Tu bebé te ayuda a ponerte en forma

Bruno no se queda quieto y es lógico con sus 11 meses de vida. Pero siempre está en la órbita de Nayla Heluani, rozándola con sus manitos, abrazándola o subiéndose encima de sus caderas, y ella lo besa constantemente mientras transcurre la clase de Kangatraining. Allí pueden estar juntos, porque es un tipo de entrenamiento al que las mamás pueden asistir con sus hijos pequeños. Y no se trata sólo de mujeres que no quieren o no tienen con quién dejar a sus pequeños: es gimnasia con fines terapéuticos, de bajo impacto, que se enfoca en la recuperación del piso pélvico y el abdomen profundo. Es una tendencia que crece en todas partes del mundo y en Tucumán comenzó en febrero.

Está fresco el sábado a la mañana y barrio Sur sigue sereno. Para entrar a la sala, Rosario Vera, instructora matriculada en Kangatraining, explica que hay que sacarse los zapatos, porque los bebés gatean o se recuestan en ese piso casi impoluto de madera. Además, comenta que las mamás pueden desconectarse de sus tareas y obligaciones cotidianas y vincularse con sus bebés en un ambiente relajado y distendido, al tiempo que se encuentran con otras mamás que están atravesando la misma etapa. El clima se nota a simple vista: hay contención y apoyo, se comparten experiencias e información.

“Desde hace tiempo estaba sin hacer actividad física, porque tengo mucho trabajo. Y además -lo que les pasa a muchas- fuera del horario laboral no tengo con quién dejar a mi hija para ir a un gimnasio. Así que me enteré de esto en un grupo de Whatsapp, que se llama ‘mamasas’ (unas 100 mujeres brindan información sobre crianza, salud, entre otros temas), y empecé”, cuenta Virginia Tapia, mamá de Juanita, de ocho meses, que sonríe con los primeros movimientos. Le gusta la música pegadiza que suena en el salón, como a todos los pequeños -pareciera-, porque no hay llantos, sólo risitas.

En movimiento

La clase comienza con ejercicios de resistencia muscular en el piso, en los que a veces los bebés son “pesas” que pueden ubicarse en las canillas o el abdomen. Luego, los pequeños pasan a los portabebés ergonómicos, y con ellos bailan y hacen ejercicios de resistencia muscular ya paradas. Tienen un peso extra encima. Mejor.

El programa de entrenamiento adapta los ejercicios tradicionales a las particulares necesidades de la reciente mamá. Por este motivo es que las estocadas son fijas; en las sentadillas la apertura de piernas se hace respetando el ancho de caderas para cuidar el piso pélvico y para tonificar; y para reducir el volumen abdominal realizan planchas.

“En el caso de mamás con diástasis de rectos abdominales (separación de los músculos del abdomen), las planchas favorecen el retorno de los músculos rectos a su lugar de manera segura y sin riesgo de sufrir lesiones. Durante los ejercicios aeróbicos las pisadas son suaves y sin rebote. Cuando elongamos lo hacemos manteniendo una suave tensión sin forzar ni rebotar”, detalla Rosario, a quien el haberse convertido en mamá la impulsó a ser hoy instructora de Kangatraining. No es profesora de Educación Física, sino abogada. Y en Chile realizó la especialización en este tipo de entrenamiento.

En medio de la clase, Érica Pedrazzoli le da la teta a Letizia, mientras las otras mujeres siguen con sus ejercicios. Así de natural es la clase. No hay apuros ni malas caras. Se hace lo que se tiene que hacer. Darle prioridad al pequeño, por ejemplo. Al final, todas terminan cansadas y felices hasta el próximo encuentro.

Los beneficios

Rosario explica que la mamá fortalece la musculatura debilitada durante el embarazo y tonifica piso pélvico. La actividad la ayuda a disminuir el volumen abdominal y a recuperar el peso y la talla que cada mujer necesite, mejora la postura, y reduce y elimina el estrés de la mamá y del bebé.

Mientras que los beneficios para el bebé, según la instructora, pasan porque se estimula el vínculo y el apego saludables (“la cercanía corporal hace al bebé sentirse seguro y protegido”), disminuyen los episodios de llanto y mejora la calidad de sueño del bebé. La posición vertical ayuda a disminuir los cólicos y a aliviar el reflujo, estimula los sentidos del bebé (“al estar en constante movimiento se favorece el desarrollo del sistema vestibular, relacionado con el equilibrio y el control espacial”), y ayuda al desarrollo de la columna, cadera y cráneo. “En términos generales, es un buen estímulo para el desarrollo psicofísico del bebé. Todos estos beneficios resultan de incorporar el porteo ergonómico al entrenamiento”, sostiene Vega.

> Cuándo empezar 
Luego del puerperio es el momento ideal para abordar la gimnasia 

El obstetra tucumano Armando Pérez de Nucci indica que el momento ideal para empezar a realizar actividad física después del parto es cuando finaliza el puerperio inmediato, que se calcula más o menos a los 30 días, cuando cesan las pérdidas y el útero vuelve a ser intrapélvico. “El inicio es progresivo y la técnica es absolutamente personalizada, ya que no hay dos pacientes que evolucionen igual y la cantidad de variables en cuanto a la finalización del embarazo es infinita. Importante: antes de empezar, deben hacer un laboratorio de control para ver los niveles de hemoglobina en sangre y pedir consejos de un nutricionista para valorar los esfuerzos”, recomienda el profesional. 

>En el mundo
Gimnasios que aceptan bebés y strollering 

El entrenamiento denominado strollering viene del inglés “stroller”, qué no es ni más ni menos que el cochecito del bebé. Esta actividad tomó este nombre, ya que se trata de caminatas o trotes suaves de mamás, por plazas o parques, acompañadas por los hijos en sus cochecitos. La razón por la cual está recomendada como un tipo de gimnasia ideal para el post parto es que no hay saltos ni impactos fuertes, y se puede realizar en cualquier parte del mundo. Por otra parte, en España ya son comunes los gimnasios exclusivos para madres y bebés. Usan los cochecitos como elementos para hacer aerobics. Lo más importante es que no hay un límite de edad para que el niño acompañe a su madre.

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