Los peligros de la erotización temprana

Los peligros de la erotización temprana

Expertos dicen que los chicos están consumiendo imágenes que, lejos de ayudarlos con su sexualidad, los confunden. ¿Qué hacer?

19 Mayo 2017

Ella sube y baja pegada al cuerpo de él, que la acaricia en un baile sensual. La música se acelera. La joven expande y contrae la pelvis una y otra vez en un vibrante movimiento.

Están en la tele y en Youtube. A toda hora. Aparecen en las redes sociales, en las publicidades, en Google. Las imágenes con fuerte contenido sexual y a las cuales tienen acceso los niños a través de la computadora, la tablet o el celular, provocan en los menores de edad una erotización temprana, según distintos especialistas, quienes lo consideran una forma de “abuso sexual virtual”, que perjudica a los niños.

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“El sexo está en todos lados. Los chicos y chicas reciben información sobre este tema de las fuentes más diversas. El problema es que esos mensajes, sin un adulto que ayude a comprender, son un caos de estímulos, mitos y fantasías”, explica la sexóloga tucumana Amelia del Sueldo Padilla, presidenta de la Asociación Argentina de Sexología y Educación Sexual.

Beatriz Müller, psicóloga y titular de la Ong Salud Activa, explicó a la agencia Télam que las imágenes son una suerte de abuso sexual virtual porque los chicos no tienen la edad madurativa para entender de qué se trata todo esto.

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El hit del momento

La inquietud por analizar los efectos de estos contenidos que erotizan la infancia, se potenció frente al reciente impacto del video musical “Despacito”, un hit que rompió los récords de transmisiones de una canción en español, a nivel mundial. “Yo no tengo prisa, yo me quiero dar el viaje/ Empecemos lento, después salvaje/ Pasito a pasito, suave suavecito”, es uno de los fragmentos del tema que queda envuelto en movimientos y en un clima erótico que tiene un ritmo muy pegadizo.

“Es el acto sexual llevado al baile, eso visto y actuado por niños y niñas es totalmente perjudicial”, dijo Müller. Luego señaló: “el gran problema es lo que los propios padres y madres alimentan en sus hijos e hijas una sexualización temprana totalmente abusiva, desde la música, las fotos eróticas que les sacan, con poses inadecuadas para la edad”, insistió.

Explosión

La introducción a la sexualidad adulta de manera precoz se viene dando desde hace años en nuestra sociedad, sostiene Del Sueldo Padilla. “Lo que pasa es que ahora esta situación nos ha explotado en las manos”, afirmó.

“Youtube pone a disposición de los chicos todo lo que uno pueda imaginar; está impregnado de erotismo, al igual que programas televisivos con los concursos de baile que permanentemente están cosificando la mujer y mostrando un estereotipo de fémina que no es real”, comentó.

La especialista cree que este bombardeo de imágenes que hoy reciben los chicos no hace más que confundirlos: “no los ayuda a comprender mejor su sexualidad y aprender cómo cuidarse a sí mismos”. “Y al mismo tiempo, mientras los padres dejan que sus hijos vean estos videos, la gran mayoría se opone y le da terror que les den clases de educación sexual en las escuelas. Así llevamos más de 10 años sin que se implemente la ley de educación sexual integral Nº 26.150, la cual prevé que la escuela debe ser la que provee información científicamente probada y por lo tanto de calidad sobre el tema”, opina.

A su entender, hoy los chicos están tan expuestos que deberían recibir educación sexual desde el nivel incial. “Por supuesto, con material acorde”, aclaró. “Incorporar esta temática a la currícula permitiría, según los especialistas, aclarar el panorama y combatir la desinformación que manejan muchos chicos y chicas. Urge que la sexualidad deje de ser vista como una mala palabra. No puede tapar el sol con las manos; hay que tener una mentalidad crítica ante esta erotización temprana que viven nuestros hijos”, opinó.

¿Y cómo les hablamos?, le consultamos a la especialista. “Si los chicos te comentan lo que ven en las redes o en Youtube, hay que decirles que son actividades que se hacen cuando sos grande, y aprovechar para aclararles que no deben exponerse a que los fotografíen o filmen en estas situaciones. También decirles que nadie puede tocarlos”, sugirió.

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