¿Por qué dudan? Tengan confianza

¿Por qué dudan? Tengan confianza

15 Abril 2018

LA MISA DE HOY

PBRO. MARCELO BARRIONUEVO

“En aquel tiempo contaban los discípulos lo que les había acontecido en el camino y cómo reconocieron a Jesús al partir el pan. Mientras hablaban se presentó Jesús en medio de sus discípulos y les dijo: ‘Paz a vosotros’. Llenos de miedo por la sorpresa creían ver un fantasma. Él les dijo: ‘¿por qué os alarmáis? ¿Por qué surgen dudas en vuestro interior?’”

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En esta contraposición entre alegría y temor viene a estar la historia de cada alma que pasa del pecado a la conversión, de cada hombre a quien Cristo llama a la fe y lo hace suyo. De este modo, el hombre que no había reconocido a Jesús y que lo había condenado es invitado a convertirse, mediante un misterioso don de gracia, en el buen terreno que hace nacer y fructificar la semilla con abundancia (cfr. Lc 8,15).

El llamado al cambio implica arrepentirse y cambiar de vida, y constituyen los momentos esenciales de la conversión. Arrepentirse es obtener un sincero y profundo dolor de nuestras culpas y pecados; de los personales, pero también de los que caracterizan a nuestra época y a nuestra sociedad. Nuestro dolor deberá ser sincero y verdadero, capaz de cambiar radicalmente los sentimientos del alma, iluminado por la esperanza de podernos transformar y de conseguir el perdón. Ese perdon lleno de Misericordia nos da nueva luz para entender la vida y la misión que debemos realizar en la Tierra.

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El Señor les pregunta por qué tienen miedo, les exhorta a que tengan confianza, a que no duden. Esa es la realidad del hombre moderno: un ser humano lleno de miedos e incertidumbres, muy tecnologizado y menos humanizado, muy comunicado pero más que nunca individualista y autorreferencial.

Los hombres conocen muchos misterios de la vida, pero cuanto más saben mas inciertos se encuentran; el Señor los llama a la confianza que da la fe, la vida que se funda en la presencia de Dios en nuestras vidas.

Sepamos que la vida está llamada a desarrollarse en el mejor de los servicios, que es anunciarlo a Dios en medio de los débiles y más necesitados. El mejor testimonio de que Cristo resucitó es hacernos cargo de la resurrección de muchos hermanos que todavía siguen muertos por el pecado o por las fragilidades que la sociedad les presenta como idilios de vida.

No tengan miedo, confíen en el Señor que da sentido, contenido y significado a la existencia.

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