Por Abrehu Carlos
26 Junio 2016
El año 1989 nació acunado por las tensiones económicas y las altas temperaturas. Tucumán no escapó a ese contexto, que sumaba además complicaciones de orden fiscal.
El desajuste entre la suba de la demanda y la oferta insuficiente de electricidad potenció el malestar social con la administración de Raúl Alfonsín en el año en que se disputaba la elección presidencial. La indomable inflación echó más leña a la hoguera.
Así las cosas, pintaba mal el arranque de la temporada política para el oficialismo radical. El justicialismo, con Carlos Menem a la cabeza, no le daba respiro a la Casa Rosada y a su adversario radical Eduardo Angeloz. La tarea de demolición de Alfonsín era implacable.
El almanaque marcó el 14 de mayo como el día decisivo para el destino de la nación.
Extrema complejidad
La crisis que agitaba al país se enriquecía con problemas de orden provincial. El panorama era de extrema a complejidad.
La gobernabilidad de José Domato se asentaba en una coalición interpartidaria de filiación peronista. Los ruidos políticos no cesaban Osvaldo Cirnigliaro. desde su puesto de director de Planeamiento, monitoreaba la marcha de los asuntos públicos.
Fuera de ese esquema, Fuerza Republicana hegemonizada por Antonio Domingo Bussi jugaba a desplazar a la UCR como principal opositora. Pretendía, en suma, capitalizar los desgastes de peronistas y radicales, que pagaban los costos de sus responsabilidades gubernativas.
En ese contexto, no resulta extraño que el gobernador apostara a imprimirle otra dinámica a la labor estatal.
Por ello, el 3 de enero le solicitó la renuncia a todo su gabinete, aunque fuentes del Ejecutivo circunscribían los relevos cimeros a Roque González, ministro de Asuntos Sociales y hombre de confianza de Cirnigliaro. Domato predicaba el fin de la primera etapa de orden y eticidad.
Por su parte, el ministro de Gobierno, Juan Carlos Meuli, advertía que el difícil año justificaba conveniencia de ajustar el equipo.
A todo esto, Cirnigliaro bajó la temperatura política, cuando reconocía que el jefe del Ejecutivo había obrado dentro de la Constitución. Creo que fue una etapa realmente muy dura, como la que se avecina, conjeturó el referente del Frente de Acción Peronista (FAP). El gobierno se nutre de todo el peronismo, sentenció. Por esa época el ex ministro de Economía tenía la condición de senador nacional electo.
Un histórico al poder
Domato rechazó las renuncias de los ministros Meuli y Fernando Cortés, y la del secretario general de la Gobernación, Juan José Rodríguez Rey. El 6 de enero se anunció que Milivoj Ratkovic, secretario de Agricultura y Ganadería, iba a reemplazar a González. Ratkovic juró el 10 de ese mes.
El nuevo funcionario formó parte de una generación que se acercó al peronismo en los años 50. En su primer discurso de la gestión Domato, recordó que volvía a ocupar el ministerio que había conducido bajo el gobierno de Amado Juri. En aquellos años se combatía la subversión apátrida y se sentían los efectos del rodrigazo en la economía, planteó. Su enfoque sobre el trasfondo ideológico de los años 70 no había cambiado, pese a que la dictadura militar lo incluyó entre los funcionarios peronistas presos por el golpe del 24 de marzo de 1976. Los dichos de Ratkovic no causaron polémica en el PJ.
Traba partidista
Las asperezas preelectorales irrumpieron en la última sesión del Senado. El 7 de enero, el peronista Antonio Guerrero frustró la sanción definitiva de un proyecto de ley que traspasaba deudas de cinco municipios al erario provincial.
El desajuste entre la suba de la demanda y la oferta insuficiente de electricidad potenció el malestar social con la administración de Raúl Alfonsín en el año en que se disputaba la elección presidencial. La indomable inflación echó más leña a la hoguera.
Así las cosas, pintaba mal el arranque de la temporada política para el oficialismo radical. El justicialismo, con Carlos Menem a la cabeza, no le daba respiro a la Casa Rosada y a su adversario radical Eduardo Angeloz. La tarea de demolición de Alfonsín era implacable.
El almanaque marcó el 14 de mayo como el día decisivo para el destino de la nación.
Extrema complejidad
La crisis que agitaba al país se enriquecía con problemas de orden provincial. El panorama era de extrema a complejidad.
La gobernabilidad de José Domato se asentaba en una coalición interpartidaria de filiación peronista. Los ruidos políticos no cesaban Osvaldo Cirnigliaro. desde su puesto de director de Planeamiento, monitoreaba la marcha de los asuntos públicos.
Fuera de ese esquema, Fuerza Republicana hegemonizada por Antonio Domingo Bussi jugaba a desplazar a la UCR como principal opositora. Pretendía, en suma, capitalizar los desgastes de peronistas y radicales, que pagaban los costos de sus responsabilidades gubernativas.
En ese contexto, no resulta extraño que el gobernador apostara a imprimirle otra dinámica a la labor estatal.
Por ello, el 3 de enero le solicitó la renuncia a todo su gabinete, aunque fuentes del Ejecutivo circunscribían los relevos cimeros a Roque González, ministro de Asuntos Sociales y hombre de confianza de Cirnigliaro. Domato predicaba el fin de la primera etapa de orden y eticidad.
Por su parte, el ministro de Gobierno, Juan Carlos Meuli, advertía que el difícil año justificaba conveniencia de ajustar el equipo.
A todo esto, Cirnigliaro bajó la temperatura política, cuando reconocía que el jefe del Ejecutivo había obrado dentro de la Constitución. Creo que fue una etapa realmente muy dura, como la que se avecina, conjeturó el referente del Frente de Acción Peronista (FAP). El gobierno se nutre de todo el peronismo, sentenció. Por esa época el ex ministro de Economía tenía la condición de senador nacional electo.
Un histórico al poder
Domato rechazó las renuncias de los ministros Meuli y Fernando Cortés, y la del secretario general de la Gobernación, Juan José Rodríguez Rey. El 6 de enero se anunció que Milivoj Ratkovic, secretario de Agricultura y Ganadería, iba a reemplazar a González. Ratkovic juró el 10 de ese mes.
El nuevo funcionario formó parte de una generación que se acercó al peronismo en los años 50. En su primer discurso de la gestión Domato, recordó que volvía a ocupar el ministerio que había conducido bajo el gobierno de Amado Juri. En aquellos años se combatía la subversión apátrida y se sentían los efectos del rodrigazo en la economía, planteó. Su enfoque sobre el trasfondo ideológico de los años 70 no había cambiado, pese a que la dictadura militar lo incluyó entre los funcionarios peronistas presos por el golpe del 24 de marzo de 1976. Los dichos de Ratkovic no causaron polémica en el PJ.
Traba partidista
Las asperezas preelectorales irrumpieron en la última sesión del Senado. El 7 de enero, el peronista Antonio Guerrero frustró la sanción definitiva de un proyecto de ley que traspasaba deudas de cinco municipios al erario provincial.
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