
Cinco combos para que el año se vaya con estallidos y luces en el cielo
En las casas de venta de pirotecnia navegan entre la falta de plata, las campañas en contra de los cohetes y los fanáticos que aprecian seguir la tradición de prender fuego durante las fiestas, sobre todo de Año Nuevo. Acá te mostramos algunas opciones de combos para divertirse y consejos para usar responsablemente la pirotecnia.
ELECCIÓN. Si querés despedir el año sin hacerle daño a nadie, elegí fuegos artificiales antes que estruendos. la gaceta / foto de jorge olmos sgrosso

Es el último día para darte con el gusto de ver el año partido en mil pedazos de colores en el cielo. De hacer un poco de ruido aunque muchos, con toda razón, se enojen y reclamen.
El mundo de los que tiran cohetes en las fiestas de fin de año se divide entre los que gustan de los estruendos ensordecedores y los que prefieren ver un espectáculo de colores en el cielo. También entre aquellos que prefieren prender el encendedor una o dos veces y desentenderse del asunto y los que prefieren pasarse toda la noche jugando con pirotecnia. Hay para todos, y también para todos los bolsillos: desde $100 hasta el infinito se puede armar un combo para alimentar una tradición que parece adelgazar año tras año.
Mientras algunos locales del centro hablan de una temporada bastante apagada, en los comercios más alejados (y con mejores precios) aseguran que no ha bajado el interés por la pirotecnia. “Nosotros vendimos mucho más que en Navidad del año pasado. Claro que buena parte es por mayor, pero por menor también”, contó Mauricio Rodríguez, de un local de pirotecnia en la zona de la Esquina Norte. “Mañana (por hoy) calculamos que va a ser un infierno”, dijo el vendedor.
En el centro, mientras tanto, esperan con los brazos abiertos ese “infierno” de compradores de último momento. “No habrá muchas ventas, pero sí hay mucha buena onda y actitud. Esperamos que repunte las horas antes de la cena de fin de año”, dijo María de los Ángeles Hervas, vendedora de un local de San Martín y José Colombres que ayer estaba convertido en una fiesta entre ella, los clientes y los varios jóvenes vendedores.
Por la calle Córdoba, Luciano Barros aguanta el calor de la siesta en un local con la música a todo volumen. Él recomienda siempre las tortas de fuegos artificiales, que dan un buen show en el cielo. Desde los $ 150 se puede conseguir una de estas tortas de 12 tiros hasta una de 100 tiros (se llama “Fin del mundo”) a $ 4.500. Pero por mucho menos también hay diversión; por ejemplo, la Bomba Shell de 2”: son seis bombas de distintos fuegos artificiales por $ 400.

ALGUNAS OPCIONES
1 Combo ruidoso y económico
Cuarenta cajas de raspafósforos, 10 floreritos, seis morteritos (no dejarse engañar por los amables nombres en diminutivo) y seis matabrujas. Este es el combo que odiarán los que reclaman por los perjuicios de la pirotecnia y los daños que causa a los animales y a las personas con autismo, pero es el imprescindible de los que todavía celebran el Año Nuevo haciendo ruido. Costo aproximado: $ 100.

2 Combo seguro para los chicos
Estrellitas, bengalas de colores, colita de dragón y estallos (los viejos chaski boom) son los infaltables en el kit de pirotecnia segura para los más chicos. Con $ 100 o $ 150 se puede comprar algo para que se entretengan toda la noche. Se le puede agregar una novedad: la “botellita de champagne”, que no hace ruido ni fuego, sino que lanza una lluvia de serpentina de papel. Cuestan $75 las 10.
3 La selección de mariano: poco ruido y mucha luz
Cuatro bomas de estruendo para las 12. Cuatro cañas voladoras de fuegos artificiales para unos minutos después, cuando todos los vecinos se hayan calmado, la torta “Nerón” de 19 tiros que ilumina todo el cielo con colores y efectos. Esa es la selección y los tiempos de salida de la pirotecnica de Mariano Rodríguez, vendedor y fanático del rubro. Lo que propone tiene un costo aproximado de $ 1.000.
4 Solo luces y colores en el cielo del año nuevo
Dos tortas de 12 tiros, una de 16, la bomba Shell de seis tiros con efectos distintos y el volcán lluvia plateada son los seleccionados por el vendedor Luciano Barrios para divertirse un buen rato y lucirse con un buen espectáculo de fuegos artificiales y nada de ruido. Ese combo tiene un precio de $ 1.000, pero en su local hay combos de dos tortas chicas por $ 450, por ejemplo.
5 Show de cañas voladoras especiales
Entre las tortas que hacen todo solas y las cañitas de efectos especiales la diferencia está en las ganas que tengás de tirar cohetes. Las cañitas son ideales para los que tienen ganas de jugar un rato, acomodarlas y encenderlas. Hay cajas por cuatro unidades a $ 150 o algunas más sofisticadas por $ 250 cada una. Se le puede sumar las tradicionales cañitas silbadoras.
Para estar seguros
- Si vas a lanzar cohetes que van hacia arriba, siempre fijate que no haya cables o árboles.
- Las cañas especiales van en la tierra, pero apenas enterrada para que quede firme.
A pesar de las críticas, la industria resiste
Córdoba, Salta, Jujuy y la Ciudad de Buenos Aires son algunas de las provincias y municipios argentinos que han prohibido -o van camino a hacerlo- la fabricación, venta y uso de pirotecnia. Las iniciativas responden a los pedidos de ambientalistas, proteccionistas de animales, profesionales de la salud y familiares de personas con autismo, entre otras patologías, a quienes la pirotecnia les causa un daño severo que se intensifica durante los festejos de fin de año.
Los cascotazos en contra de los cohetes llegan por todos lados y la industria teme que de un día para otro la actividad esté prohibida en todo el país y el rubro desaparezca. Es por eso que en algunos locales comerciales de venta de estos productos juntan firmas para que no se siga prohibiendo el uso de pirotecnia y se fomente la comercialización de productos seguros y confiables, de buena calidad y procedencia.
En el medio del contrapunto, los fabricantes, importadores y vendedores de cohetería esquivan los golpes y defienden lo que consideran un derecho. Y si bien sigue habiendo clientes y fanáticos de la pirotecnia, las campañas de sensibilización parecen surtir efecto y son cada vez más las personas que renuncian a los cohetes, o al menos a los más ruidosos. En esta pulseada, explican los vendedores, gana la pirotecnia de fuegos artificiales, luces y colores, en detrimento de la que hace ruido; pero la diferencia se la paga en dinero, porque una es mucho más cara que la otra.







