Federico Luppi, la profunda huella de un actor formidable

Federico Luppi, la profunda huella de un actor formidable

Durante más de tres décadas fue el actor argentino de mayor proyección internacional. Lo consiguió a partir de su trabajo en una serie de películas emblemáticas, que marcaron a una generación. Intenso, versátil, polémico, fue un gigante de la escena nacional.

HACE 27 AÑOS. Luppi se dio tiempo para leer LA GACETA, antes de una entrevista. Había venido a presentar la obra “Por tu padre”. LA GACETA / FOTOS DE ARCHIVO.- HACE 27 AÑOS. Luppi se dio tiempo para leer LA GACETA, antes de una entrevista. Había venido a presentar la obra “Por tu padre”. LA GACETA / FOTOS DE ARCHIVO.-
21 Octubre 2017

Guillermo del Toro dijo de él que era un verdadero monstruo de la interpretación. Durante décadas fue el actor argentino de mayor proyección internacional y protagonizó títulos que han marcado a más de una generación. La presencia y la inconfundible voz fueron los pilares sobre los que Federico Luppi construyó una carrera extensa, con picos deslumbrantes y algunos claroscuros ligados, sobre todo, a su intimidad familiar y a sus posicionamientos políticos. Por sobre todo eso quedará la marca de un actor formidable.

Del Toro lo despidió con encendidos elogios, no exentos de tristeza. “Federico Luppi se ha ido. Nuestro Olivier, nuestro Day Lewis, nuestro genio. Mi amigo querido. Hombre bueno y leal. Adiós Federico”, escribió en Twitter.

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Formado sólidamente en el ámbito teatral, su ascenso se debió a populares ciclos televisivos como “El amor tiene cara de mujer”, “Cuatro hombres para Eva” y unitarios de gran calidad como “Cosa juzgada”, que generaba el grupo Gente de Teatro dirigido por David Stivel.

Nacido en el seno de una familia humilde de origen italiano, Luppi era conocido por su verbo fluido, que sobre todo desplegaba a la hora de ejercer la crítica con el poder. Lo demuestra una de sus tantas definiciones: “hemos cometido el grave pecado de haber mitificado Argentina. La convertimos en una suerte de mito superabundante, inoxidable, indestructible y al final, no es así”. Hace algunos meses afirmó en una entrevista radial que no llegaba a fin de mes y le pidió a Mauricio Macri que dejara la presidencia.

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Meteórico

Su debut en el cine fue con una participación en “Pajarito Gómez, una vida feliz” (1965), de Rodolfo Kuhn, y la consagración llegaría apenas un año más tarde con su papel protagónico de Aniceto, su primer Don Juan en la pantalla grande, en “El romance del Aniceto y la Francisca”, de Leonardo Favio.

De su primer matrimonio nacieron sus primeros hijos (Marcela y Gustavo). Luego, al calor del suceso teatral de la comedia dramática “El gran deschave”, mantuvo una relación de 10 años con la actriz Haydée Padilla, quien denunció haber sido víctima de violencia de parte del artista. Luppi tuvo un tercer hijo (Leandro) nacido de su vínculo con la actriz uruguaya Brenda Accinelli y por cuya mantención hubo varios cruces legales y mediáticos. En 1999 se casó con la dramaturga, directora y actriz española Susana Hornos.

“La Patagonia rebelde” (basada en la obra de Osvaldo Bayer) y “No habrá más penas ni olvido” (a partir de la novela de Osvaldo Soriano) marcaron sus colaboraciones con Héctor Olivera, que despidió a Luppi con afecto. “Fue un profesional único y un hombre de una gran calidad humana -comentó el realizador-. Era un poco pomposo para hablar, buscaba mucho las palabras que utilizaba y eso le daba un aire intelectual muy particular, pero sobre todo recuerdo de él su devoción por el trabajo de actor, su entrega absoluta”.

De Olivera es la historia original de la inolvidable “Plata dulce” (1982), con dirección de Fernando Ayala y Juan José Jusid, en la que Luppi exponía las miserias de la “timba” económica de la época.

Conquista iberoamericana

Su inconformismo y su compromiso comulgaron de inmediato con el espíritu de Adolfo Aristarain, de quien se convirtió en actor fetiche desde que comenzaron a trabajar juntos en “Tiempo de revancha”, uno de los títulos más representativos del cine argentino bajo la dictadura, en el que retrata la corrupción a todos los niveles en el país. Seguirían después “Un lugar en el mundo” , distinguida en el Festival de San Sebastián con la Concha de Oro, o “Martin (Hache)”, con la que Luppi levantó la Concha de Plata al mejor actor en ese certamen en 1997.

Estos dos últimos títulos fueron los que más puertas le abrieron fuera de la Argentina. Por aquel entonces Luppi ya peinaba las canas con las que se le recuerda siempre y su carrera cobró un impulso diferente de la mano de directores como el mexicano Del Toro, que lo escogió para protagonizar su debut, “Cronos”, distinguido en Cannes, o “El espinazo del diablo”.

