Destino San Javier toma una herencia musical para construir su identidad

Destino San Javier toma una herencia musical para construir su identidad

Franco Favini (hijo de Pedro Favini) y Bruno y Paolo Ragone (hijos de Pepe Ragone) recuperan canciones clásicas del Trío San Javier.

EN BÚSQUEDA DE UN ESTILO. Paolo Ragone, Bruno Ragone y Franco Favini están en un tiempo de transición. infopico.com EN BÚSQUEDA DE UN ESTILO. Paolo Ragone, Bruno Ragone y Franco Favini están en un tiempo de transición. infopico.com
17 Enero 2018

Los apellidos pesan y forman parte de la herencia que porta cada persona. Para los integrantes de Destino San Javier, esa referencia es una marca indeleble que va más allá del nombre propio, y se proyecta como una señal identitaria imposible de obviar.

Franco Favini (hijo de Pedro Favini) y Bruno y Paolo Ragone (descendientes de Pepe Ragone) reviven el repertorio que sus padres crearon con el mítico Trío San Javier a pedido del público, aunque no fue su deseo inicial. “Queríamos hacer algo totalmente diferente, pero no pudimos porque la gente no nos dejó. En cada presentación nos piden los clásicos de nuestros viejos como ‘Quince primaveras’, ‘Será varón, será mujer’ y ‘Zamba a Monteros’. No nos quedó otra opción que hacer sus éxitos, pero al momento de armonizar y de subir al escenario le ponemos nuestro estilo y forma de ser”, afirma Bruno, en diálogo con LA GACETA.

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El mayor de los Ragone define a los tres como románticos: “la idea era ir por esa línea, pero nos dimos cuenta de que las viejas canciones de nuestros padres no habían muerto y que teníamos que seguir haciéndolas”. Su hermano agrega: “los temas del Trío se vinculan con lo emocional, en una época en que estaba muy presente el cancionero social, porque creemos que el amor debe ser la premisa central de nuestro repertorio, a partir de una identidad propia acorde con la realidad de este tiempo”.

El grupo desarrolla una cargada agenda de verano. Entre otras presentaciones, en la primera semana del año estuvo en Jesús María y hoy actuará en el Espacio Clarín, en Mar del Plata. El martes volverán a Córdoba, esta vez al Festival de Cosquín. Estuvieron por primera vez en noviembre y repiten ahora en la fiesta folclórica.

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Pese a tener tantas fechas ocupadas del calendario, les gustaría estar más presentes en los escenarios tucumanos, ya que se sienten íntimamente identificados con la provincia. El año pasado actuaron en los festivales de Trancas, Lules, Graneros y Tafí Viejo, aunque todavía esperan armar un espectáculo propio en un teatro provincial. “Así se puede generar una propuesta integral, con buen tiempo disponible”, sostiene Franco.

“Por qué será/ que me enamoro/ de quien no hay que enamorarse”, dice la canción, el último corte de difusión que el trío tiene circulando por el país. La letra interpela a las relaciones prohibidas que forman parte también de los vínculos a los que se refieren.

Esa letra es una suerte de excepción en su obra, según Favini. “Sobre todo, le cantamos a la familia y reivindicamos sus valores; es una bandera que levantamos con todo lo positivo. La columna vertebral de lo que el Trío San Javier hizo y de lo que nosotros continuamos de alguna forma es referirnos a la vida, a lo cotidiano, a lo bueno y a lo malo, porque el equilibrio es algo natural”, detalla.

“Estamos en un proceso de transición entre lo que que hicieron nuestros padres y lo que queremos hacer nosotros, por lo que el show tiene una suerte de dos partes. Nuestro primer disco fue una suerte de tributo, con temas atemporales que no morirán nunca; en el segundo que estamos por lanzar este año ya aparece más Destino San Javier y esperamos que en el tercero estemos a pleno. Somos parte de la fusión que vive hoy el folclore argentino, que ya no es sólo un sonido autóctono sino que suma otros géneros. Y estamos obligados a hacer las cosas bien por nuestro apellido”, sostiene Paolo.

“Aprendimos a escuchar y a entender a la gente, y de a poquito vamos evolucionando junto a nuestros seguidores. Somos ‘hijos de’, y tuvimos una oportunidad por ello, pero eso solo no indica que le guste al público lo que hacemos. En cada escenario rendimos un examen y nos vamos sacando de a poco la mochila”, aporta Franco, que es primo de los Ragone.

Bruno interviene: “buscamos todavía los objetivos para tener una identidad que también refleje la de nuestros padres”. “A veces íbamos a festivales y otros grupos cantaban los temas de Favini y de Ragone, lo que nos daba recelo”, admite. En sus venas circula la sangre de compositor y es el autor de algunos de los temas nuevos que cantan.

Cuando eran niños, por sus casas circulaban los artistas y se forjó amistad con el Chango Nieto, Los Tucu Tucu, Los 4 de Córdoba y los Quilla Huasi. “Era difícil separar al músico del amigo, porque nos criamos con ellos, pero con una gran libertad y apertura para escuchar toda clase de música”, confiesa Franco.

Buenas relaciones

El Trío San Javier fue fundado por Favini, Ragone y el Paz Martínez en su inicio (mediados de los 70), quien fue reemplazado por Carlos Bazán luego, formación con la cual llegó a su máximo apogeo. Actualmente, Destino San Javier tiene contactos con los otros dos artistas del grupo original y con Mariano Gurvich (hijo del Paz Martínez), quien se sumó como compositor. Favini incluso compartió escenarios con Bazán y su hijo, Nahuel Bazán.

“Cuando no hay que viajar mucho, nos acompaña mi viejo en los shows -señala Paolo-, lo cual es muy lindo y emotivo porque lo aplauden de pie al sumarse en la última canción”. “Un valor que debemos destacar es la importancia de darle mérito a la historia. Hay un reconocimiento de la gente a las generaciones anteriores, al que nos sumamos. Hoy nos van a ver las abuelas, los hijos y los nietos y es lo que queremos mantener a futuro”, menciona Favini.

Más allá de los sentimientos, afloran los recuerdos en ese momento. “Es que cuando salíamos de gira con ellos, estábamos con nuestros ídolos. Hoy lo medimos con el balde de realidad del cariño que les tiene el público”, destaca Bruno.

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