El Indio, un mirador renovado camino a los Valles

El Indio, un mirador renovado camino a los Valles

Hoy se inaugurará la revalorización del sitio que atrae a los turistas que recorren la ruta 307.

CENTRO DE INTERPRETACIÓN.  En el rejerarquizado mirador, el viajero ahora puede informarse sobre la flora que crece en la densa selva subtropical tucumana. CENTRO DE INTERPRETACIÓN. En el rejerarquizado mirador, el viajero ahora puede informarse sobre la flora que crece en la densa selva subtropical tucumana.
19 Diciembre 2016
Las idas y vueltas y las demoras quedaron atrás. Hoy- en pleno lanzamiento de la temporada de verano 2017 en los valles- se inaugurará la obra de revalorización del mirador de “El Indio”, parada obligada en la subida a los valles Calchaquíes, ubicada en el kilómetro 21 de la ruta provincial 307. El balcón natural - forma parte de la Reserva Los Sosa- volverá a ofrecer una vista privilegiada del corazón de las yungas, al pie del monumento en memoria del calchaquí, obra del artista tucumano Enrique de Prat Gay.

El reordenamiento fue financiado por el Ministerio de Turismo de la Nación y llevado adelante por el Ente Tucumán Turismo (con la colaboración de las áreas de Vialidad y Flora y Fauna). Incluye un estacionamiento, bancos, mejora de las banquinas, iluminación, baños y paneles de información turística. Fueron demolidos los restos de unos puestos que se habían levantado la década pasada y que estaban semidestruidos.

El intendente tafinisto Jorge Yapura Astorga celebró la concreción de los trabajos y subrayó que cuenta con paneles solares, por lo que es amigable con el entorno natural. Elena Colombres Garmendia, vicepresidenta del Ente, afirmó que la tarea fue ardua y que estuvo frenada durante bastante tiempo. “La retomamos el año pasado. La parte más importante fue el diálogo y consenso con los comerciantes del lugar. Quisimos hacer una parada agradable para disfrutar del paisaje”, consignó. La funcionaria destacó la impor tancia de ese diálogo, porque lo que se buscó fue “una solución integral, bajo la premisa de lograr un desarrollo turístico, económico y social armonioso”.

Los puesteros

Una veintena de puestos de recuerdos y de dulces y productos regionales funcionan en el paraje. Alfredo Valdez, del bar El Indio, afirmó que tras la remodelación aumentó la cantidad de viajeros que se detienen a sacar fotos o comprar artesanías. “Hacía mucha falta. Estaba muy descuidado esto. Es la primera vez que comienzan y terminan la obra”, aseguró. Calculó que en temporada alta (verano e invierno) pasan por allí unas 2.000 personas por día.

Graciela, que atiende un local que vende ponchos y ollas de barro, coincidió en que más ómnibus y autos se detienen ahora en el lugar.

Nancy Nieva tenía ocho años cuando comenzó a vender flores de azafrán en el mirador. Con el tiempo, recordó, más familias se fueron acercando a ofrecer sus productos. “Muchas veces habían prometido mejoras, pero eran sólo palabras. Los puestos que sacaron tapaban el paisaje y eran de dos por dos, eran inutilizables. Esperamos que esto no se pare aquí porque siguen faltando cosas: no tenemos luz eléctrica ni agua corriente. De lo único que se queja la gente es de los árboles metálicos que pusieron, no hacían falta en medio de las yungas”, concluyó.

La ruta 307, que une el llano con el valle, fue inaugurada en 1943. El monumento a “El Indio” fue emplazado ese año y generó que la gente lo empleara como punto panorámico, en su travesía a los valles.

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