Por esos tiempos los directores españoles se lo disputaban y ahí quedaron también contundentes trabajos de Luppi como “Éxtasis” (1995), de Mariano Barroso o “Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto” (1995), de Agustín Díaz Yanes. De esa época es “Sol de otoño” (1996), la película de Eduardo Mignogna sobre una relación otoñal que protagoniza con Norma Aleandro y que recibió aplausos unánimes.

Padre y abuelo de actores, en los últimos años trabajó sobre todo en la Argentina. Los roles protagónicos ya habían quedado en el camino, pero Luppi siguió realizando algunas colaboraciones, como la más reciente “Nieve negra”, en la que comparte cartel con la estrella que ha heredado su título del “argentino más conocido”: Ricardo Darín.

Admirado, pero a la distancia

Tal vez por su recio carácter o su soberbia presencia, Federico Luppi no creó una empatía con sus colegas tucumanos. Nadie recuerda haber intimado con él, ni siquiera haber tomado un café en las numerosas ocasiones que visitó la capital y Tafí del Valle.

“Durante muchos años fue el actor argentino más reconocido en el exterior. Mercedes Sombra, mujer de Boyce Díaz Ulloque, siempre habló de él como un gran profesional. Actuaron juntos en ‘Crónica de una señora’, de María Luisa Bemberg”, recordó Ricardo Salim.

La última vez que pasó por la provincia fue en el Festival de Cine, cuando se le realizó un homenaje a Leonardo Favio, en 2013. En esa oportunidad elogió con vehemencia al director: “yo era alumno dilecto de Stanislavsky: me parecía que sabía la Biblia y que a todo el mundo deslumbraba con mi inteligencia actoral. Cuando él me empezó a dirigir me di cuenta de que no sabía nada; el que sabía era él”. En 2010, junto a Adrián Navarro, había llegado a Tucumán para interpretar la obra “Por tu padre”, en el teatro Alberdi.

“Para mí fue un actor de cine que encasillaron en roles de tipo prepotentes, siempre duros e insensibles. En teatro siempre tuvo problemas de voz. Me hubera gustado verlo en algo opuesto al arquetipo que mantuviera durante su carrera, y así conocer su verdadero potencial”, precisó Salim.

“Lo he visto en muchas películas y está bien. En particular, en ‘Un lugar en el mundo’, y lo recuerdo con mucho cariño cuando lo vi en el ‘Aniceto’. Fue muy emotivo, poque esa película me marcó la vida”, dijo Nicolás Aráoz. “El romance del Aniceto y la Francisca” (1967) fue dirigida por Favio. “Es un actor que quizá tenga un tono que no me gusta, pero que marcó a toda una generación de películas”, añadió.

Rosita Ávila fue sincera: “lo he visto actuar en teatro y en cine, pero no lo conocí. No era muy santo de mi devoción; no tuve empatía con su trabajo, no me caía la ficha con él. La verdad, no tengo elementos para opinar”.

Películas y premios 
n Federico José Luppi Malacalza nació en Ramallo, Buenos Aires, el 23 de febrero de 1936. Falleció en la Fundación Favarolo ayer, a los 81 años. Aparte de la argentina, tenía nacionalidad española.
- Su debut fue en la telenovela “El amor tiene cara de mujer” (1964).
- Algunas de sus películas imprescindibles: “Pajarito Gómez”, “El romance del Aniceto y la Francisca”, “La Patagonia rebelde”, “Tiempo de revancha”, “Plata dulce”, “El arreglo”, “No habrá más penas ni olvido”, “Un lugar en el mundo”, “Martín (Hache)” y “Sol de otoño”.
- Ganó seis veces el Cóndor de Plata al mejor actor, y fue premiado en los festivales de San Sebastián, Sitges, La Habana, Valladolid, Mar del Plata y Los Ángeles.
- En 1996, la Asociación Argentina de Actores le entregó el Premio Podestá a la Trayectoria Honorable, y en 2014 recibió la medalla por los 50 años como afiliado.
- Mañana, desde las 14.45, el canal de cable Volver proyectará tres filmes en su homenaje: “Corazón de fuego”, “Lugares comunes” y “Cuestión de principios”.
> Películas y premios 
- Federico José Luppi Malacalza nació en Ramallo, Buenos Aires, el 23 de febrero de 1936. Falleció en la Fundación Favarolo ayer, a los 81 años. Aparte de la argentina, tenía nacionalidad española.
- Su debut fue en la telenovela “El amor tiene cara de mujer” (1964).
- Algunas de sus películas imprescindibles: “Pajarito Gómez”, “El romance del Aniceto y la Francisca”, “La Patagonia rebelde”, “Tiempo de revancha”, “Plata dulce”, “El arreglo”, “No habrá más penas ni olvido”, “Un lugar en el mundo”, “Martín (Hache)” y “Sol de otoño”.
- Ganó seis veces el Cóndor de Plata al mejor actor, y fue premiado en los festivales de San Sebastián, Sitges, La Habana, Valladolid, Mar del Plata y Los Ángeles.
- En 1996, la Asociación Argentina de Actores le entregó el Premio Podestá a la Trayectoria Honorable, y en 2014 recibió la medalla por los 50 años como afiliado.
- Mañana, desde las 14.45, el canal de cable Volver proyectará tres filmes en su homenaje: “Corazón de fuego”, “Lugares comunes” y “Cuestión de principios”.

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