El drama del dueño de un complejo de canchas asaltado: "es abismal la baja de clientes”

El drama del dueño de un complejo de canchas asaltado: "es abismal la baja de clientes”

“¿Qué hago con las familias que viven de esto?", dijo el emprendedor. Tiene su local en la avenida Mate de Luna al 2.800.

NUEVAS MEDIDAS. Habrá seguridad privada, portón eléctrico y cámaras. la gaceta / foto de antonio ferroni NUEVAS MEDIDAS. Habrá seguridad privada, portón eléctrico y cámaras. la gaceta / foto de antonio ferroni
28 Julio 2017

“Tengo un galpón donde reciclamos residuos en el corazón de Villa 9 de Julio y nunca nos pasó nada. En el complejo de canchas que tenemos en la avenida Mate de Luna, entraron a robar tres veces en el último año, y dos de ellas fueron asaltos a los clientes”, bramó Pablo Paiz Magli, dueño de las canchas de fútbol cinco “Stadium”. Se trata del mismo lugar al que la semana pasada ingresaron cinco hombres armados, repartieron culatazos y se llevaron el dinero de los jugadores. Además, dos de ellos escaparon en una moto que también sustrajeron a las víctimas.

“A ese chico le robaron una Yamaha nueva, ¿con qué ganas va a volver? Fue abismal la baja de clientes que tuvimos, incluyendo los fijos, que llevan tres o cuatro años viniendo. Algunos dejan pagado su horario pero no vienen, otros piden jugar más temprano. ¿Qué hago con las familias que viven de este negocio?”, requirió el propietario, quien tiene su local en la avenida Mate de Luna al 2.800.

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Un ladrón le apuntaba con un arma mientras su cómplice le decía que la mate

El primero de los robos, en julio de 2016, tuvo las mismas características que el último; ingresaron hombres armados, robaron a los clientes, se llevaron celulares y motos, y pegaron algunos culatazos. En tanto, hace unos nueve meses algunos intrusos ingresaron al lugar cuando estaba cerrado y se llevaron un televisor y un equipo de música, entre otros elementos.

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Estos no fueron los únicos asaltos tipo golpe comando que se vivieron en la capital este año en locales de este tipo: en marzo, ladrones se llevaron la recaudación y las pertenencias de 25 personas que hacían deporte en San Miguel al 300. En junio, unos 10 hombres armados ingresaron a un local ubicado en el pasaje Alemania, del que se llevaron dinero, bolsos y celulares. Este último se encuentra a dos cuadras de “Stadium”.

“Yo ya creo que la zona está liberada. Soy vecino de Villa Luján de toda la vida, pero desde hace tres años, esto es una locura. Hay disparos en la San Martín a la noche. Creo que incluso estábamos más seguros cuando estaba la villa acá cerca”, aventuró.

Medidas de seguridad

Paiz Magli informó -no sin quejarse ante el Estado- que se encuentra instalando sistemas de seguridad para cuidar a sus clientes. “Automatizamos el portón, tenemos seguridad privada y cámaras. Los comerciantes se van a empezar a armar, y no es la idea. Tenemos que tener una ciudad tranquila. No podemos hacer el trabajo de la Policía”, protestó. Con todo, concedió que el jefe de la comisaría 7° lo llamó para ponerse a disposición, y que se encuentra en diálogo con la cúpula de la fuerza.

De los nuevos sistemas, el más esperado es el portón eléctrico. Cuando ocurrió el último asalto, LA GACETA dialogó con uno de los encargados -Gustavo Salazar-, quien explicó que la mayoría de los asaltos se daban en la verja. El dueño del lugar coincidió: “somos vecinos del instituto de Educación Física, que abre a las 7 de la mañana y en la puerta, a dos pasos de la parada de colectivos, les roban a los chicos que vienen. La forma es siempre la misma: delincuentes en moto, que andan armados. Luego escapan a toda velocidad por la avenida”, relató.

Dos casos resonantes

Pese a que esa avenida es una de las arterias más transitadas de la capital tucumana, en las últimas semanas se dieron otros dos casos de violentos asaltos. El primero fue a fines de junio, a dos cuadras de “Stadium”, cuando tres ladrones armados ingresaron a una casa, golpearon a los dueños y les robaron hasta el auto. El segundo fue la semana pasada, cuando siete chicas que esperaban el colectivo al 3.400 fueron atacadas por un motochorro que fue tras una de ellas y le apuntó dos veces en la cabeza, mientras su cómplice le gritaba que la matara.

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