La saga de la tabla del rey Salomón, digna de una película

07 Marzo 2017
“Ningún libro de texto de las antiguas inscripciones en hebreo incluirá el llamado texto de Joás; ningún historiador del antiguo Israel jamás contará con la inscripción como fuente; ningún gramático o lexicógrafo del hebreo antiguo incluirá palabras, frases o formas que se encuentran en la inscripción como datos auténticos”. Fue la conclusión a que llegó en 2016, el profesor Ed Greenstein, de la Universidad Bar-Ilan, Israel. En tanto Chaim Cohen, de la Universidad Ben Gurion, dijo que si se llegaba a comprobar, era “la falsificación más brillante de todas”. Ambos se referían a la interminable saga sobre la tableta de piedra del rey Salomón. En 2001, a un arqueólogo israelí y a otro experto un desconocido les mostró una hermosa piedra negra con una inscripción en hebreo antiguo. Parecía ser la evidencia tan buscada de que hace unos 3.000 años, en el centro de Jerusalén, existió el lugar que la Biblia llama “La casa del Señor”, el magnífico templo de Salomón, informó BBC. En las investigaciones intervino el Servicio Geológico de Israel, que la ofreció a la venta al Museo de Israel. Apareció involucrado el dueño de la más grande colección privada de antigüedades de Israel, Oded Golan, dueño además del Osario de Santiago. Después de años de investigaciones desde lingüísticas hasta geológicas los expertos concluyeron que la tableta de piedra y el Osario de Santiago son elaboradas falsificaciones. Algunos arqueólogos llegaron a concluir que todo lo que llegó al mercado en las dos décadas anteriores a la revelación sin certificados claros de origen debía ser considerado falso. Muchos de esos objetos, como la tableta que disparó la investigación, habían sido hechos para aprovecharse del deseo de muchos de confirmar la Biblia como historia.

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