18 Octubre 2016
DIVISIONES. La muerte de Viroche desnudó algunas internas eclesiales. la gaceta / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
La muerte del sacerdote Juan Viroche aún no fue esclarecida y sin embargo ya generó varios coletazos fuertes. En primer lugar, puso en boca de todo el país a los “transas” del este tucumano, sobre todo a los de La Florida y Delfín Gallo, a los que el sacerdote denunciaba públicamente. Además, a partir de las críticas de Viroche hacia el ex delegado comunal Arturo “Chicho” Soria y a su esposa -y actual mandataria- Inés Gramajo, volvió a ponerse sobre el tapete las denuncias de los trabajadores de la comuna de La Florida (ver “Hasta ahora sólo encontraron...”). Estos dijeron que se les retiene parte del sueldo y que se los obligó a trabajar en la casa particular de la pareja. Por último, se desnudó una fuerte interna eclesial. En este sentido, según los últimos trascendidos -confirmados a LA GACETA por gente cercana a la Iglesia-, podría haber cambios en la cúpula del arzobispado de Tucumán.
La versión comenzó a circular ayer a nivel nacional, luego de una publicación del diario Ámbito Financiero que daba cuenta de la apertura de un presunto expediente que habrían comenzado a redactar en el Vaticano, para buscan fundamentos en el derecho canónico que justificaran una eventual jubilación anticipada del arzobispo de Tucumán, Alfredo Zecca. El motivo, desde ya, no podrá ser la edad: está estipulado que los arzobispos ejerzan su cargo eclesial, como mínimo, hasta los 75 años. Zecca tiene 67.
Si bien esta información había comenzado cuando el padre Carlos Sánchez visitó el Vaticano, su nombre no apareció en la lista de los posibles reemplazantes. Desde Ámbito se animaron a nombrar al titular de la Universidad Católica Argentina, Víctor Fernández, como quien tendría más posibilidades.
LA GACETA se contactó con personas de la cúpula eclesial de Argentina y otras cercanas al papa Francisco. Todos evitaron dar una opinión en concreta. Sin embargo, uno de ellos sugirió leer un salmo, que daría a entender que la decisión ya está tomada.
Sin respuesta
Lo único que se expresó desde el Arzobispado de Tucumán es que, en caso de tener algo que decir al respecto, se lo hará a través de la página web oficial. Al cierre de esta edición no se había colgado allí ningún comunicado. Según confiaron desde adentro, se cree que tampoco habrá ninguna comunicación en el futuro. En el seno de la cúpula eclesial se cree que se trata de un rumor sin fundamentos, que “no tiene entidad”. Al no haber un comunicado oficial del Vaticano, no ven la necesidad de responder a “versiones periodísticas”.
La interna
Desde la muerte de Viroche, el arzobispo vivió momentos de duros cuestionamientos. Al otro día del hallazgo del cuerpo, Zecca se acercó a La Florida para participar del velorio del sacerdote y recibió insultos y críticas, al igual que cuando dio la misa de la novena noche. La consigna que más se repetía era que “no lo había cuidado a Viroche”, acusación que él negó hasta el cansancio.
Como la relación con la comunidad de feligreses no pasaba por el mejor momento, desde el arzobispado se emitió la semana pasada un comunicado en el que se intentó acortar la brecha. “Queremos estar presentes al lado de sus luchas y también entregarles una palabra de consuelo y de esperanza en medio de tanto dolor”, se expresó en un pasaje.
Este no fue el único comunicado que se dio a conocer. El otro se redactó para “desmentir” que el legislador porteño Gustavo Vera y el abogado Mario Baudry hubieran llegado a Tucumán como enviados de Francisco, pese a la conocida amistad que mantiene el pontífice con Vera. Este último fue el encargado de explicar -quizás sin quererlo- que había divisiones adentro de la Iglesia: “Sería un error detenernos en las internas eclesiales cuando el eje debería ser investigar quién mató al padre Juan”.
La versión comenzó a circular ayer a nivel nacional, luego de una publicación del diario Ámbito Financiero que daba cuenta de la apertura de un presunto expediente que habrían comenzado a redactar en el Vaticano, para buscan fundamentos en el derecho canónico que justificaran una eventual jubilación anticipada del arzobispo de Tucumán, Alfredo Zecca. El motivo, desde ya, no podrá ser la edad: está estipulado que los arzobispos ejerzan su cargo eclesial, como mínimo, hasta los 75 años. Zecca tiene 67.
Si bien esta información había comenzado cuando el padre Carlos Sánchez visitó el Vaticano, su nombre no apareció en la lista de los posibles reemplazantes. Desde Ámbito se animaron a nombrar al titular de la Universidad Católica Argentina, Víctor Fernández, como quien tendría más posibilidades.
LA GACETA se contactó con personas de la cúpula eclesial de Argentina y otras cercanas al papa Francisco. Todos evitaron dar una opinión en concreta. Sin embargo, uno de ellos sugirió leer un salmo, que daría a entender que la decisión ya está tomada.
Sin respuesta
Lo único que se expresó desde el Arzobispado de Tucumán es que, en caso de tener algo que decir al respecto, se lo hará a través de la página web oficial. Al cierre de esta edición no se había colgado allí ningún comunicado. Según confiaron desde adentro, se cree que tampoco habrá ninguna comunicación en el futuro. En el seno de la cúpula eclesial se cree que se trata de un rumor sin fundamentos, que “no tiene entidad”. Al no haber un comunicado oficial del Vaticano, no ven la necesidad de responder a “versiones periodísticas”.
La interna
Desde la muerte de Viroche, el arzobispo vivió momentos de duros cuestionamientos. Al otro día del hallazgo del cuerpo, Zecca se acercó a La Florida para participar del velorio del sacerdote y recibió insultos y críticas, al igual que cuando dio la misa de la novena noche. La consigna que más se repetía era que “no lo había cuidado a Viroche”, acusación que él negó hasta el cansancio.
Como la relación con la comunidad de feligreses no pasaba por el mejor momento, desde el arzobispado se emitió la semana pasada un comunicado en el que se intentó acortar la brecha. “Queremos estar presentes al lado de sus luchas y también entregarles una palabra de consuelo y de esperanza en medio de tanto dolor”, se expresó en un pasaje.
Este no fue el único comunicado que se dio a conocer. El otro se redactó para “desmentir” que el legislador porteño Gustavo Vera y el abogado Mario Baudry hubieran llegado a Tucumán como enviados de Francisco, pese a la conocida amistad que mantiene el pontífice con Vera. Este último fue el encargado de explicar -quizás sin quererlo- que había divisiones adentro de la Iglesia: “Sería un error detenernos en las internas eclesiales cuando el eje debería ser investigar quién mató al padre Juan”.
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