Jamaica apuesta por un “boom de la marihuana”

08 Octubre 2016

Azam Ahmed - The New York Times

Durante décadas Jamaica implementó leyes draconianas contra las drogas y gastó millones de dólares en educación pública para que dejen de considerarla “la meca del cannabis”. Sin embargo, su papel como un importante proveedor de marihuana ilícita en Estados Unidos y su imagen internacional -encabezada por discursos como el de Bob Marley, cuya fe rastafari considera que fumarla es un acto religioso- han sido elementos demasiado poderosos. Pero ahora los dirigentes jamaiquinos huelen algo más: una oportunidad.

Mientras Colorado y California generan miles de millones de dólares en Estados Unidos con la marihuana, Jamaica ha decidido abrazar su tradición cannábica. En lugar de encarcelar o aislar a la población rasta, las autoridades van a aprovecharla. Además de despenalizar la posesión de cantidades reducidas de marihuana el año pasado, Jamaica ha legalizado su uso medicinal, con la visión última puesta en el “turismo del bienestar” y la pila de dinero que promete.

Jamaica tiene una de las tasas de crecimiento económico más bajas, un contraste impactante con el éxito mundial del que gozan sus ciudadanos en el deporte y en la música. Tras haber hecho prácticamente todo lo que los expertos le aconsejan a un país extraordinariamente endeudado (apegarse a planes fiscales austeros, adoptar políticas macroeconómicas prudentes y crear un clima amigable para la inversión extranjera), Jamaica está agregando la marihuana a su arsenal.

Manos a la obra

En una conferencia reciente, en un hotel lujoso de Montego Bay, funcionarios gubernamentales y dirigentes empresariales se mezclaron con los cultivadores de cannabis y los líderes rastafaris. Uno de ellos -First Man- inauguró la conferencia con un discurso sobre los beneficios mundiales de la marihuana.

“Estamos hablando de una planta capaz de unir, como un puente, la brecha entre todas nuestras relaciones”, dijo First Man, descalzo y con un pañuelo rasta alrededor del cuello, en un salón atiborrado de trajes y corbatas. “Nuestro planeta necesita que se dé esta relación”, apuntó.

La ruta productiva

Nadie tiene realmente claro cómo evolucionará el sector. Técnicamente, la convención de la ONU sobre drogas (requiere que los países limiten la producción, el comercio, el uso y la posesión) persiste, lo que significa que una legalización total es... ilegal. Sin embargo, dado que Estados Unidos y Canadá se acercan a permitir el uso de marihuana, Jamaica también quiere hacerlo.

“En el pasado, Estados Unidos realmente no dejaba espacio para maniobrar”, señaló Mark Golding, el ex ministro de Justicia que desarrolló la legislación para permitir la producción de marihuana medicinal en Jamaica. “Pero ya que el Gobierno de Obama creó una oportunidad para que los Estados hagan lo que quieran hacer, hay una ventana para todos nosotros -explicó-. Falta ver dónde está el mercado real y donde está el dinero real. Nos estamos preparando para eso”.

Para algunos, la sociedad jamaiquina se encuentra en el inicio de una era de posprohibición, como ocurrió con el alcohol hace décadas. “A Jamaica la han asociado durante demasiado tiempo con esta planta -comentó el organizador de la conferencia en Montego Bay, Doug Gordon-. Ahora, es un negocio, una oportunidad, una que puede cambiar el futuro de nuestro país con empleos e ingreso, una que puede cambiar nuestro PBI”.

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