“Nada iguala a la magia del teatro con actores en vivo”

“Nada iguala a la magia del teatro con actores en vivo”

Ana María Cores protagoniza “Te cuento una leyenda”, escrita y dirigida por Fabrizio Origlio

TRÍO EN ESCENA. Cores, Veliz y Páez Salas componen los personajes. TRÍO EN ESCENA. Cores, Veliz y Páez Salas componen los personajes.
09 Julio 2017

DEBUTAN HOY

• A las 16.30, en la sala Orestes Caviglia del Ente Cultural. Habrá 10 funciones más, hasta el 23.

“El niño te agradece cuando actuás para él, porque la fantasía del teatro se mantiene con el paso del tiempo y resiste a toda la tecnología que pueda llegar. Es un espacio donde se recupera el contacto directo con el otro, que se pierde de tanto estar con el celular en la mano. Por eso va a seguir existiendo”.

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Así de categórica es Ana María Cores en su defensa del arte que ama y del que vive desde hace casi medio siglo. La popular actriz protagoniza “Te cuento una leyenda”, el musical infantil que escribió y dirige Fabrizio Origlio, con presencia tucumana: a su lado estarán en el escenario de la sala Orestes Caviglia Alejandra Páez Salas y Gonzalo Véliz (integrantes del Teatro Estable de la Provincia) y el Coro de Niños del Ente Cultural, que dirige Ana María Ternavasio.

Con el estreno de hoy, serán 11 las funciones de esta obra (de miércoles a domingo, las próximas dos semanas), que se centra en Alicia, una simpática bibliotecaria que entra en contacto con las leyendas y los mitos de los pueblos originarios. Estos se corporizan en personajes humanos y animales que juegan, cantan y bailan.

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Cores lamenta que nos olvidemos de los mitos y del material popular del país, que tenemos en nuestras bibliotecas pero son dejados de lado. “Es una suerte de ayuda a la Pachamama para que no se destruya el planeta”, dice.

La última visita de la actriz porteña fue en 2001, en época de los jazmines florecidos. Ahora no pudo recorrer la provincia porque está dedicada a pleno a los ensayos, que comenzaron hace meses y que incluyó que Páez Salas y Véliz se instalen en Buenos Aires durante 10 días.

“La televisión, el cine y las nuevas tecnologías hacen que los chicos vean otro tipo de cosas, pero nada iguala a la magia del teatro. Ver en vivo a los actores es algo único, sea para chicos o para adultos. Se produce una mística entre el artista y el público en una ceremonia irrepetible, aunque la obra sea la misma de función a función. Para el actor, sentir el contacto con el espectador y la directa transmisión de las reacciones es asombroso. Y los niños disfrutan de que alguien les cuenten historias y quieren que nunca se termine ese ritual”, sostiene. Esta experiencia con Origlio es la segunda, y lo define como un director particular, que se ocupa de todas las cosas al mismo tiempo: “uno tiene que aprender a entenderlo, pero logra lo que quiere”.

En este momento, el teatro es la principal actividad de Cores, quien tuvo mucha presencia en la televisión, donde reconoce que actualmente falta ficción: “uno tiene que adaptarse; me la paso haciendo shows y espectáculos, que es lo que más me gusta”.

Origlio considera que el proyecto que le encargó el Ente Cultural es un halago personal y a la infancia. “Se pensó y se buscó un infantil con una actriz icónica del género, y la rodeó de dos artistas con gran calidad profesional y humana y de un increíble y maravilloso coro, que me llevó a adaptar la obra para su intervención, con canciones nuevas. Entiendo que hace muchos años no se montaba una propuesta de estas características, y es una gran cosa para los niños”, destaca el dramaturgo.

Las canciones cuentan parte de la historia -explica el director- y el coro es un personaje más, porque son los libros que cobran vida para presentar leyendas argentinas. Desde su experiencia, defiende la idea de un teatro infantil donde los niños participen del rito de sentarse en una platea, se concentren y se abran a la emoción y a la diversión. “Cada vez se involucra más a toda la familia, por lo que el espectáculo debe ser de alta calidad”, dice.

“El teatro se nutre de lo vincular, que es lo que produce la magia de la que habla Ana María -advierte-. En esa idea abarco a los equipos técnicos de la sala Caviglia, que tienen un gran compromiso con esta obra. Todos aprendemos de todos”.


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