Puchero, locro y empanadas para combatir el frío

Puchero, locro y empanadas para combatir el frío

Los turistas coparon Tucumán desde el fin de semana y, para enfrentar el invierno, se zambullen en las calorías de los platos regionales vacaciones

18 Julio 2017

Casi todos hacen algo parecido: llegan, hacen check in en el hotel, lanzan las valijas y salen corriendo a conocer la Casa Histórica. La “casita”, como han aprendido a decirle durante los años de primaria con la revista Billiken, es la primera visita de los turistas que llegan a Tucumán. Y después, a comer algún plato regional: empanadas sí o sí, tamales tal vez, locro de seguro si hace frío como ayer.

Alejandro, de Lomas de Zamora, llegó a Tucumán el domingo a la noche y engrosó las estadísticas oficiales que indican que, en lo que va del invierno, la provincia está recibiendo un inesperado número de turistas, con cifras que superan incluso a las del año pasado, año del Bicentenario. “Estamos muy contentos, encontramos hermoso Tucumán, muy ordenado. Ahora, después de conocer la Casa Histórica, vamos a buscar algo calentito para comer”, dijo el visitante.

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El primer día de la semana que se perfila como la más movida de la temporada (comenzaron las vacaciones en Buenos Aires) recibió a los viajeros con un mañana fría, pero con un sol radiante. Algunos, como Alejandro, aprovecharían la jornada para hacer el recorrido histórico por la capital y de ahí viajar a San Javier y Tafí del Valle, en su caso. En Tafí la belleza de los cerros fue doble: el cielo despejado se superpuso a la nevada del domingo y pintaron un paisaje de ensueño.

Nancy y Marcela Romero son dos tucumanas que viven desde hace varios años en Buenos Aires y, cuando vienen, quieren sentirse turistas. Por eso ayer volvieron a visitar la Casa Histórica y después irían a buscar algún lugar de comidas regionales. “Locro, empanadas y humita”, elige Nancy. “Tamales si hace frío, con mucho picante”, aconseja Marcela para hacerle frente al clima.

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En las peñas y bodegones dedicados a los platos típicos están entusiasmados con los primeros días de la temporada turística. “No esperamos que sea como la del año pasado, que fue un desborde en todos lados, pero se perfila muy bien. Anoche (por el domingo), a pesar del frío, quedó gente afuera”, contó Liliana Campero, propietaria de las peñas El Aljibe y El Cardón.

Locro, tamales, humitas, empanadas con mucho ají y carbonada son los platos que ella indica, cual receta médica, para contrarrestar el frío. Según el día, en El Aljibe también sirve un suculento puchero con caracú incluido. “No es algo que esté en la carta, pero cuando lo ofrecemos como menú económico la gente lo acepta, el turista y el tucumano también”, comentó.

“faltan guisos”
Raúl Ramallo y Pedro Díaz, dos comerciantes tucumanos, se juntan dos o tres veces a la semana a comer platos regionales en lugares típicamente turísticos. Y si hace frío, mucho más: “es que nuestras comidas son muy calóricas, ideal para el clima de invierno”, justifica Ramallo mientras pide otro “pingüino” con vino de la casa. Admite que después de un plato de locro con vino, no hay más remedio que una buena siesta. “La gente viene a Tucumán y quiere probar lo local. Para mí faltan guisos, que los restaurantes se animen a servir guisos para que los visitantes puedan probar lo que nosotros comemos en nuestras casas”, sugirió el comensal.
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sin caracú, no hay puchero
Son pocos los lugares de Tucumán que sirven puchero, una potente combinación de verduras y carne hervida capaz de levantar un muerto... o tirarlo a dormir la siesta. El protagonista de este plato, ideal para el invierno, es el corte de carne que se conoce localmente como puchero especial y que en otros lados le llaman osobuco: es una carne rica en grasas, tierna cuando se hierve y que llega al plato adherida al hueso, que en su interior contiene el “caracú” o tuétano, una parte blanda que ocupa el interior de los huesos. El puchero va con todo tipo de verduras, pero las infaltables son: papa, batata, zapallo y choclo

“Faltan guisos”
Raúl Ramallo y Pedro Díaz, dos comerciantes tucumanos, se juntan dos o tres veces a la semana a comer platos regionales en lugares típicamente turísticos. Y si hace frío, mucho más: “es que nuestras comidas son muy calóricas, ideal para el clima de invierno”, justifica Ramallo mientras pide otro “pingüino” con vino de la casa. Admite que después de un plato de locro con vino, no hay más remedio que una buena siesta. “La gente viene a Tucumán y quiere probar lo local. Para mí faltan guisos, que los restaurantes se animen a servir guisos para que los visitantes puedan probar lo que nosotros comemos en nuestras casas”, sugirió el comensal.

Sin caracú, no hay puchero
Son pocos los lugares de Tucumán que sirven puchero, una potente combinación de verduras y carne hervida capaz de levantar un muerto... o tirarlo a dormir la siesta. El protagonista de este plato, ideal para el invierno, es el corte de carne que se conoce localmente como puchero especial y que en otros lados le llaman osobuco: es una carne rica en grasas, tierna cuando se hierve y que llega al plato adherida al hueso, que en su interior contiene el “caracú” o tuétano, una parte blanda que ocupa el interior de los huesos. El puchero va con todo tipo de verduras, pero las infaltables son: papa, batata, zapallo y choclo.

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