El Tucumán Indie Fest respira la libertad creativa

El Tucumán Indie Fest respira la libertad creativa

Bandas y músicos de la provincia y de Buenos Aires compartirán escenario en Yerba Buena.

OPCIÓN DE VIDA. Tomás Aristimuño defiende su independencia. Foto  /  Pablo Valencia.- OPCIÓN DE VIDA. Tomás Aristimuño defiende su independencia. Foto / Pablo Valencia.-
07 Abril 2017

PRIMER FESTIVAL
• Desde las 20.30
en Las Lomitas (Jorge Luis Borges 3091, Yerba Buena)

El arte está íntimamente vinculado con la libertad; ejercerla en forma plena conlleva una ética y una estética específica, en las cuales está inmersa la cultura independiente que busca los resquicios para colarse y expresarse, sin depender de productores que condicionen el contenido, ordenen funciones ni impongan sus condiciones comerciales.

De las aguas de este río torrentoso beben los músicos y grupos que participarán esta noche del primer Tucumán Indie Fest, con la presencia de artistas de la provincia e invitados especiales de Buenos Aires: Tomás Aristimuño; Agustina Paz, El Gobierno Invisible y Coiffeur.

“Este festival es el resultado de un viejo anhelo de un grupo de músicos de la provincia, a cuyas voluntades se suman otras tantas de artistas de afuera. La idea responde a la necesidad de sumarnos al circuito de la música indie argentina con una propuesta que logra proyección nacional; en próximas ediciones, también será internacional”, anuncia Jorge Stojan, uno de los promotores locales junto a Carlos Andujar, Alejandro Kaplan, Martín García y Germán Tschudy. Junto a ellos, actuarán también esta noche la banda Alem y DJ Bouvet.

El cantautor admite que están sorprendidos por la repercusión en las redes sociales. “Nos escribieron músicos de todo el país para que los tengamos en cuenta para el futuro e incluso empresas ofrecieron patrocinarlo. Estamos muy felices, porque lo que hacemos es un concepto artístico y una elección de cómo llevar una carrera profesional. Escapamos de las tendencias, de lo que las modas requieren para la industria musical, porque antes, cuando una propuesta no era de interés comercial, los artistas que las impulsaban quedaban marginados de la escena. Hoy, ser músico autogestionado es una elección”, afirma.

Cosas bajo control

En el mismo sentido se pronuncia Aristimuño, en diálogo telefónico con LA GACETA antes de subirse al colectivo que lo trajo a la provincia. “Voy con mucha alegría para poder estar con gente de allá y compartir momentos y asados. La convocatoria me llegó por El Gobierno Invisible en momentos en que estaba de gira por México y me alegró mucho la invitación para reencontrarnos en un escenario con una gran banda como Alem, y conocer otra gente”, precisa.

- ¿Por qué elegiste este camino?

- Me gusta tener total control de las cosas que queremos hacer y dónde estar. Existe un riesgo normal al no tener a nadie que te cuide las espaldas, pero me siento bien de este modo. El mercado musical está ahí, y hay que saber trabajarlo en sus nichos sin entregar ninguna bandera. Seguir trabajando y comunicándonos con la gente desde una ética específica que conlleva esta experiencia, para marcar un rumbo.

- ¿Ser indie tiene un costo?

- Me planteo muchas veces el tema de seguir así, y comprendo a los colegas que se meten con un sello con el cual yo no comparto algunas modalidades para llevar a sus artistas adelante. Tienen un contrato, pero la discográfica los tiene en un cajón, los usa como quiere y se quedan con el 80% de los derechos. A veces sólo pueden tocar en ciertos festivales y no donde realmente quieren. Cuando estamos todos en la búsqueda de conseguir una fecha para tocar, algunos toman ese lugar sin pensar en el que está al lado.

- ¿Los artistas independientes se identifican en una ética?

- Totalmente, y así se verá con todos los que vamos a estar en el festival, con los que ya hablamos de las situaciones que vivimos. Proponemos hacer de otra manera las cosas y con nuestras carreras demostramos que se puede. Se requiere fuerza y constancia, sobre todo porque en las manifestaciones culturales los cambios demoran más que en otras actividades. La gente distingue entre lo que es un producto armado sólo para vender y el que trabaja preocupado en cómo suena el disco.


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