Problemas en el transporte público en Yerba Buena

Problemas en el transporte público en Yerba Buena

Así como las personas que no crecen desde pequeñas con una educación que contribuya forjar una conducta social, deben enfrentar mayores adversidades en la vida que aquellas que han tenido una guía orientadora, del mismo modo, las ciudades que se desarrollan sin planificación, sin respeto por las normas que hacen a la convivencia cívica, son propensas a crecer caóticamente, en desmedro de la calidad de vida de sus habitantes. Ello sucede, por ejemplo, con Yerba Buena, que en los últimos lustros ha experimentado una suerte de explosión poblacional y urbanística inusitada.

Los cambios han afectado a esa comunidad de diversas maneras, positiva y negativamente. Entre los últimos, puede ubicarse el transporte que se ha vuelto insuficiente para cubrir las necesidades de tantos pobladores. Los vecinos de El Corte se quejan porque al lugar llega un solo ómnibus, que pasa cada 40 minutos y circula sólo hasta las 10 de la noche. Cuando se rompe ese vehículo, quedan varados. Dicen que El Corte ha crecido en los últimos años, de una veintena de casas pasaron a ser más de un centenar, de manera que un solo ómnibus es a todas luces insuficiente.

Pero no sólo El Corte tiene inconvenientes. De acuerdo con la producción periodística que publicamos el sábado pasado, en los alrededores de la avenida Perón, que aspira a transformarse en otro polo de desarrollo habitacional y comercial de Yerba Buena, prácticamente no hay ómnibus que trasladen a los vecinos desde la avenida Aconquija hacia esa zona en constante crecimiento. Por ejemplo, alguien que desee dirigirse a la Casa del Bicentenario, desde la avenida Aconquija, debe subirse a un taxi o caminar unas ocho cuadras, con el riesgo que ello puede implicar en horarios nocturnos.

El propietario de una de las empresas que se reparten el recorrido en el municipio dijo que hace tiempo hubo una línea interna de colectivos, pero subían 100 personas al día, y terminaron levantándola. Consideró que se deberían diseñar nuevos recorridos, arreglar las calles paralelas a la Aconquija y fijar carriles selectivos.

En marzo pasado, respecto del tránsito, el arquitecto colombiano Gustavo Restrepo señaló que en la actualidad es difícil desalentar el uso del vehículo. “Plantearía nuevas transversalidades, que crucen su territorio en diagonal. Las líneas de ómnibus les sirven para comunicarlos con la capital, pero no para recorrer su distrito. Podrían usar las vías del ferrocarril en desuso (en referencia a las diagonales) para montar un tranvía”, afirmó. Aconsejó en la oportunidad que se comenzase con un proceso de ordenamiento de los pares viales. “Unas calles deben ir en un sentido; y otras, en el contrario. Hoy sólo usan las vías internas a la avenida Aconquija para hacer una “U”, un retorno. Necesitan que los vehículos hagan recorridos mayores por las calles de adentro. Así, se distenderá el tráfico”, manifestó.

En la medida que avance el crecimiento demográfico y no se planifique debidamente este problema, como otros serios que tiene esta ciudad, se irán agravando. Las llamadas soluciones a corto plazo terminan siendo, por lo general, parches. Los yerbabuenenses deben primeramente preguntarse y decidir sobre la ciudad que desean, y no sólo pensar en ellos, sino en las próximas generaciones. Por ello, lo que se haga a nivel urbanístico debe ser en función del futuro.

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