
MELITÓN CHÁVEZ. El obispo junto una réplica de la Cruz de Matará.

En la terminal de Santiago del Estero nadie conoce la Fiesta de la Cruz de Matará.
- “Del Señor del Mailín, querrá decir”, pretende corregir un empleado. “No, la de Matará. Su fiesta es hoy. La del Señor de Mailín fue el domingo pasado”.
- “Nooo ... ni idea”.
Quizás por eso el papa Francisco se sorprendió cuando vio llegar al presidente Mauricio Macri con una réplica de la Cruz de Matará que ni siquiera los santiagueños conocen. Sin embargo, su valor histórico es incalculable. Es la cruz más antigua que se conoce en América, según la Fundación Gottau. Fue hecha por los indios matarás o mataraes bajo la guía de los padres jesuitas durante la primera evangelización.
Para conocer la historia, LA GACETA viajó a la diócesis de Añatuya, la más pobre y extensa del país, pastoreada por el tucumano José Melitón Chávez. Matará está ubicada a 130 kilómetros de la capital santiagueña, a orillas del río Salado. Zona de algarrobos, paraísos y mistoles, también de zorros y víboras que cruzan raudamente por los caminos polvorientos. Tierras calientes donde en verano la temperatura supera los 50 grados y obliga a los matareños a “guardarse” hasta la noche, para salir junto con las vizcachas.
Es domingo. Pentecostés. Los jóvenes están en Matará desde el día anterior. Caminaron 70 kilómetros desde Añatuya, recogiendo peregrinos en todos los pueblos, Vilela, Bandera, Quimilí, El Colorado, Los Juríes ..., haciendo cortadas por el monte durante la noche. Llegan y se postran ante la Cruz, en el santuario del Buen Jesús de Matará. Con ellos, el pueblo ha rejuvenecido 400 años, como la edad que tiene la cruz que veneran.
Los matareños no conocen el asfalto. Y cada vez menos, el trabajo. “De las 1.300 personas del padrón electoral, 1.000 reciben planes sociales. De eso viven,” lamenta el rector del santuario, el padre Enrique Álvarez. “Ya no hay obreros golondrina, no los llevan por los controles del gobierno”, justifica la vecina Sonia Villalba. En la época de los matarás, los indios que le dan nombre al lugar, había más fuentes de trabajo que ahora: hilanderías, molienda de trigo (con atahonas o ruedas de piedra), producción de cera de abejas... Los jesuitas les enseñaron carpintería. De ahí surgieron las cruces talladas con símbolos que se usaban para evangelizar a los indios. Como la Cruz de Matará o Cruz Catequística.
“Hay varias cruces con símbolos. Una de ellas está todavía en la iglesia nueva de Villa Matará (la primera fue destruida) del otro lado del río Salado. La usaban en los velorios, la ponían en la cabecera para librar al difunto del fuego del infierno”, cuenta el padre Enrí. “Una tercera cruz, El Cristo Forastero, fue llevada a Quilmes, Buenos Aires”, agrega.
La historia de Matará fue investigada por sus primeros devotos, los historiadores Amalia J. Gramajo de Martínez Moreno y Hugo Martínez Moreno. La descubrieron en 1971, en manos de la familia Sosa Ruiz, que la guardó de generación en generación. La pidieron prestada para estudiarla y años después Amelio Sosa Ruiz la donó a la diócesis de Añatuya.
Pero en rigor, la Cruz nunca volvió a su lugar original, que era Villa de Matará y que según dicen tenía más población que la ciudad de Santiago del Estero. Los desbordes del Salado terminaron corriendo a la gente. Muchos se fueron siete kilómetros del otro lado del río, por donde pasaba el ferrocarril, Estación Matará. También la familia que tenía la Cruz abandonó el hoy “pueblo histórico” por ley provincial de 2013 y se fue a Estación Matará. Solo cuatro familias resisten en la villa, con sus ranchos de adobe y sus corrales.
El viejo puente que une los dos Matará es de fabricación alemana. Una placa de hierro marca el año, 1887. Sin restauración, sigue en uso. Cruzando, ahí nomás está la iglesia que ya no es la jesuítica, que fue destruida, sino una nueva levantada sobre los cimientos de la anterior, según supone Sonia Villalba. “Por aquí pasaba el Camino Real - señala-. Por aquí caminaron San Francisco Solano y el jesuita Alonso Barzana o Barcena entre 1592 y 1600”.
La iglesia está cerrada. La llave la tiene un vecino que no está en este momento. Sonia mira el suelo y levanta dos trozos de barro cocido. “Estas son pedazos de tejas del templo jesuítico”, asegura. “Y ese que está tirado ahí - indica- es un madero del templo”.
