El siglo XIX se reconstruye con nuevas fuentes

El jueves, a las 19, en el auditorio de la FET, Goldman hablará de “La independencia argentina, un enfoque para su enseñanza”.

“Han habido cambios importantes, y muchos. Teniendo en cuenta que la historiografía del Siglo XIX en América Latina, en general, fue uno de los campos mas dinámicos y más ricos de problematización y de reflexión en los últimos 20 años”, anticipa la historiadora tucumana Noemí Goldman. A propósito, de esas nuevas miradas hablará Goldman (Conicet, instituto Ravignani, autora de “Mariano Moreno, la biografía. De reformista a insurgente),en el cierre del ciclo de conferencias “Claves educativas en el Bicentenario”, organizado por el municipio capitalino, la FET y BBVA.

- ¿ Cómo surgieron los enfoques novedosos que se han registrado en la historiografía del siglo XIX?

- Hubo una confluencia de dos aspectos. Por un lado, surgieron nuevas preguntas a viejos problemas. Y esas preguntas se enfocaron en el Siglo XIX. Y la primera mitad del siglo XIX se constituyó en un laboratorio conceptual de nueva producción de conocimientos históricos. Esto se dio porque desde el retorno a la democracia- pero en particular en los últimos 20 años- se activaron más espacios de encuentro de investigadores de distintas nacionalidades, de distintos eventos, y eso produjo una verdadera comunidad con mucho diálogo, que planteó nuevas preguntas. Pero también fueron surgiendo nuevas fuentes, temas que no habían sido tomados en cuenta. Y se constituyen en núcleos centrales de la investigación.

- Hay una agenda nueva...

- Sí, y también tiene que ver con la profesionalización, con el apoyo estatal a la investigaciones, con el peso del Conicet, y eso ha generado un nuevo campo historiográfico.

- ¿Dónde podemos observar los resultados de esas nuevas fuentes ?

- Un ejemplo es el tema de la representación política, un tema clásico del siglo XX, y se conocía que había surgido en el siglo XIX, pero era considerado un tema de manipulación de las elites. No se consideraba que la representación política y la ingeniería electoral hubieran podido tener incidencia en el cambio de los poderes. Porque para la primera mitad del siglo XIX, se consideraba que existía una anarquía con caudillos que ejercían un liderazgo puramente personal; y la novedad es que un conjunto de historiadores se puso a trabajar y descubrió que efectivamente hay muchas fuentes sobre las prácticas electorales que se dieron en las distintas provincias.

-¿ Esos temas no están visibilizados en la historia canónica del siglo XIX?

- Aún así, el primero que habló de una democracia incipiente, de la movilización de los sectores populares, fue el mismo Mitre. Hay mucha manipulación con eso. Otra de las novedades que se vienen desarrollando en distintos ámbitos son las relativas a la historia popular: temas como los relativos a la historia de las mujeres, a la de los afroamericanos, entre otros. Cuando yo empecé a estudiar, todos hablaban de “las masas”, eran ese colectivo singular que no era nada; y hoy se está haciendo la historia social, de los sectores populares.

- ¿Esa apertura se vio en el Congreso dela Academia de Historia que acaba de sesionar en Tucumán?

- Lamento muchísimo no poder haber asistido, por cuestiones de salud. Pero sé que lo que ha mostrado este Congreso de historia es que hay un espacio muy importante de diálogo.

-¿Cómo llega hoy a las escuelas la historia del siglo XIX?

- Lo que me consta es que en los últimos 20 años hubo una transformación sustancial de los manuales de Historia, que fueron hechos con un criterio historiográfico muy renovado, incluido el diseño. Como no enseño en el secundario, no sé cómo se los utiliza.