya inútil billete verde de cinco pesos, que cualquiera de nosotros busca descartar de su bolsillo.

La moneda -si es sana, estable y fuerte, mejor- como símbolo de la soberanía económica del Estado, conmemorada hoy, en el Día de la Numismática.

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