En un operativo por el crimen de un custodio de Alperovich hallaron un auto con un logo falso de la Policía

En un operativo por el crimen de un custodio de Alperovich hallaron un auto con un logo falso de la Policía

Se hicieron cuatro allanamientos en la zona sur de la capital para intentar esclarecer el caso del asesinato de Juan Domingo Andina. Se secuestró un arma, proyectiles y $ 25.000. Se llegó hasta esas casas tras la pista de una presunta banda de salideras.

EN ACCIÓN. Los operativos se realizaron desde las cinco de la mañana de ayer en la zona sur de la capital. No había órdenes de detención. EN ACCIÓN. Los operativos se realizaron desde las cinco de la mañana de ayer en la zona sur de la capital. No había órdenes de detención.
30 Octubre 2017

Ocho personas en cuatro motos asesinaron al sargento Juan Domingo Andina cuando el efectivo transitaba en su moto por la avenida Independencia y Próspero Mena. El ataque fue certero y veloz: primero le pegaron un balazo en la cabeza y luego otros dos en el corazón antes de quitarle la mochila, que contenía $ 100.000. Si bien el hombre asesinado iba con un amigo, este no pudo dar detalles de los atacantes. Por lo tanto, se comenzó a investigar a las presuntas bandas que pudieran contar con una logística tan aceitada como para dar un golpe semejante. Los datos llevaron a la Policía a la zona sur de la capital, donde se irrumpió en cuatro viviendas de personas sospechosas de cometer salideras bancarias. Allí se hallaron armas, dinero y un automóvil que tenía un logo falso de la Policía.

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El crimen ocurrió hace una semana. Andina, que estaba separado de la fuerza porque había sido denunciado una semana antes por un conflicto familiar, viajaba en la moto de su socio, Luis Batallán. Avanzaron por Sáenz Peña hasta avenida Roca, doblaron en avenida Alem hacia Independencia y allí se detuvieron en Próspero Mena porque el semáforo estaba en rojo. “Caigo de la moto y lo veo a Juan tirado en el piso, boqueando. Uno gritaba que le saquen la mochila. Le hicieron más disparos y se fueron. Eran tres o cuatro motos, cada una con dos personas, algunos con casco y otros a cara descubierta. En ese momento había autos y gente en la zona. Si alguien puede testificar, por favor que lo haga”, dijo Batallán en una entrevista con LA GACETA. El entrevistado comentó que el dinero que llevaban provenía de una actividad que compartían: la compra y venta de dólares.

Los allanamientos

Con el apoyo del Grupo Cero, la división Homicidios comenzó a irrumpir en casas cercanas a la avenida Alem al 2.000 desde las 5 de la mañana. Todos los secuestros, sin embargo, se realizaron en una vivienda del pasaje Juan Padrós, a la que llegaron porque allí se solía ver a uno de los sospechosos por el crimen.

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En el lugar se incautó la suma de $ 25.000, una pistola 9 milímetros, una bolsa de plástico con cartuchos que coinciden con el calibre del arma, un cargador y un automóvil Chevrolet Onix que en el vidrio delantero tenía colocado un cartel con la leyenda “vehículo de uso oficial Policía de Tucumán” y el logo de la fuerza policial.

El objetivo de la medida, según lo ordenó la Justicia, era encontrar elementos que pudieran estar relacionados con este caso. Por ese motivo, al no haber orden de detención en contra de nadie, el caso sigue sin tener personas tras las rejas. El único hombre que quedó demorado se presentó apenas ocurrido el crimen con un abogado ante la Policía porque en las redes sociales lo indicaban como el autor. Con todo, los investigadores creen que no tuvo nada que ver con el crimen.

En cuanto al logo en el vehículo, se sospecha que era una treta para evitar ser molestados a la hora de cometer algún delito, ya que de inmediato se confirmó que el logo no era oficial y que parecía haber sido hecho sin demasiado cuidado. “Parecía que lo habían impreso con una máquina que se estaba quedando sin tinta. Incluso, lo pegaron al vidrio con cinta adhesiva. Ah, pero eso sí: lo plastificaron”, ironizó una fuente que tuvo acceso a este elemento.

Líneas investigativas

En los últimos días no hizo más que robustecerse la hipótesis de que el sargento, que formaba parte de la custodia del senador José Alperovich, había sido ejecutado durante un asalto. En algún momento se dejó traslucir que no se descartaba que hubiera un móvil relacionado con el episodio conflictivo que Andina protagonizó con su pareja y otra mujer. Sin embargo, esta hipótesis se fue cayendo hasta quedar obsoleta.

Además de Reinoso Cuello, el caso quedó en manos de los comisarios Daniel Cuellar y Hugo Cabezas.


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