“Al prestigio no se lo compra en una farmacia”

Desconocido por la mayoría de los hinchas de Atlético, Miguel Abbondándolo tiene una historia bastante particular, que va de dirigir con Zielinski hasta jugar amistosos con Mauricio Macri

EL ACIERTO. “Cuando consultamos por el ‘Polaco’ Menéndez nos hablaban bien de él como persona, pero nos decían que no lo sumemos porque no tenía gol”, indicó. REUTERS (archivo) EL ACIERTO. “Cuando consultamos por el ‘Polaco’ Menéndez nos hablaban bien de él como persona, pero nos decían que no lo sumemos porque no tenía gol”, indicó. REUTERS (archivo)
14 Diciembre 2017

Esta es la historia de un hombre que llegó al fútbol como preparador físico de Ricardo Zielinski, pero pasados los años se convirtió en el principal negociador de Atlético. Esta es la historia de quien el título de lobbista le suena a chanta porque según él, el fútbol se mueve a través de las relaciones humanas y no por los números ni el dinero. Miguel Abbondándolo es desde 2003 el máximo encargado de contratar refuerzos para el “Decano”. Y casi que llegó al club por cuestiones de agenda personal, cuando debió intervenir por un litigio entre la Liga Tucumana de Fútbol, la AFA y Torneos y Competencias.

Miguel, el que en 1996 debutó como preparador físico del “Ruso” en Ituzaingó, de la Primera C, pasó de ser un “profe” a jugar un torneo histórico y exclusivo en la quinta del presidente Mauricio Macri. Así, de amistad en amistad, también cambió el rumbo de su horizonte global: de personal trainer en gimnasios porteños a lanzarse a la carrera de las relaciones públicas. Le fue muy bien.

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“Con el ‘Ruso’ estuvimos juntos desde Ituzaingó hasta Morón, pasando antes por Atlanta, San Telmo, donde se nos unió Omar de Felippe como ayudante de campo. Hasta Morón llegué yo. Después llegó una propuesta de ir a San Martín de San Juan. Era hacer la mudanza y dejar todo. Y, eran épocas en las que no se ganaba un mango, vivíamos prácticamente del aire. Y si arreglábamos algo, el problema era cobrarlo, ja”, recuerda el pasado Abbondándolo con la felicidad de quien sabe que cada movimiento hecho, desde la nada misma hasta forjar un vínculo de amistad con varios ex dirigentes pesados de Boca, fueron golazos suyos al ángulo.

Separado de Zielinski, a quien él propuso y contrató luego de la salida de Pablo Lavallén en junio pasado, Miguel se lanzó como consultor. Por cuestiones laborales, Tucumán fue una escala casi fija en sus viajes. Sobre todo después de aquel juicio que la Liga intentó ganar en 2002. “Le reclamaba a Torneos y a la AFA algo así como 50 centavos por cada simpatizante que no iba a ver un partido por quedarse en su casa viendo TV. Era un planteo loco que se terminó resolviendo con un amistoso en Tucumán entre Perú y el Sub 20 de Javier Mascherano, Fernando Cavengahi, “Maxi”López y Carlos Tevez, que no vino porque debía jugar con Boca contra el Independiente que se consagró campeón en noviembre de 2003 con aquel cabezazo de Lucas Pusineri. A ese partido le sumamos un triangular entre Atlético, San Martín y Estudiantes. Así volvió todo a la normalidad”.

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Eso de ir y venir entonces al “Jardín” le hizo tomar gusto por el “Decano”. “Me hice socio en 2001, por un amigo que me llevaba a la cancha. Fue un gran acierto, je”, reconoce el relacionista público, cuya mejor decisión, jura, fue haber conquistado a Daniela, su esposa y madre de José Miguel (15 años), Micaela (12) y Sofía (2), sus hijos. “En 2003 decidimos radicarnos un tiempo en Tucumán. Fue cuando se dio lo de Atlético. Carlos Hasbani me invitó a participar como una especie de colaborador externo. De 2005 en adelante pasé a formar parte de la comisión directiva del club. Siempre de vocal titular”, cuenta Abbondándolo, que colaboró en el armado del equipo de futbolistas que participó de la despedida de Diego Maradona, en La Bombonera, aquel inolvidable 10 de noviembre de 2001 cuando “El Diez” inmortalizó: “yo ya pagué, pero la pelota no se mancha”.

Abbondándolo mete un bocadillo y aclara: “Atlético jamás armó un plantel sin consultarle al técnico, dueño absoluto de la prioridad en la selección de futbolistas. Hoy reconoce que para este mercado de verano que se viene la intención es contratar -tal cual lo anticipó LG Deportiva- un arquero, un zaguero central zurdo, uno o dos volantes y un goleador. “Todos de nivel; para relleno no traemos nada”.

Jungla de especulaciones

Es muy difícil negociar. “Sí, hay miles de jugadores dando vueltas pero todos nos peleamos por 50. Hay jugadores que vos querés cerrar rápido pero normalmente eso no pasa porque el que vos querés tiene otras cosas dando vueltas. Y para colmo, este mercado es más complicado que el de junio. Si vos querés un jugador es porque está jugando bien, y si está jugando bien quiere decir que está en otra institución. Y esa institución no te lo va a dar”, respira Abbondándolo y sigue: “como los jugadores tienen contrato de junio a junio, la otra opción es buscar uno que esté libre, pero eso significa que está sin jugar. Entonces, hasta que lo ponés bien, lleva su tiempo. Ahora se viene un campeonato cortito, por el tema del Mundial. Un jugador así casi no te sirve”.

Si antes fue opción, probados los casos, contratar futbolistas extranjeros de otras ligas hoy no es el objetivo de Atlético. “Nosotros le escapamos un poco a eso ahora. Por ejemplo, los uruguayos (Rafael García y Gonzalo Freitas) están rindiendo en gran manera, pero les costó adaptarse a la ciudad, al equipo, a los compañeros. Eso es normal, claro que sí, pero ahora el tiempo apremia, así que lo que tenemos que hacer es enfocarnos en futbolistas argentinos que jueguen en el país”, indica el directivo no sin antes aclarar que esta misión viene con aires de “difícil”.

Hay un punto a favor en este entramado con aire a novela dramática. “Atlético se ha ganado el respeto de todos, es un club modelo serio, sin deudas. Al prestigio no se lo compra en una farmacia, se lo gana en la cancha, haciendo un gran trabajo institucional como lo ha hecho esta comisión encabezada por Mario Leito, un gran presidente”, se enorgullece Abbondándolo y se prepara para otro viaje hacia Buenos Aires, donde lo espera el desafío de no fallar en el intento de fichar futbolistas de élite.

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