La marginación de las personas transexuales

La marginación de las personas transexuales

Es seleccionar excluyendo. También dar trato desigual a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, de sexo. Discriminar es uno de los verbos que acompaña al ser humano desde siempre porque está en su idiosincrasia. Generalmente vive bajo el ropaje de civilidad y está asociado con la hipocresía. Hay sectores de la sociedad que suelen ser marginados históricamente, a los que ni siquiera se les concede la categoría de iguales, de personas que merecen un trato digno e igualdad de oportunidades como cualquier otro ciudadano. A partir de las leyes N° 26.618 de Matrimonio Igualitario (2010) y 26.743 de Identidad de Género (2012), los homosexuales, las lesbianas, los transexuales comenzaron a tener derechos y a ser contemplados por el Estado. Sin embargo, su inclusión social sigue siendo resistida por algunos sectores intolerantes.

El sábado pasado, dos empleados del club Lawn Tennis encontraron detrás de la tribuna sur de la cancha el cadáver de una persona que yacía desnuda y con signos evidentes de una violencia brutal. Se la identificó como Ayelén Gómez, mujer trans de 31 años. La madre de la víctima la reconoció como su hija y dijo que no la veía desde el jueves a la siesta, cuando salió de su casa, en Ranchillos.

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En abril de 2012, Ayelén denunció que había sido víctima de abuso sexual en la seccional policial 2°. Contó en esa ocasión que había sido arrestada con un taxista cuando se había bajado del vehículo a orinar en la vía pública. “Me hicieron entrar en una habitación y un policía abusó de mí. Me sentía mal; me preguntaba por qué estaba pasando todo eso si no había hecho nada. Me hicieron firmar papeles sin leer. Al chico que me llevaba en taxi lo maltrataron, lo insultaron, le hacían burla: le decían: ‘es tu mujer, sos el marido de un trava’”, manifestó.

Una licenciada en Trabajo Social e integrante del Centro Educativo Trans de Puertas Abiertas (Cetrans) dijo que la prostitución no es una elección de las chicas trans, sino que no hallan otro medio de vida. “En Tucumán, el 80% de la población trans es trabajadora sexual; el 60% no terminó los estudios primarios; entre el 20% y el 30% terminó la secundaria; y sólo un 3% están incorporadas al mercado laboral de manera registrada. La situación es gravísima”, afirmó.

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Dos legisladores radicales impulsaron recientemente una iniciativa que cuenta con el dictamen de la comisión de Legislación Social, y que prescribe un cupo no inferior al 1% para que personas travestis, transexuales y transgénero -con idoneidad para el cargo- puedan trabajar en los tres poderes de la administración pública provincial y en sus organismos centralizados y descentralizados.

La denuncia de Ayelén por abuso sexual cometido por policías en 2012, no prosperó por falta de pruebas, según la Justicia. El sábado amaneció muerta y cruelmente golpeada. Este hecho trágico pone sobre el tapete nuevamente la situación de marginalidad a la que se condena a las personas trans, que en su mayoría son expulsadas de su grupo familiar a temprana edad. Estamos lejos de poder afirmar que la tucumana sea una sociedad democrática, libre y justa, que brinde igualdad de posibilidades a todos sus integrantes, mientras haya personas que son víctimas de la violencia física, el abuso, la discriminación, la persecución y sus medios para acceder a la educación y a la salud son escasos o nulos.

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