Beethoven y Mozart, por la Orquesta Estable

Beethoven y Mozart, por la Orquesta Estable

Alejandro Jassán dirige el segundo concierto, con Juan Pablo Vázquez como solista en clarinete.

AL FRENTE. El director y sus músicos, a punto de saludar al público. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ.- AL FRENTE. El director y sus músicos, a punto de saludar al público. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ.-
28 Marzo 2018

HOY

• A las 22, en el teatro San Martín (av. Sarmiento 601). Entradas 2 x 1 con Club LA GACETA.

Autoproclamada “Ciudad de la música”, Viena no sólo es la cuna del vals sino también el hogar y el lugar donde trabajaron grandes referentes de la música clásica como Haydn, Mozart, Beethoven, la familia Strauss, Schubert y Brahms.

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La Orquesta Estable de la Provincia, dirigida por Alejandro Jassán, ofrecerá hoy en el teatro San Martín “Viena clásica”, con obras de dos grandes de esa época. “Empezamos con la obertura Eleonora III, de Ludwig van Beethoven. La compuso para la ópera Leonora, ahora conocida como Fidelio. Es la tercera obra que Beethoven escribe, luego de reescribir la ópera también. Finalmente descarta las tres oberturas y escribe una nueva para Fidelio. La tradición vienesa hace que esa obertura no se pierda por lo grande que es. Se usa como obertura de concierto, y muchas veces inserta en la ópera, ya casi al final”, explica el director. El Concierto para clarinete, de Wolfgang Amadeus Mozart, es la segunda obra del programa. Jassán explica que fue escrito originalmente para clarinete di basseto (un híbrido entre corno y clarinete).

“Normalmente se toca con clarinete en La. El solista, Juan Pablo Vázquez, es miembro de la orquesta y lleva tiempo preparando el concierto”, cuenta. Por último llegará la IV Sinfonía de Beethoven, una de las que se consideran felices, porque se dice que las impares son más trágicas.

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“Es una sinfonía de un Beethoven maduro. Se ven muchos elementos novedosos. Hay muchos solos de la madera, y pasajes bien virtuosos tanto de artificio como de dinámicas. Por eso es una obra que ayuda a construir orquesta. Es de base, nos sirve para poner de excusa y trabajar muchos aspectos musicales”, señala el director, y agrega que para el público es un concierto atractivo, porque en el concierto de clarinete el segundo movimiento es uno de los momentos líricos más hermosos de Mozart.


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