Atlético quiere dejar atrás las cuatro derrotas en fila

Asumir la realidad es el primer paso positivo para sobrellevar cualquier falencia. Para ver la luz, nuevamente. Por eso, hoy más que nunca Atlético necesita ser como Lázaro. Debe levantarse después de una racha de cuatro partidos en los que apenas pudo rescatar aplausos y sonrisas pero ningún punto.

Atlético está obligado a resurgir de las cenizas como el Ave Fénix en esta última curva de tres partidos del Torneo de Primera que le resta. Antes tendrá que afrontar el duelo por los 32avos. de final de la Copa Argentina, el jueves contra All Boys, en Salta. “Nosotros tenemos una forma de jugar que a veces nos expone”, reconoce Cristian Lucchetti, el que intenta salvar la ropa del equipo semana a semana pero para su lamento ni con todos los mano a mano que tapó -ante Palmeiras, River y San Martínde San Juan-, alcanzó.

“Nuestro amigo Lázaro duerme, pero yo voy a despertarlo”, dice una parte del Evangelio cuando Jesús va hacia el sepulcro de Lázaro. Atlético está cansado, física y mentalmente hablando. “No tuvimos las mismas piernas contra River y tampoco tuvimos las mismas piernas frente a los sanjuaninos”, explicaba Pablo Lavallén mientras hacía su análisis del 1-2 sufrido el domingo pasado en el Monumental de 15 de Mayo y Chile. Asumir la realidad es el primer paso para salir a flote.

“Tengo la estadística de que Fernando Evangelista ya ha jugado casi 2.000 minutos. Fueron exactamente 1989 minutos. Y San Martín, en el torneo jugó nueve partido; ponele 990 minutos. O sea que Evangelista jugó el doble”, describía el entrenador, cuyo desempeño de efectividad en el campeonato local vuela bastante bajo.

¿Preocupa este presente a los “Decanos”? “No, para nada”, aseguró Lucchetti, un optimista que entiende que así como ahora el agua les llega al cuello, pronto todo volverá a la normalidad.

“Puedo asegurar que el equipo no tiene la frescura necesaria porque las piernas pesan demasiado a esta altura de la temporada. Y eso sucede no porque esténb mal preparado sino porque hay cansancio. Hay un plantel corto y prácticamente han jugado siempre los mismos”, reconoció Lavallén, mientras espera que los suyos sean como Lázaro: que se levanten y anden.