La tierra matareña es cuna de una gran misionera, María Antonia de Paz y Figueroa, conocida como la Mama Antula. Junto con el Cura Brochero difundían los Ejercicios Espirituales Ignacianos, entre 1768 a 1770. Este año Brochero será canonizado y la Mama Antula beatificada.
Hay un dato que todavía no se ha dicho. El pueblo de Matará no es devoto de la Cruz, sino de San Roque. El pueblo casi no participa de la peregrinación. Son los jóvenes los que le dan vida, en mayo, mes de la exaltación de la Cruz. En septiembre se hace la “fiesta chica”. Quizás, sean los jóvenes los que ahora evangelicen a sus padres con la misma cruz que usaron los jesuitas para enseñar el mensaje de Cristo.
"No sabía que era una cruz santa, la tenía en la pared"
Don Amelio “Lalo” Sosa Ruiz siempre tuvo un afecto especial por esa cruz que recibió en herencia de su abuela materna. “Yo la tenía colgada en la pared de mi dormitorio, no sabía que era una cruz santa”, dice el anciano de 86 años, que fue maestro hasta que se jubiló. “En mi casa nadie sabía el valor de esa cruz de madera”.
“Mi abuela vivía en Lagunilla ahí tenían un ranchito a 10 kilómetros a la villa Matará. Ahí estaba la iglesia de los misioneros, en la margen izquierda del Salado. Después han desarmado la iglesia. Mi abuela Braulia Ruiz y su hermano Francisco, que falleció como a los 110 años, guardaban la cruz. A mí me la pasaron cuando yo tenía 17 o 18 años”, cuenta sentado en su casa, con paredes de barro. Dice que le ofrecen “60 millones” por esta cruz, pero él decidió donarla a la capilla, para que la venere el pueblo.


Homilía
Los responsables de que haya droga
Donde quiera que vaya monseñor José Melitón Chávez lleva consigo las banderas contra las adicciones. “La droga no es un problema de los chicos, sino de nosotros, los adultos. ¡De los adultos que han fabricado ese veneno! De los que lo venden mientras se enriquecen apoltronados en sus sillones de poder. ¡Y se llenan de orgullo ... y de vanidad ...! ¡Pero si ni siquiera conocen nuestros pueblos, nuestros rincones! ¡No conocen el rostro de la madre que sufre por esta realidad!”, denunció con tono apesadumbrado el obispo de Añatuya, en su homilía. Pero tampoco liberó de responsabilidad a “quienes pudiendo hacer algo por los chicos que se drogan dejamos que la realidad nos lleve puestos”. “¿Por qué? Y porque las cosas son así ... porque no se puede hacer nada ... ya va a pasar… ¡No señor! ¡No va a pasar si nosotros no asumimos esta realidad!”, dijo con fuerza. “Tenemos que defender y cuidar ¡de verdad! a nuestros chicos, para que nunca se les borre esa sonrisa hermosa”. El sábado monseñor Chávez creó en su diócesis la Pastoral Diocesana contra las Adicciones.
Simbología
LETRA / FECHA
Alfa y Omega
En la parte superior la cruz posee las letras griegas alfa y omega. Significa que Dios es principio y fin de todas las cosas. Abajo. el año 1594.
CÁLIZ
La Eucaristía
En el extremo derecho, el martillo con el que clavaron las manos y brazos de Jesús. También está el cáliz sobre el que descansa una pequeña cruz o dos espigas atravezadas con una hostia.
ASTROS
La Creación
Del lado izquierdo superior se observa la luna, el sol y la estrella de Belén. Todo eso creó Dios. La cruz es de madera de mistol. Tiene 47 cm x 17 cm.
CRISTO
FIGURA CENTRAL
Se ve a Cristo con los brazos en alto. La cabeza está coronada, quizás con espinas o con plumas. A ambos costados están los látigos con los que lo flagelaron.
Gallo
La negación de Pedro
En el extremo inferior se observa el gallo, que canto dos veces cuando Pedro lo negó. Más abajo dos dados que tiraron los soldados para repartirse las vestiduras del Señor.
Española
La Virgen
Casi a los pies de la Cruz está la Virgen vestida de dama española.
Fuego
Infierno o purgatorio
Se observan cuatro lenguas de fuego que pueden ser el infierno o el Purgatorio.
Penacho
Un cacique orando
Abajo hay una figura con plumas. Se interpreta que es un cacique con los brazos cruzados que implora la intercesión de la Virgen para salir del Purgatorio.







