Seis nuevos magistrados dicen que quieren ser independientes

Una Corte Suprema con composición atípica tomó el juramento. Entre los cargos cubiertos está el Juzgado Penal N°2, que carecía de juez desde 2012

EN EL SALÓN DE ACTOS. Los seis nuevos jueces (de espaldas), los invitados especiales a los costados y las máximas autoridades de los Tribunales (de frente). ricardo silva - prensa cam EN EL SALÓN DE ACTOS. Los seis nuevos jueces (de espaldas), los invitados especiales a los costados y las máximas autoridades de los Tribunales (de frente). ricardo silva - prensa cam
14 Abril 2018

El Poder Judicial de Tucumán incorporó media docena de magistrados de una sola vez y todos los recién llegados a la institución dijeron que deseaban ejercer sus funciones con independencia. En términos númericos puros, la novedad da respiro a la escasez de jueces, fiscales y defensores oficiales que golpea a la institución desde hace años, pero con énfasis especial en el último tiempo: alrededor del 20% de los despachos, que de por sí son pocos, están vacantes.

El fuero más afectado por este déficit, el ámbito penal, fue el menos favorecido en esta tanda de juramentos: sólo uno de los seis cargos pertenece a esa órbita. Pero el Juzgado de Instrucción en lo Penal N°2 era, por lejos, la vacancia más antigua de los Tribunales dado que llevaba acéfalo desde 2012, cuando falleció Emma De Nucci. Los nuevos titulares asumieron ante una Corte Suprema de Justicia de Tucumán con composición atípica por la ausencia de dos quintas partes de los vocales, Daniel Posse y Antonio Gandur, quienes al solo efecto de la ceremonia fueron reemplazados por los camaristas civiles Marcela Ruiz y Alberto Acosta.

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A falta del jefe del alto tribunal, fue el vocal decano René Goane el encargado de interrogar a los magistrados si juraban desempeñar sus funciones con lealtad y patriotismo. Uno a uno asintieron en este orden: Mariela Donaire (Juzgado de Familia y Sucesiones de Concepción); Carlos Molina (Juzgado en lo Civil y Comercial N°3 de Concepción); María del Rosario Arias (Juzgado en Documentos y Locaciones N°1 de la capital); Facundo Maggio (Juzgado de Instrucción en lo Penal N°2 de la capital); Leonardo Andrés Toscano (Juzgado del Trabajo N°6 de la capital) y Tomás Alba (Juzgado del Trabajo de Concepción). A los costados de Goane se ubicaron sus pares Antonio Estofán y Claudia Sbdar, y, a continuación, Ruiz, Acosta y el ministro público fiscal Edmundo Jiménez.

Tanto Posse como Gandur alegaron razones de salud para faltar a una cita institucional estresada por los manifestantes que se acercaron hasta el Palacio de Justicia para expresar su malestar con Maggio (ver “Trabajaré como cualquier juez”). El vocal Estofán dijo a posteriori de la ceremonia que esta era una formalidad de carácter obligatorio para la Corte y confirmó que los vocales ausentes habían pedido licencias médicas (ver “La protesta...”). Con la excepción de Goane, los integrantes del alto tribunal habían participado el día anterior por la tarde de la inauguración de la ampliación del fuero penal en la calle España 430 de esta ciudad.

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A diferencia de otros juramentos, este viernes hubo escasas autoridades de los poderes políticos. En representación del Gobierno de Juan Manzur estuvo Carolina Vargas Aignasse, secretaria de Gobierno y Justicia. Por la Legislatura asistieron Raúl Albarracín (UCR) y Sandra Mendoza (PJ). En contraste, el público superó con holgura el espacio disponible en el salón de actos. Numerosos miembros de la familia judicial así como abogados, parientes y amigos de los nuevos jueces presenciaron la ceremonia.

Entre fotos y abrazos, los protagonistas se refirieron a la independencia judicial. “Es una de las garantías esenciales que tenemos para poder desempeñar la función. Vengo del ejercicio libre de la profesión: esta siempre ha sido mi esperanza cuando debía presentar un caso ante los jueces”, dijo Toscano. “Mi norte es ser una herramienta que no esté al servicio de poderes. Lamentablemente, la Justicia a menudo fue manipulada por la política: no quisiera caer en eso”, reflexionó Molina, quien ya había sido juez civil en Concepción durante la intervención federal de 1991. “Quiero ser una jueza que dé la cara al pueblo. Hacer lo que la gente necesita: eso es la independencia según mi concepto humilde, que no consiste en estar despojada de la ideología”, manifestó Donaire. “Trabajaré como cualquier juez, con toda la independencia y honestidad, sirviendo a la sociedad”, prometió Maggio. “Tomaré decisiones resistiendo a las influencias internas y externas. Esto es lo que me planteo cuando pienso en la independencia”, afirmó Arias. Alba meditó: “estoy convencido de que los jueces tenemos las condiciones dadas para trabajar con independencia, que es lo propio del sistema republicano de gobierno. Así lo siento yo: llego libre de presiones”.

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