Según Zecca, la sociedad debe involucrarse y dejar de protestar

Según Zecca, la sociedad debe involucrarse y dejar de protestar

¿ÚLTIMO MENSAJE?. Zecca ya presentó su renuncia y espera que se defina a su sucesor.  ¿ÚLTIMO MENSAJE?. Zecca ya presentó su renuncia y espera que se defina a su sucesor.
26 Mayo 2017

Sólo cuatro veces quebró su gesto pétreo. Levantó las cejas y extendió su mano con temor cuando un hombre vadeó los controles y se acercó a saludarlo; cuando tosió una vez con disimulo; cuando siguió la trayectoria de un perro callejero que se echó casi a sus pies y cuando dibujó una media sonrisa tras darle la paz a su esposa y a otros funcionarios que estaban cerca; y esquivar al intendente Germán Alfaro (ApB-Cambiemos). El gobernador Juan Manzur (FpV) se mantuvo impertérrito durante la mayor parte el Tedéum por el 25 de Mayo en la iglesia Catedral.

La ceremonia, de casi una hora, fue presidida por el renunciante arzobispo Alfredo Zecca, quien brindó su homilía de sentado, a diferencia de ocasiones anteriores. Monseñor, que adujo problemas de salud al presentar en la semana su dimisión, mostró dificultades para caminar cuando se acercó a saludar a las autoridades.

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Manzur y su esposa, Sandra Mattar Sabio, se sentaron en la primera fila de la izquierda frente al altar. Los lugares de atrás fueron ocupados por autoridades como el vicegobernador, Osvaldo Jaldo; los ministros y el presidente de la Corte, Antonio Gandur. En el grupo de bancos de la par, a la derecha, estaban ya ubicados Alfaro y la primera dama municipal, Beatriz Ávila. En las filas posteriores se acomodó un grupo numeroso de funcionarios municipales.

Tras acomodarse, el gobernador cruzó el pasillo para saludar a los opositores. El gesto se repetiría al dejar la Iglesia.

El mensaje

La homilía incluyó un mensaje en pos de la unidad, la reconciliación y la paz. Sin mencionarla, Zecca convocó a dejar atrás la “grieta”, las diferencias. También reivindicó a la Iglesia e hizo un llamado a los católicos.

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Tras hacer un racconto histórico, pasando por 1810 y 1816, subrayó el esplendor del país como una potencia. Lo contrastó con la situación actual. “¿Qué nos está pasando? Nuestra Patria -y muy particularmente nuestra provincia y región- está habitada por una inmensa mayoría de católicos que se profesan tales pero que no siempre viven de acuerdo a lo que confiesan”, cuestionó. Anunció que iba a dirigir algunas reflexiones para los fieles. Consignó que todos deben contribuir a que se afiancen los valores del diálogo, la equidad en la participación de las riquezas y el afianzamiento de la “amistad social y de la paz que sólo pueden ser fruto de la justicia”.

Manzur y Alfaro prácticamente no cruzaron miradas. Cada uno estuvo pendiente, sin embargo, de los movimientos del otro.

“Estamos acostumbrados a echarle la culpa de los fracasos nacionales a la dirigencia política. No digo que no compartan esa culpa, pero también los ciudadanos debemos preguntarnos qué nos toca. Está claro que nos toca poner el hombro en las crisis. Sin embargo, hay mucho más que podemos hacer. El interés por la cosa pública debería llevarnos a mucho más que protestas y reclamos, que, ciertamente, deben estar cuando existan razones relevantes para efectuarlos, pero no cuando responden a cuestiones meramente ideológicas y de política mal entendida”, criticó. Consideró que la bien entendida trasciende las luchas partidarias. Instó a pensar en las próximas generaciones y en transmitirles valores sólidos.

Luego, si bien reconoció que la Iglesia se equivocó, reivindicó los aportes que hizo a lo largo de la historia. “Me da mucha pena cuando, desde posiciones ideologizadas, no se reconoce todo lo que hemos dado a esta historia. La dispersión es lo que buscan quienes quisieran que nos calláramos. Y voy más allá todavía: aquellos que buscan que nos callemos merecen ser tratados como hermanos”, afirmó. Por último, convocó a la unidad y a dejar atrás todo “encono y división” para mirar al futuro. “Será la mejor contribución que podemos hacer para que Argentina recupere su grandeza”, concluyó.

Al terminar la ceremonia, Zecca se apoyó en la directora de Ceremonial Patricia Ibazeta para avanzar hasta cerca de las autoridades. El arzobispo repartió los saludos de rigor y se retiró. Recién al caminar hacia la puerta, Manzur dejó atrás la seriedad, para saludar a dirigentes y algunos vecinos.

La salud y la “complejidad” de la diócesis
La atención de los medios estuvo centrada ayer en la figura del renunciante arzobispo Alfredo Zecca. Tras celebrar su último Tedéum del 25 de Mayo como máxima autoridad de la Iglesia tucumana, monseñor  se retiró sin brindar declaraciones. En su lugar, habló el vicario Marcelo Barrionuevo. Reiteró que el principal motivo de la dimisión de Zecca era su salud (cuenta con cuatro bypass y seis stents en el corazón y fue operado tres veces de la columna), pero reconoció que las tareas en Tucumán son complejas. “El estrés del gobierno con un corazón así y tres operaciones en la columna… indudablemente fue por salud y con la complejidad que supone el gobierno de una diócesis como la de Tucumán. Con mucha grandeza y, emulando a Benedicto XVI, dijo esto es complejo, es grande y mi salud no va a dar para esta envergadura”, detalló. Afirmó que el proceso de cambio de arzobispo llevará algunos meses. Primero, la renuncia tiene que ser enviada al Vaticano. De allí, se anuncia el reemplazante y luego, debe esperarse la llegada de este a la provincia.   
La salud y la “complejidad” de la diócesis
La atención de los medios estuvo centrada ayer en la figura del renunciante arzobispo Alfredo Zecca. Tras celebrar su último Tedéum del 25 de Mayo como máxima autoridad de la Iglesia tucumana, monseñor  se retiró sin brindar declaraciones. En su lugar, habló el vicario Marcelo Barrionuevo. Reiteró que el principal motivo de la dimisión de Zecca era su salud (cuenta con cuatro bypass y seis stents en el corazón y fue operado tres veces de la columna), pero reconoció que las tareas en Tucumán son complejas. “El estrés del gobierno con un corazón así y tres operaciones en la columna… indudablemente fue por salud y con la complejidad que supone el gobierno de una diócesis como la de Tucumán. Con mucha grandeza y, emulando a Benedicto XVI, dijo esto es complejo, es grande y mi salud no va a dar para esta envergadura”, detalló. Afirmó que el proceso de cambio de arzobispo llevará algunos meses. Primero, la renuncia tiene que ser enviada al Vaticano. De allí, se anuncia el reemplazante y luego, debe esperarse la llegada de este a la provincia.   

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