Las postales que el Dakar nos regaló en los valles

Cientos de personas llegaron hasta la zona de espectadores de El Brete para ver la caravana

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05 Enero 2017
No solo en competencia se sufre el Dakar. Sí, los pilotos reconocen que se sienten agobiados en varios tramos de la carrera. ¿Por qué el público, fanático de la carrera, no habría de padecer para ver el paso de la caravana que forman sus ídolos? “Siempre es un esfuerzo y se transpira para ver el Dakar, pero vale la pena”, reconoció Miguel Ángel Villagrán de Santa María.

Llegar a la zona de espectadores de El Brete en el corazón de los Valles Calchaquíes fue tarea complicada, pero con recompensa alta. Aunque el calor, el sol, las pocas sombras que había cerca de las cintas de seguridad complotaban para que los espectadores cortaran temprano la aventura, cientos de personas le pusieron el pecho.

Más tarde, llegó la lluvia en los Valles Calchaquíes. Y para cerrar el círculo, una tormenta eléctrica se registró llegando a Jujuy. Incluso, un espectador fue alcanzado por un rayo y fue internado en estado reservado. Si esto no es pasión por el Dakar, ¿cuál es?

Refugiarse con lo que haya a mano

La improvisación es una de las virtudes que debe tener todo buen amante de los rallies. Estar tantas horas a la intemperie, sobre todo en paisajes donde el sol pega más de cerca, requiere la capacidad de “darse maña” con lo que haya a mano para armar -o llegado el caso, reforzar- un refugio contra el calor o la lluvia. Por caso, estos aventureros echaron mano de unas frazadas para usarlas a modo de toldo. Postales como esta abundan a lo largo del paso del Dakar.

Como en casa, pero en medio de la nada

Desde Monteros unas 15 personas, entre grandes y chicos, montaron un campamento casi idéntico al quincho de una casa. Generador, freezer, asador, gazebos, toldos laterales y hasta un par de colchones formaron parte del equipamiento.

Unos pocos pudieron disfrutar de las tribunas en altura

La geografía de la zona tenía varios desniveles. Para el público fue un beneficio. Aunque escasas, había elevaciones del terreno justo a la par del camino que fueron bien aprovechadas por la gente que tuvo otra perspectiva de la carrera.

Gran despliegue de las fuerzas sanitarias

Las carpas de Defensa Civil y del 107 estuvieron ubicadas a pocos metros de distancia. Ambulancias, cuatriciclos y todos los elementos necesarios para socorrer a quienes lo necesiten estaban presentes. Las indicaciones de seguridad se sucedieron siempre.

Llegar a caballo fue mejor que llegar temprano

Los espectadores que se apostaron en El Brete llegaron en autos, motos, bicicletas y caballos. Estos últimos, mayormente lugareños, tuvieron la ventaja de poder llegar a lugares de avistamiento inaccesibles para quienes arribaron en vehículos.

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