
A BORDO. Simon Pegg, Sofía Boutella y Chris Pine comparten el vuelo.


›STARK TREK 3
DIRECCIÓN: Justin Lin. AÑO: 2016.
GÉNERO: ciencia ficción. ORIGEN: Estados Unidos.
CON: Chris Pine, Idris Elba, Simon Pegg, Zoe Saldana, Anton Yelchin, Karl Urban y Zachary Quinto.
DURACIÓN: 100 minutos.
CALIFICACIÓN: apta para mayores de 13 años.
Hoy se cumple medio siglo del primer programa de televisión de la saga más exitosa de todos los tiempos, si nos centramos en la cantidad de capítulos y de películas que la integran. “Viaje a las estrellas” (en 1966 era impensable que se popularizara “Star trek”) fue creada para la cadena NBC y los niños de entonces -y abuelos (o casi) de hoy- recordarán aún la voz en off que decía al inicio: “El espacio: la última frontera. Estos son los viajes de la nave estelar Enterprise, en una misión que durará cinco años, dedicada a la exploración de mundos desconocidos, al descubrimiento de nuevas vidas y nuevas civilizaciones, hasta alcanzar lugares donde nadie ha podido llegar”.
Todo era posible en el universo de ficción de Gene Roddenberry, que comenzaba en un lejano 2063, que ahora está a mitad de camino. La serie original se presentaba como una mezcla entre pacifista y bélica con la paz galáctica siempre en riesgo; con presencia multiétnica en pantalla (incluso con extraterrestres, como el vulcano Spock del inolvidable Leonard Nimoy) y con discursos cívicos.
Los cinco años de misión prometidos no llegaron a su fin en la primera tanda. Salió de pantalla en 1969, pero luego retornó a la TV cuatro veces más; hubo un programa de dibujos animados; una docena de películas con distintos elencos y núcleos argumentales; numerosos videojuegos; varios juegos de mesa, cientos de novelas y relatos escritos por sus fanáticos (algunos llegaron al video en clase B) y una convención propia en Las Vegas.
El aniversario propone revisar los avances tecnológicos que pasaron de la televisión a la vida real: los intercomunicadores de manos libres de la tripulación son los celulares actuales; anticiparon los GPS, las pantallas planas y las tablets; usaban un escaner manual para detectar enfermedades (preludio de los tomógrafos) y mostraron que almacenaban datos en soportes planos bastante pequeños para la época (los disquettes aparecieron 20 años después), que utilizaban en computadoras personales.
Pero en la realidad todavía no hay teletransportación, no se habla el idioma klingon ni existe el USS Enterprise, la nave insignia de la Flota Estelar, que en “Star trek 3” (la película que se estrena hoy) tendrá su último vuelo. En una misión de rescate enviada por la Federación Unida de Planetas, es atacada y destruida por alienígenas liderados por el temible Krall (Idris Elba), y sólo un puñado de sobrevivientes, liderados por su capitán James Kirk (Chris Pine, en el papel clásico de William Shatner), recalan en un planeta desconocido para rearmarse, resistir y contragolpear.
Este es el argumento de la nueva entrega, plagada de efectos especiales y heredera de una leyenda que se proyectará en el tiempo. Con producción de J.J. Abrams (responsable de la última “Guerra de las galaxias”, denostada por siempre por los fans de “Star trek”) y dirección de Justin Lin (“True Detective” y “Rápidos y furiosos 6”), la franquicia cumple con su viaje y sigue descubriendo lugares donde nadie estuvo antes.








