Volvieron a sesionar, con cuatro sillas vacías

Volvieron a sesionar, con cuatro sillas vacías

“Que esperen un fallo no les impide venir a trabajar”, dijo Aguirre. Los ediles que desconocen la renovación de autoridades y la inclusión del radical Aranda volvieron a faltar a una sesión especial. Críticas desde las bancas camperistas

CON CARTELES. En sus bancas, los disidentes colocaron letreros en el que denunciaron un “golpe institucional”. CON CARTELES. En sus bancas, los disidentes colocaron letreros en el que denunciaron un “golpe institucional”.

Después de tomar su tercer mate en bombilla, Rodolfo Aranda miró a Héctor Aguirre y le dijo: “disculpe por no haberle pedido permiso antes”. El otro le sonrió y asintió con la cabeza. También el cebador -un colaborador que en cada ir y venir con el termo en mano hacía crujir el endeble piso de madera del lugar en el que estaba apostado- murmuró una chanza. Además de esa mateada, se hicieron bromas entre sí. Y hasta hablaron del rugby del fin de semana. Envueltos en ese clima distendido (como el que no se veía hace tiempo), seis de los 10 concejales de Yerba Buena se reunieron ayer en una sesión especial.

No obstante, el buen humor no bastó para soslayar las ausencias: los otro cuatro políticos que conforman ese órgano legislativo no dieron quórum, pues esperan que la Justicia decida cuál de los dos espacios tiene la razón en el último pleito que los tiene enfrascados (Ver: “Una nueva reunión ilegítima”).

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“Que estén a la espera de un fallo judicial no les impide que vengan a trabajar. Desde diciembre hasta hoy están sin hacer nada”, declaró Aguirre, el peronista que preside el cuerpo deliberativo yerbanuenense.

Y esa presidencia es -puntualmente- el eje del conflicto. Por un lado, él y Walter Aráoz -también del justicialismo- y Aranda, Javier Jantus, José Macome y Marcelo Rojas -cercanos al intendente, el radical Mariano Campero- han conformado un sexteto que se unió, a fines del año pasado, para promover la conducción de Aguirre. En la vereda contraria, el macrista Pedro Albornoz Piossek y los radicales Benjamín Zelaya, Maximiliano García y Lucas Cerúsico consideran que el cónclave en el que los otros renovaron a sus autoridades es ilegítimo.

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Los antecedentes

Por aquel entonces, Zelaya, quien presidió el Concejo en 2017, se negaba a convocar a elecciones. Su mandato había cumplido un año. Lo acusaban de intentar perpetuarse; él alegaba que estaba habilitado para continuar. Al cabo, el grupo mayoritario se las ingenió -de acuerdo a una interpretación del reglamento interno- para sesionar y escoger, de entre sí, a sus nuevos líderes. Ante eso, los desplazados interpusieron un recurso. La Sala I de la Cámara en lo Contencioso Administrativo, que es presidida por el vocal Horacio Ricardo Castellanos, tiene en sus escritorios ese planteo.

Mientras, tiran unos, y tiran otros. Durante la sesión de ayer, amén de esa atmósfera relajada, hubo referencias constantes a este último enfrentamiento. Durante el tratamiento de un proyecto a través del cual declararon a Yerba Buena una ciudad a favor de la vida del niño por nacer, los presentes criticaron a los faltantes. Aráoz, por ejemplo, fue el único en expresarse a favor de la despenalización del aborto, debate que desde hace unos días transita por las comisiones de la Cámara de Diputados de la Nación. “Cuando se armó esta mayoría, salieron a decir que nosotros éramos camperistas -en referencia a él y a Aguirre-. Nos ensuciaron. Pero acá, en realidad, se debate, se piensa y se está de acuerdo o no, como es el caso”, expuso. Macome hizo una observación similar: “hoy no nos gritamos. No nos peleamos. Y no nos agredimos. Sería bueno que dejen a un lado sus caprichos”.

El debate

El orden del día de la sesión de ayer incluyó, entre otros, un proyecto de ordenanza que reglamenta la realización de carreras pedestres; fue avalado por unanimidad.

También le dieron el visto favorable a una iniciativa para que se declare de interés municipal al encuentro “SOS Tierra Tucumán”, una feria de productos agroecológicos que se realiza cada dos meses en el barrio Horco Molle, en una calle paralela a la avenida Perón.

Además, el bloque presidido por el peronista Aráoz le requirió a la intendencia un informe sobre el funcionamiento de la Guardia Urbana Municipal (GUM, por sus siglas). El requirimiento contó con las seis adhesiones. Sobre el final, declararon de interés municipal la creación legislativa del Boleto Estudiantil Gratuito para los alumnos del interior de la provincia.

“Una nueva reunión ilegítima”

A juzgar por sus declaraciones, los cuatro concejales disidentes seguirán ignorando los convites. Al menos por ahora. A través de una nota, los radicales Benjamín ZelayaMaximiliano García y Lucas Cerúsico, más el macrista Pedro Albornoz Piossek, contestaron que todavía se encuentra en trámite el juicio en el que solicitaron la nulidad de aquel cónclave en el que ungieron al peronista Héctor Aguirre, y todos los actos posteriores derivados del mismo. En consecuencia -dijeron- serán consecuentes con su planteo. Incluso, sus cuatro sillas amanecieron con unos cartelitos, adheridos con cinta, en los que se leía “#NuncaMás, Kambiemos para que nadie Kambie”. Sin embargo, antes de que comenzara la sesión, un empleado del Concejo los quitó de los respaldos.

La acción fue cuestionada por Albornoz Piossek. “No sólo volvieron a reunirse ilegítimamente. Hasta hicieron sacar los carteles que habíamos puesto en nuestras bancas. Han cercenado nuestro derecho a expresar una posición política”, declaró. Además, reiteró que para ellos es imposible asistir a una reunión convocada por autoridades “truchas” que se votaron en una reunión sin quórum. “Lo que ellos hicieron no tiene precedentes en la historia del Concejo. Y puede abrir la puerta para que, en cualquier cuerpo colegiado del país, un grupo de legisladores realice sesiones sin tener la cantidad de presencias exigida por ley”, razonó.

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