Empleados del futuro

Empleados del futuro

La firma Hankook Mirae Technology presentó el robot Method-2 que, en su cabina interior, cuenta con una butaca para que una persona lo controle. Podrá hacer trabajos intensivos y tareas de defensa militar.

MOVIMIENTOS ÁGILES. Desde la cabina, un operario puede manejar las extremidades del robot, que además puede controlarse en forma remota. 
MOVIMIENTOS ÁGILES. Desde la cabina, un operario puede manejar las extremidades del robot, que además puede controlarse en forma remota.
31 Diciembre 2016
La imagen de este robot, controlado por una persona ubicada en su interior, trae a la memoria el personaje del dibujo animado “Mazinger Z”, muy popular en los años 80’. Aunque también se parece a las máquinas militares de la película “Avatar”, de James Cameron. Sin embargo, esta máquina no pertenece al mundo de la ficción: la compañía surcoreana Hankook Mirae Technology, especializada en robótica, ha presentado oficialmente esta semana su primer prototipo de robot humanoide tripulado. Los técnicos y diseñadores de la compañía lo bautizaron con el nombre de Method-2.

Con una altura de casi cuatro metros, y con un peso de 1,5 toneladas, el primer robot bípedo tripulado del mundo y ha sido construido para operar en zonas peligrosas, en las cuales el ser humano no puede moverse con facilidad, según explicó Yang Jin-Ho, presidente de la compañía en un comunicado oficial.

Este enorme exoesqueleto cuenta con una musculatura mecánica y con articulaciones que le permiten desplazarse como lo haría una persona. Además, puede mover los brazos con relativa facilidad. Las extremidades superiores pesan poco más de 135 kilogramos cada una.

“El robot tiene un año y está dando sus primeros pasos, como un bebé. Al igual que los humanos, Method-2 comenzará a moverse con más libertad en los próximos años”, remarcó Jin-Ho.

El desarrollo de esta impresionante máquina lleva dos años y ha demandado una inversión superior a los U$S 200 millones. Del proceso de diseño y de construcción participaron 30 ingenieros, entre ellos el diseñador moldavo, Vitaly Bulgarov, quien se dedica precisamente a la creación de robots gigantes. El especialista ha colaborado en varias películas como “Transformers”, “Robocop” o “Terminator”. “Todo lo que aprendimos sobre este robot puede ser aplicado en la vida real para resolver problemas concretos”, manifestó el experto.

Desafíos pendientes

Los ingenieros de Hankook Mirae Technology aún trabajan para resolver un aspecto central para el funcionamiento del exoesqueleto, como es el suministro de energía. El desafío de los desarrolladores es permitir que semejante estructura se movilice de un modo autónomo y con agilidad para solucionar problemas. Por otro lado, el robot camina con lentitud y sólo puede moverse en superficies planas. Tampoco puede subir pendientes.

No obstante, los técnicos se mostraron confiados en que resolverán estos problemas antes de que la mole salga a la venta. Los desarrolladores tienen la expectativa de que recibirán pedidos de empresas, de industrias y de organismos de gobierno.

La idea de los directivos de Hankook Mirae Technology es que, a fines de 2017, el robot humanoide tripulado esté disponible en el mercado a un precio aproximado de U$S 8,3 millones. Por el momento, su uso se enfocará en el segmento de las grandes fábricas, de las megaconstrucciones y del entretenimiento.

Sin embargo, las autoridades de la compañía estimaron que el robot también podrá cumplir, por ejemplo, tareas de descontaminación en la planta nuclear japonesa de Fukushima, que sufrió graves daños como consecuencia del terremoto y del tsunami registrados en 2011.

Hasta que se complete su desarrollo, y hasta que se optimice su funcionalidad, los fabricantes surcoreanos seguirán utilizando al Method-2 como un banco de pruebas para otras tecnologías. Y quién sabe, quizás algún día pueda operar en acciones de salvataje e incluso en operaciones militares.

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