Aprender a nadar: cuanto antes se metan al agua será más fácil

Se le tiene miedo la pileta y eso está mal. Lo mejor es respetarla, conocerla. Con los chicos debería ocurrir lo mismo. O por lo menos eso sostienen los profesores de Educación Física, que enseñan a nadar a niños y a bebés desde los cinco meses. Resaltan que el agua es su hábitat natural y que mientras más tarden en aprender a nadar más temor tendrán, por lo que resultará difícil trabajar con ellos.

“Los padres tienen temor a que sus hijos se ahoguen en las piletas. Y sí, son muchos los casos anuales de ahogamientos”, comenta Maximiliano Blanco, docente de Educación Física. Él empieza explicándoles que cuanto antes se adapten los chicos al medio acuático será mucho mejor. “Así el niño respetará al agua: no se va a tirar porque sabe qué le va a pasar cuando meta la nariz, que le salen burbujas, o la cabeza bajo el agua. El que no conoce eso va a querer experimentarlo y saber qué pasa ahí, por lo que puede caerse en el agua sin saber nadar. Es mi opinión sobre los ahogamientos”, opina Blanco, a cargo de clases de natación y de la Neo Colonia de Ipef (avenida Mate de Luna 2.845).

Las clases para bebés desde los cinco meses -aconseja Blanco, que tiene una hija de esa edad que está a prendiendo a nadar- se hacen con los padres y un profesor guía. Es una buena oportunidad para que los papás afiancen su relación con los bebés, que tengan su tiempo juntos, agrega Blanco. “Además, las mamás son más temerosas, y a veces les transmiten ese miedo a los chicos. Con los padres aprenden más rápido”, advierte.

Lo que se busca en esas clases es que de a poco vayan alejándose del cuerpo del padre, se independicen y se relacionen con el medio acuático y con los materiales de los natatorios (flota flota, tablas, etc).

Bien separados

Las clases a partir de los 2 a 4 años son grupales. Allí los chicos se independizan del padre y hay cada tres o cuatro niños un profesor. Comienzan en la parte de la pileta donde hacen pie, con juegos. Luego van a la parte honda, con actividades que les permitan experimentar la movilidad de los pies y de los brazos, y técnicas para meter la cabeza bajo el agua, entre otras. A partir de los 6 años aprenden técnicas de nado (mariposa, estilo libre, pecho, espalda).

“Mi recomendación a los padres es que no les transmitan su inseguridad, sino tendrán una experiencia negativa en el agua. Por otra parte, en Tucumán falta un estímulo e inversión en la natación. Debería ser obligatorio durante todo el año en las escuelas, como sucede en Buenos Aires”, agrega Blanco.

Sobre el tiempo que le lleva a un niño aprender a nadar, Marcelo Díaz, profesor de Educación Física que está a cargo de la colonia de Tucumán de Gimnasia, resalta que cada uno tiene su propio tiempo, pero que seguro le llevará meses, como con cualquier entrenamiento de algún deporte. “Eso sí, un trabajo personalizado ayudará a que el niño aprenda mejor y más rápido”, apunta.

En resumen, Díaz explica que el niño debe perderle el miedo al agua, luego entrará, seguirá la inmersión de la cabeza (“que es lo más traumático”), aprenderá actividades por medio del juego para saber desenvolverse en el agua y bracear, patalear y nadar como “perrito”. De esta manera aprenderá a sostenerse en el agua.

> Yerba buena tendrá su colonia de vacaciones municipal

Está destinada a chicos de 5 a 12 años, y funcionará en el club Las Lomitas, de lunes a viernes, de 9 a 12.30, y en el complejo del club San Martín, de lunes a viernes, de 14.30 a 18. Los padres interesados deber concurrir a la Dirección de Deportes de la Municipalidad de Yerba Buena (Lobo de La Vega 1.099), de 9 a 12, con fotocopia del DNI de los niños que desean inscribir. El valor de la temporada completa es de $650.